700 evacuados regresan a sus pueblos pero la sucesión de fuegos no cesa en la región
El incendio de Jarilla ha calcinado 4.800 hectáreas de la sierra pero no ha entrado en las localidades
Ana B. Hernández
Viernes, 15 de agosto 2025
Extremadura afronta con luces y sombras su cuarta jornada de lucha contra el fuego. Los 700 vecinos desalojados por el incendio en el norte extremeño, en Jarilla, Villar de Plasencia y Cabezabellosa, han podido regresar a sus pueblos, así como los 40 desalojados por el de Llerena.
Sin embargo, la sucesión de fuegos continúa sin dar tregua a la región. La comunidad mantiene por eso la situación operativa de nivel 2, porque sigue necesitando medios de otras administraciones para enfrentar las llamas a lo largo y ancho de su territorio.
Aunque son dos los que preocupan especialmente, los declarados en Jarilla y Alburquerque, son ocho los incendios que están activos en diferentes puntos de la geografía extremeña y los que obligan a redistribuir los medios terrestres y aéreos de los que se dispone para las labores de extinción, en jornadas marcadas por una ola de calor con altísimas temperaturas, una muy baja humedad y vientos cambiantes y con fuertes rachas que en algunos momentos provocan reactivaciones y entorpecen aún más las tareas.
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El cambio en la dirección del viento ha hecho hoy que las buenas noticias con las que se inició el día con respecto al fuego de Jarilla se fueran matizando a medida que transcurría la jornada. Aunque finalmente fue posible que los vecinos de los tres pueblos evacuados pudieran regresar a sus casas, y se levantara el confinamiento de Oliva de Plasencia y de Villagarcía de la Torre -éste último por la buena evolución del fuego de Llerena-, la reactivación del frente que se combatía en la cumbre entre Trasierra y el Valle del Jerte, en el término de El Torno, hizo que las llamas crecieran con fuerza de nuevo y regresan a la ladera de las localidades evacuadas, afectando a Casas del Monte (768 habitantes), hasta entonces a salvo del incendio que comenzó el pasado martes a consecuencia de un rayo.
Tanto es así que sobre las 14.30 horas de este viernes el mando de emergencia, que coordina en el Cecopi las labores de extinción, ordenó el confinamiento de los vecinos de esta localidad del Valle del Ambroz, la tercera afectada por el fuego junto con Trasierra y el Valle del Jerte. La población recibió la alerta en sus teléfonos móviles casi al instante de decidirse su confinamiento por la gran humareda que la cubría.
Un nuevo cambio de dirección es lo que ha ayudado a que la localidad no haya sido finalmente confinada. Aunque desde la dirección del plan contra incendios se solicitó a los vecinos que se prepararan para desalojar el pueblo, que tuvieran sus principales pertenencias y documentos a mano les pidió la presidenta de la Junta, María Guardiola, y se dispuso en la localidad el dispositivo preciso para la evacuación.
Igualmente, se recomendó que aquellos que estaban en su segunda residencia en Casas del Monte y a los alojados en casas rurales que abandonaran la localidad para facilitar una salida progresiva por si se cumplía el peor de los escenarios.
Un regreso agridulce
La evolución del fuego complicó la situación de Casas del Monte pero facilitó el regreso a casa de los desalojados de Jarilla, Villar de Plasencia y Cabezabellosa. El levantamiento de la evacuación se acordó en la reunión que el Cecopi mantuvo a primera hora de la tarde y la decisión fue comunicada por la presidenta de la Junta.
Apenas unas horas después los vecinos evacuados y alojados en diferentes espacios de Plasencia y Baños de Montemayor estaban de vuelta en casa. Un regreso que hicieron con un sentimiento agridulce.
«Estoy contento por poder regresar, llevamos aquí tres días y, aunque nos han tratado estupendamente, quiero volver a casa. Pero sé que lo que hay es triste», decía Santiago Jesús Serrano mientras abandonaba el pabellón de la Ciudad Deportiva de Plasencia en dirección a Jarilla.
La mayoría de los realojados en este espacio lo hicieron en sus propios vehículos y los menos en los autobuses que se pusieron a su disposición para la vuelta. Pero en todos los casos se mezclaron la alegría y la pena.
«Estoy bien, con muchas ganas de volver a casa y, por eso, muy contenta, estaba deseando que llegara este día», reconocía Mónica Sola, vecina de Cabezabellosa. «Pero temo, como todos, con lo que me voy a encontrar, un paisaje que nada tiene que ver con el que dejamos».
«Yo sé que va a ser una estampa triste, que quizás el pueblo esté bien, pero la sierra ya no estará verde, sino negra, y esto es desolador», aseguraba Luisa Sánchez, mientras se montaba en el coche para regresar también a Cabezabellosa. Aun así, «feliz claro por volver a casa y con ganas de recuperar la normalidad y descansar».
El trato que han recibido por parte del dispositivo de acogida en Plasencia «ha sido exquisito y cariñoso y lo agradecemos profundamente», decían los consultados. Pero el descanso no ha sido posible en los tres días que estos vecinos han pasado fuera de sus pueblos. «Los hemos pasado con incertidumbre y miedo», resumía Luisa.
Pero lo cierto es que si bien la sierra y los alrededores de los pueblos nada tienen que ver con lo que sus vecinos dejaron el pasado martes, cuando tuvieron que marcharse, y que las llamas han llegado a pocos metros de las viviendas, cubriendo de negro una inmensa ladera de la sierra, las tres poblaciones han sido salvadas de las llamas y los daños materiales son escasos.
Los frentes abiertos
En cualquier caso se trata de un fuego que sigue activo, que continúa sin estar ni mucho menos estabilizado, que ha alcanzado un perímetro de 50 kilómetros y ha calcinado 4.800 hectáreas, según los últimos datos facilitados.
Un fuego con diversos frentes abiertos de los que preocupan especialmente tres: además de su evolución en Casas del Monte, en un terreno de pinares que complica las labores de extinción, los medios que trabajan sobre el terreno se afanan también en controlar otras dos lenguas, una en dirección al monte de Valcorchero, en Plasencia, y otra más en el embalse de Gabriel y Galán.
Es el motivo por el que el dispositivo de acogida en Plasencia sigue operativo. «Continúan preparadas las 300 camas que hemos instalado en el pabellón de la Ciudad Deportiva por si fuera precisa la evacuación de cualquier localidad y se requiriera su realojo en la ciudad», ha indicado el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, quien ha acompañado este viernes a los consejeros de Presidencia y Gestión Forestal y Mundo Rural, Abel Bautista y Francisco José Ramírez, respectivamente, en su despedida a los realojados en el pabellón deportivo.
Pero los frentes abiertos en el incendio de Jarilla no son los únicos a los que se tienen que dirigir los medios terrestres y aéreos con los que cuenta la región. Según los últimos datos facilitados por la Junta, hay incendios activos también en Alburquerque/Aliseda, que ha quemado ya 2.000 hectáreas y presenta una evolución desfavorable. En Llerena, Burguillos del Cerro, Cañamero, Casas de Don Pedro y en Arroyo de la Luz/Casar de Cáceres, donde se ha activado el nivel 1 por un incendio de pastos que afecta a la CC-321.
Sobre las 19.30 horas de esta tarde, además, ha comenzado otro más Cuacos de Yuste, en la comarca de La Vera. En este caso, «se trata sin ninguna duda de un fuego intencionado porque ha comenzado con cuatro focos de manera simultánea», en palabras del alcalde, José María Hernández. «Ha comenzado en la zona que va al paraje de Valfrío, próxima al camping que se reforma».