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¿Qué ha pasado este jueves, 4 de diciembre, en Extremadura?
Alumnos que se presentan a la PAU 2025 en Extremadura, en el campus universitario de Badajoz. Ángel Márquez
Selectividad en Extremadura

Comienza la PAU en Extremadura: «Estamos atacados de los nervios»

La selectividad se inicia en la región con el examen de Lengua y Literatura; 5.500 alumnos se enfrentan a tres jornadas de pruebas en las que se juegan su futuro

Álvaro Rubio

Cáceres

Martes, 3 de junio 2025, 11:36

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Llego el día. Empieza la PAU 2025 en Extremadura, la selectividad más complicada de los últimos años o al menos la que más incertidumbre genera porque cambian los modelos de examen y algunos criterios de evaluación. Ante eso los campus universitarios de la región, donde se concentran las sedes de esta prueba, eran un mar de nervios a primera hora de la mañana. Jóvenes entre apuntes, profesores intentando calmarles y padres comiéndose literalmente las uñas. Esa es la escena en este primer día de pruebas. Por delante tres jornadas en las que más de 5.500 estudiantes se juegan su futuro.

«Estamos atacados de los nervios. No te voy a mentir», reconocía Álvaro Figueras, que quiere estudiar el grado en Global Studies en Salamanca, algo similar a Relaciones Internacionales, pero que se cursa en su totalidad en Inglés. Los tiempos han cambiado, gran parte de las carreras que ofertan las universidades también, pero el ambiente en los campus extremeños el día que comienza la selectividad es similar. A algunos de los chavales les cuesta hasta articular palabra antes de enfrentarse al primer examen, el de Lengua y literatura.

Luego será el turno de Historia de la Filosofía y el martes el de Lengua Extranjera (Inglés, Francés o portugués) e Historia, el que más incertidumbre genera entre los estudiantes. Además, se examinarán de la materia específica de la modalidad del Bachillerato cursado. A esa fase obligatoria se suma otra voluntaria para subir nota en la que pueden enfrentarse a hasta cuatro asignaturas. Esa parte es recomendable para quienes necesiten una nota comprendida entre el 10 y el 14, la máxima puntuación.

Estudiantes como Ángela Quijada tendrán que hacerla si quieren lograr su objetivo. Le gustaría hacer Medicina o Enfermería, dos de los grados con las notas de corte más altas. «Tengo un 8,56 en Bachillerato y necesito que la PAU me salga muy bien. Me juego mi futuro en tres días», decía con nervios y también impaciente por empezar a demostrar lo que ha estudiado. «He estado delante de los apuntes mañana y tarde, sin parar», reconocía esta alumna del instituto Al-Qázeres de la capital cacereña.

«Tengo un 8,56 en Bachillerato y necesito que la PAU me salga muy bien. Me juego mi futuro en tres días»

Ángela Quijada

Quiere hacer Medicina o Enfermería

En una situación similar está Natalia de la Cruz, que desde el campus universitario de Badajoz, justo antes de empezar la PAU, reconocía que estaba «muy nerviosa». Quiere cursar Enfermería, una de las carreras más demandas en la Universidad de Extremadura y la única que se imparte en los cuatro principales centros de la región (Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia).

«Quiero hacer una ingeniería. Quizás Industrial o Naval. Espero que me salga bien»

Guillermo Vivas

Tiene un 10 en Bachillerato

Antonio Santos y Mar Martín necesitan más de un 12 para acceder al grado que desean, Física. Sus medias rondan el nueve en Bachillerato. Otros como Guillermo Vivas han alcanzado la perfección en los dos últimos cursos del instituto. Tiene un 10. «Quiero hacer una ingeniería. No sé cual. Quizás Industrial o Naval», comentaba. «Espero que me salga bien, pero hay que tener suerte también», apuntaba este alumno del instituto San Pedro de Alcántara.

En su caso se ha tenido que levantar más temprano de lo habitual para llegar con tiempo al campus universitario cacereño. La mayoría ha salido con bastante antelación para evitar el tráfico y los atascos en los accesos a los campus. En torno a las 8.30 horas es cuando se han registrado pequeñas retenciones.

Muchos padres esperando

«Estamos nerviosas. No más que ellos pero también. No saben a lo que se enfrentan. Es algo nuevo y tienen miedo», reconocían Conchi, Ana y Cristina, algunas de las muchas madres de alumnos que han acompañado a sus hijos hasta la puerta del examen. En esta convocatoria la expectación entre los progenitores era bastante. Cada vez hay más esperando a las puertas de las sedes para ver con qué cara salen sus pequeños de 17 y 18 años.

«Somos padres sufrientes y profesores», comentaba Montaña Arribas y José Luis Reguero. «Estos exámenes lo marcan todo. El Bachillerato lo ha hecho muy bien, pero esta prueba es la que decide», indicaba Montaña. «Lo que más miedo nos da desde la perspectiva de docentes es la nueva modalidad de examen. No sabemos cómo va a ir todo. Hay más incertidumbre por eso», añadía José Luis.

Y es que este año, la principal novedad es que solo hay un modelo de examen por asignatura y no dos como hasta ahora. Los ejercicios de cada materia están estructurados en apartados que pueden contener una o varias preguntas. Aunque existe la posibilidad de elegir entre algunas de ellas, no implica estudiar menos temario.

Por primera vez, hay comunidades autónomas que mantienen los mismos criterios de evaluación, aunque las preguntas son distintas. «Creemos que no puede haber 17 pruebas distintas. Este año son 12 las comunidades que realizan pruebas homogéneas. Por fin van a ser evaluados con las mismas condiciones que el resto de estudiantes españoles y el sistema va a ser beneficioso para los extremeños a la hora de elegir su futuro profesional», ha dicho la consejera de Educación, Mercedes Vaquera, este martes desde el campus universitario de Badajoz.

Además, la nueva PAU se adapta a la última reforma educativa, la conocida como Ley Celaá. Entró en vigor en 2021 y hace hincapié en la parte competencial. Por tanto, hay preguntas que se centran en razonar y ya no solo vale con memorizar.

«Afrontamos la PAU con ilusión. Ha habido un equipo de trabajo intenso. Tenemos la incertidumbre propia de las primeras veces, pero la tranquilidad de que el trabajo está hecho», ha afirmado Rocío Blas, adjunta al Rector para el vicerrectorado de Estudiantes, Empleo y Movilidad, que ha lanzado un mensaje de calma a los estudiantes. Eso sí, en esta ocasión serán menos exigentes con las faltas de ortografía. El Ministerio de Universidades ha armonizado algunos criterios sobre penalización en este asunto. Cometer errores ortográficos ya no será motivo de suspenso directo por regla general. Si antes con más de cinco fallos en el examen de Lengua se consideraba no aprobado aunque tuviera la prueba perfecta, ahora lo máximo a descontar será dos puntos de la calificación total.

La nota final de acceso del alumno se obtiene con la suma del 60% de su calificación media de Bachillerato más el 40% de la conseguida en la PAU. Los resultados se darán a conocer a partir el 13 de junio.

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