Alcalde de Oliva de Plasencia: «Esta noche pensábamos que el fuego se nos venía encima»
Vecinos del pueblo han trabajado durante toda la noche en cortafuegos y otros han decidido salir de la localidad «porque el humo ya es irrespirable»
A. B. Hernández
Jueves, 14 de agosto 2025, 10:35
Oliva de Plasencia es la última localidad del norte extremeño que se ha visto afectada por el incendio que el pasado martes comenzó en la sierra de Jarilla. Se ha indicado a sus vecinos que tienen que mantenerse confinados en casa, con puertas y ventanas cerradas, por el peligro que supone respirar la gran humareda que sobrevuela la zona.
Es así por el notable avance del incendio durante esta noche. Son más de 4.600 hectáreas las que ha calcinado, ha atravesado la N-630 y la A-66, obligando a cortar al tráfico 25 kilómetros de la autovía, trasladar el Puesto de Mando Avanzado hasta La Granja y ordenar el confinamiento de los vecinos de Oliva de Plasencia.
«Lo cierto es que esta madrugada pensábamos que el incendio se nos venía encima», reconoce el alcalde de Oliva, Ángel González. «Por eso, desde las dos de la mañana varios vecinos hemos estado trabajando en cortafuegos en las zonas que consideramos complicadas para tratar de frenar las llamas si llegan hasta aquí», explica.
MÁS INFORMACIÓN
- Guardiola agradece a Andalucía, Castilla-La Mancha y Madrid su ayuda frente a los incendios en Extremadura
- Nuevas evacuaciones de madrugada por el incendio de Jarilla
- Extremadura afronta su tercer día de combate contra el fuego, que mantiene cortados 25 kilómetros de la A-66
- El Rey telefonea a Guardiola y sigue con preocupación los incendios en Extremadura
- El foco de Jarilla sigue descontrolado y se suma otro «preocupante» en Casares de Hurdes
-
Eso no ha ocurrido y el alcalde confía en que no lo haga. «Son muchos los efectivos de la UME y los medios aéreos que están trabajando en la zona para evitarlo, y creo que lo conseguirán; otra cosa es el fuego en la sierra, está descontrolado», confirma.
Evacuación voluntaria
Pero lo que sí ha llegado a Oliva es humo y ceniza. «Cuesta respirar, sales a la calle y el humo se te mete en los ojos y en la garganta», dice Ismael Rozalén, vecino también del pueblo. «Aunque no parece que hace viento aquí, lo cierto es que el humo sí está avanzando en esta dirección, está cada vez más cerca, entra cada vez con más rapidez en el pueblo y la incertidumbre va a más».
Carmen Rosas no ha esperado a ver la evolución. «Acabo de salir en coche del pueblo con mi padre, que tiene 90 años», indica. «De madrugada nos han dicho que tuviéramos una maleta preparada por si teníamos que irnos, ya no hemos podido dormir claro, y he decidido marcharme», explica.
«Entiendo que las llamas no llegarán al pueblo, pero tanto mi padre como yo tenemos problemas respiratorios y el humo y las cenizas son un problema», dice esta vecina de Oliva. «Nos han dicho que nos quedemos en casa, con puertas y ventanas cerradas y sin poner el aire acondicionado; nos vamos antes de que la situación pueda empeorar y corten más carreteras».
Para evitarlo ahora trabajan sobre el terreno 200 militares de la UME, 80 unidades de bomberos forestales, 4 agentes del medio natural, 4 técnicos de extinción, efectivos del Ministerio de Transición Ecológica, bomberos del Sepei, Guardia Civil y Cruz Roja; así como técnicos de Protección Civil y Emergencias y trabajadores sociales y psicólogos para atender a la población evacuada.