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Los tiempos han cambiado y con ellos también la esencia del mercadillo que cada año regresa a Cánovas por Womad. En él era habitual ... encontrar productos hechos en distintas partes del mundo e incluso dar con artículos exclusivos de artesanía. Sin embargo, gran parte de esa esencia 'womera' se ha perdido y en el paseo central de Cáceres los pequeños puestos con un espíritu multicultural intentan sobrevivir con otros que es habitual encontrarse un miércoles por la mañana en el habitual mercado Franco de la ciudad.
Lo comentan los cacereños y visitantes que conocen el mercado de Womad desde hace décadas y muchos de los que participan en esta edición como vendedores. «Se ponen puestos que nada tienen que ver con el espíritu de Womad y parece más bien un mercadillo sin la esencia de este festival», asegura Inés Celorrio, que vende artículos hechos a mano en un taller artesanal. Es de la sierra de Huelva y participa en esta cita desde hace nueve años. «Tenemos sandalias, mochilas y bolsos, entre otros productos. Todo cien por cien artesanal», añade.
«Cada vez hay menos artesanía», asegura. Y no le falta razón. De hecho, los pequeños puestos con artículos hechos a mano o productos llegados desde otros continentes como África son cada vez menos en un paseo central en el que ganan terreno vendedores ambulantes con artículos que se pueden encontrar en el mercado Franco un miércoles.
Alicia Hernández vende cosmética natural y artesanía en vidrio. Lleva viendo este cambio desde hace años, aunque en esta edición se ha hecho «muy evidente». Dice que el «público ha cambiado un poco y el producto es menos exclusivo». Comenta que «ya no vienen tantos comerciantes con artesanía». Antes, asegura, «entre nosotras buscábamos artesanía porque solo la encontrábamos en Womad y ahora eso ya no pasa», afirma entre jabones de diferentes partes del mundo.
Aun así hay propuestas que recuerdan la pura esencia de Womad: un espíritu de concordia, tolerancia, libertad, un puente entre culturas, una celebración de la diversidad con proyectos que unen Cáceres con el mundo.
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Uno de ellas es el de Nafasi Uganda, una ONG promovida por la cacereña María Mogollón cuyo objetivo es montar un orfanato en el país africano. Quiere brindar una segunda oportunidad a pequeños que han sido abandonados, maltratados o que han perdido a sus padres. Su objetivo es garantizarles educación y protección que permitan mejorar su presente y futuro.
Para ello, entre otras iniciativas, participa con un puesto en Womad. «Vendemos productos elaborados por mujeres de Uganda. Las ventas están yendo bien», comenta una de las voluntarias de dicha organización.
En su caso es la primera vez que participa en Womad, un festival que afronta este sábado su día grande. Se espera que sea la jornada más multitudinaria con diez conciertos. Sanguijuelas del Guadiana, en la Plaza Mayor, son uno de los platos fuertes de esta cita que cerrará Arp Frique & The Perpetual Singers ya de madrugada. Al mediodía, el escenario de la Plaza de Santa María contará con el Conjunto San Antonio, The Ruffos y Sü.
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