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En los próximos años se espera que el Servicio Extremeño de Salud afronte cientos de jubilaciones de médicos y la carencia de facultativos ... se agudizará. Sucederá en todas las comunidades autónomas, pero Extremadura será una de las regiones que más lo sufra, pues su plantilla médica es de las más envejecidas del país.
Más de la mitad de los facultativos del sistema sanitario público de la región, el 51%, supera los 50 años de edad, y casi uno de cada cuatro (22,4%) tiene más de 60, según el 'Informe de necesidad de médicos especialistas en España 2023-2035' publicado por el Ministerio de Sanidad y elaborado por investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
En él se detalla la situación de la plantilla por especialidad y por territorio. En Extremadura la media de edad está por encima de la media nacional, donde el 46,3% supera los 50 años y el 21,2% los 60.
Solo Galicia, Aragón y Castilla y León superan el porcentaje de envejecimiento de la plantilla médica extremeña en ambos tramos de edad (el de mayores de 50 y de más de 60 años), y por muy poco.
El informe especifica que en 2023 hubo un déficit en todo el país de 5.874 médicos, pero se prevé que a partir de 2031 haya una reducción paulatina de esa carencia, debido a un mayor incremento de la oferta que de la demanda, con un claro cambio de tendencia en 2033.
En Extremadura, «hasta 2030 se arrastrara la carencia de facultativos», según ha indicado el Consejo Autonómico de Colegios de Médicos de Extremadura en varias ocasiones. Se espera que a partir de ese año empiece a dar sus frutos el aumento de plazas de internos residentes de la última década.
De hecho, según el Plan de Ordenación de Recursos Humanos del SES, entre este 2025 y 2027 la Junta deberá encontrar reemplazo para más de 350 posibles bajas de médicos. Y a ellas se podrían sumar otras que pudieran llegar por enfermedad o por salidas de facultativos de la región.
De ellos, una gran parte, más de un centenar son de Medicina de Familia, y así lo pone de manifiesto también el informe del Ministerio de Sanidad, que incide en ese dato, pues analiza el colectivo de galenos por especialidad y en la de Medicina Familiar y Comunitaria en Extremadura casi un tercio (29,6%) supera los 60 años y un 59% los 50.
Preocupa especialmente no solo por el porcentaje profesionales que se acercan cada vez más a la jubilación, sino porque en los últimos años al SES le está siendo muy complicado hacerse con un buen relevo generacional.
Extremadura lleva tres años consecutivos sin cubrir todas las vacantes que oferta para médicos internos residentes de Medicina Familiar y Comunitaria. En 2024 no se cubrieron 40 plazas MIR de las 98 ofertadas, en 2023 fueron 16 y en 2022 sucedió con 26, algo que también pasó en otras regiones del país por la desafección de los jóvenes recién graduados en Medicina hacia esta especialidad que se ha visto deteriorada tras la pandemia de la covid.
Este año se ofertan 227 plazas entre todas las especialidades y de ellas 98 vuelven a ser de Medicina Familiar y Comunitaria. En pocas semanas los jóvenes que han superado el examen MIR decidirán si eligen Extremadura o no.
En el mes de marzo el SES ha intentado captar la atención de los futuros residentes con la celebración de jornadas de puertas abiertas en sus hospitales. En ellas los responsables de formación sanitaria les explican cómo funcionan los distintos centros y qué pueden esperar de realizar la formación en ellos.
Para intentar paliar el déficit de profesionales, desde febrero de 2020 la Junta empezó a permitir la prolongación de la actividad profesional en el SES hasta los 70 años.
Para ello debe existir una necesidad de la Administración sujeta a unos requisitos que aseguren que el profesional tiene plena capacidad y cumple con los objetivos de su unidad o servicio. Se creó una comisión técnica dentro de la Mesa Sectorial de Sanidad que valora, previamente y con carácter consultivo, las solicitudes de los profesionales. Los interesados tienen que presentar un certificado médico de aptitudes.
La autorización la concede la Dirección General de Recursos Humanos y Asuntos Generales del SES con una duración de un año. Luego se va renovando anualmente si se siguen reuniendo los requisitos y las circunstancias de la prolongación.
Es una medida que supone un balón de oxígeno, pero que no soluciona el problema, pues a ella no se suelen acoger la gran mayoría de los que llegan a la edad de jubilación.
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