Ferra Adrià desmenuza el éxito de un friegaplatos que terminó siendo el cocinero más influyente
El chef, ahora centrado en su fundación, ofrece una charla en el Teatro María Luisa en su tercera jornada en la ciudad, en la que desarrolla un curso de gestión en restauración
En el acogedor y coqueto Teatro María Luisa de MéridaFerran Adrià se ha debido sentir esta tarde en la gloria. Ha improvisado, como ... los actores; ha hecho reír, como los actores; ha hecho pensar, ha reflexionado...ha triunfado, como muchos actores. El chef, ahora lejos de los fogones al estar centrado como presidente de su fundación, El Bulli Foundation, ha culminado su estancia de tres días en Mérida con una charla en la que, se anticipaba, venía a ser como un ejercicio de escucha cómo ser innovador y triunfar en el mundo culinario. Ante un auditorio en el que abundaban propietarios de restaurantes pero también personas de otras profesiones, el catalán abordaba en este encuentro colectivo la 'Esencia y futuro: actitud innovadora'. O, por resumir, «qué criterios objetivos seguir para desarrollar con éxito tu negocio».
Socarrón, directo, interactivo con el público, Adrià ha contado su historia personal pero no como ejemplo dogmático para nadie -«cada uno puede hacer lo que le de la gana»- sino para «hacer pensar porque charlas como esta son para reflexionar. Y te puede cambiar la vida. A mí me pasó con una en 1896», ha contado en la sala teatral. «Lo importante por encima de todo es la libertad. Para innovar, para crear, con tu negocio o tu vida personal, aquí, dentro de un orden, claro», ha rematado.
Adrià, a sus 63 años, le gusta hablar. Con ideas claras, sí, pero también improvisar, reconoce. Este lunes se estrenó como ponente dentro del curso intensivo en restauración organizado por la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de Extremadura (Cetex) y CaixaBank. Este martes se ha centrado en contar como un joven de 18 años que comenzó siendo friegaplatos en Castelldefels (Barcelona) pero quería ser futbolista por Johan Cruyff acabó siendo cocinero. Y no uno cualquiera sino el más influyente, se ha dicho, en el mundo reciente de la cocina.
«Nunca sabes lo que vas a ser. Puedes tener una idea y luego cambiar. Se puede pensar a lo grande pero hay que tener unos criterios objetivos para intentar alcanzar los mejores éxitos en tu negocio, el de la restauración en este caso pero se puede aplicar a casi todo en esta vida», ha dicho Adrià. Ha insistido en que el mundo de la restauración es muy duro, costoso y que exige sacrificios.
«Fijaros lo que supone la alimentación en la economía española, un 28,8%. Si por algo no hubiera alimentos un día se perdería todo eso. Y lo que supone el turismo, muy ligado a la restauración, para el país. Pero no es nada fácil. No todo el mundo gana tanto dinero como para ir con frecuencia a los restaurantes y gastar bastante dinero», ha comentado ante el público.
La charla de Adrià se encuadra en el contexto de colaboración entre la fundación que preside y Caixabank. El chef ha hecho ya 21 cursos sobre modelos exitosos de gestión con la entidad financiera. El último termina este miércoles en Mérida, inaugurado en la Escuela Superior de Hostelería y Agroturismo de Extremadura, en un curso en el que han participado 80 alumnos.
Adrià se marcha encantado de Mérida y de Extremadura, conocedor de su potencial agroalimentario y turístico. Por su parte, CaixaBank, a través de su delegado territorial de Extremadura y Castilla-La Mancha, Juan Luis Vidal, ha destacado la figura del cocinero catalán a la vez que ha subrayado los valores extremeños tanto en el mundo de la alimentación como turístico.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión