Los investigadores esperan al volcado de los teléfonos para establecer la relación entre autor y víctima en el crimen de Badajoz
Si existía vínculo sentimental el caso podría pasar a un Juzgado de Violencia de Género
El contenido de los teléfonos móviles de María Antonia Sánchez, la joven funcionaria asesinada en Badajoz, y de su vecino Ismael F., detenido por su ... muerte, será la clave que falta en este caso. Según ha podido saber HOY los investigadores están a la espera del volcado de los datos de estos dispositivos para establecer oficialmente qué relación existía entre ambos y las posibles causas del crimen.
El Juzgado de Instrucción número 2, que lleva el caso por el momento, sospecha que existía una relación previa. De hecho el juez preguntó al padre detenido, Francisco F., por la relación entre su hijo y la víctima. Sus respuestas, sin embargo, no aclararon este punto. El padre alegó que no sabía si existía vínculo entre ambos e Ismael F, por su parte, se negó a declarar.
La investigación continúa y el secreto de actuaciones está activo. Eso supone que ni siquiera los detenidos saben, por ahora, qué pruebas hay contra ellos.
Esta semana se han llevado a cabo dos registros, el de las casas del padre y el hijo detenidos por su relación con el crimen. Además el padre también ha pedido voluntariamente ir a declarar ante el juez tras negarse inicialmente a contestar a sus preguntas.
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Las pruebas que quedan por buscar
Quedan, sin embargo, numerosas diligencias pendientes, entre ellas la declaración de los conocidos de la víctima, que podrían dar pistas importantes al sumario.
La clave, en todo caso, se espera que esté en los teléfonos móviles. Si su contenido revela una relación previa entre el presunto autor y la fallecida, el caso daría un giro. Podría pasar el Juzgado de Instrucción número 2, que asumió la causa porque estaba de guardia, a un Juzgado de Violencia contra la Mujer, apodados como juzgados de violencia de género.
Según ha podido saber HOY, el traspaso entre juzgados no se ha llevado a cabo por el momento porque no hay evidencias cerradas sobre la relación entre ambos.
Lo que sí se sabe es que Ismael y la víctima eran vecinos de descansillo. Ambos vivían en viviendas del cuarto piso del número 54 de Santa Marina, en Badajoz. Él compartía casa con su novia y la hija de ambos, una niña pequeña. María Antonia Sánchez, natural de La Haba, residía sola a unos metros de su presunto homicida y trabajaba en el Instituto Nacional de la Seguridad Social.
El crimen se descubrió el pasado 25 de septiembre. Ese jueves a las 9.40 horas los vecinos del número 54 de la avenida de Santa Marina llamaron a los bomberos al ver salir humo del piso de María Antonia Sánchez, una funcionaria de 29 años que alquilaba una vivienda en el cuarto piso.
Muerte violenta
Una vez en el piso los operarios de extinción de incendios sospecharon inmediatamente de que se trataba de un fuego provocado porque había tres focos distintos. Al apagarlos encontraron el cuerpo de la joven, con quemaduras. La autopsia confirmó que se trataba de una muerte violenta, sufrió numerosas puñaladas en el cuello y el pecho.
Dos días después Francisco F. se presentó en la Policía Nacional para autoinculparse, pero los agentes comprendieron que su hijo Ismael estaba implicado y también lo detuvieron. Ambos están en prisión preventiva investigados por homicidio e incendio doloso.
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