Las librerías cacereñas hacen frente a una oleada de traspasos y cierres
Cuatro establecimientos han dejado de dar servicio o intentan que el negocio continúe en otras manos
La librería Agúndez cerró el pasado lunes sus puertas. Este negocio histórico en la avenida de Antonio Hurtado pone punto y final a una etapa de 41 años en manos de Alfonso Agúndez, un histórico del mundo del papel que inauguró el que fue su medio de vida durante cuatro décadas en 1984. El cierre se debe en este caso a la jubilación de este comerciante, que está a punto de cumplir 67 años y que, como explicó en un reportaje en este diario, quiere disfrutar de este tiempo y de su familia.
Está terminando de completar un traspaso y tienen que resolverse algunas cuestiones administrativas, por lo que la idea es que esta librería pueda seguir funcionando otra vez pronto, tal y como explica este hombre, cuyo negocio estaba especializado en libros de texto y que dio servicio a muchos colegios e institutos de Cáceres, sobre todo a los de su zona, como el Sagrado Corazón o el Norba. Además, contaba con numeroso material técnico de papelería. Agúndez fue uno de los fundadores de la Feria del Libro, de la que se despedía el pasado mes de abril.
Este cierre coincide en el tiempo con cambios en otros dos negocios de libros de la ciudad. Se trata de la librería Cervantes, en Colón, también en traspaso, y de la librería Eguiluz, que se encuentra en la calle León Leal. Este negocio familiar abrió sus puertas hace 38 años y ahora está en manos de la segunda generación, Ignacio Figuero, que, aunque no da más detalles a este diario sobre el porqué de su decisión, señala que también está en negociación el traspaso, que, si se concreta, permitiría poder seguir dando servicio en una calle céntrica y muy próxima a centros educativos como el Prácticas, el Brocense, el Norba o el Paideuterion. Esta librería está especializada en pedagogía, aunque tiene un poco de todo y ha sido una de las fijas en la Feria del Libro.
También lo ha sido Cervantes, que dirige desde hace 12 años Vicente Teomiro. Se trata en este caso de un cierre por jubilación. Igual que en el resto de los establecimientos citados el relevo a través de la fórmula del traspaso supone que se busca un nuevo dueño para que el negocio se mantenga tal cual. Se subrogan los derechos y obligaciones adquiridos en el contrato de arrendamiento del inquilino primigenio a un nuevo y nada cambia, lo que permite iniciar una segunda etapa para que no mueran determinados establecimientos. Este tipo de operaciones suelen hacerse cuando los negocios funcionan.
Dos años después de un cierre anunciado como temporal de la librería Figueroa de la Avenida Virgen de la Montaña esta sigue sin dar servicio. El motivo, explica Luis Fernando Figueroa, que entró como propietario en la misma en 2004 después de la jubilación de su padre y de su tía, es que cayó enfermo y por ahora no ha podido reabrirla. Además de esa situación concreta él considera que existen dificultades que traban la rentabilidad de estos negocios, como, en el caso de los libros de texto, la utilización de material digital por parte de los estudiantes. Las grandes superficies, la compra por Internet o la venta en colegios concertados también ha hecho mermar negocios.
De no poderse traspasar los establecimientos que se encuentran en esa condiciona la optimista cifra de hace dos años, con 13 establecimientos cuya actividad principal es la venta del libros y una red en la que se ofrece además material de papelería o juguetes. Cáceres superaba en ese momento la media nacional con una librería por cada 7.300 habitantes. En España la media es de 6,2 librerías por 100.000 (una por 16.129), un ranking que está encabezado por Madrid y Cataluña, con un 13,7% de los establecimientos; Andalucía (12,6%) y Comunidad Valenciana (10%). Estos datos aparecen en el mapa de librerías de 2022 que ofrece Cegal, la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros.
La distribución física de las librerías en Cáceres abarca, fundamentalmente, el centro. Además de las ya citadas, en Camino Llano se encuentra Todo Libros y también próximo a Virgen de la Montaña, en la galería Cánovas, está Pleyades. En los barrios de nueva construcción también van surgiendo este tipo de establecimientos, en muchos casos también como tiendas mixtas, en donde además de libros se vende prensa y otros artículos. Libros mezclados con chuches y con prensa.
Varios negocios literarios nuevos han abierto en cuatro años en la ciudad
En octubre de 2021 abrió sus puertas en la calle Roso de Luna la Puerta de Tannhäuser, una librería independiente fundada en Plasencia y que logró el premio de Fomento de la Lectura en el 2016. Vino a engrosar una red que ahora se ve mermada con la oleada de traspasos y cierres que afecta a cuatro establecimientos de la ciudad.
En la barriada del Nuevo Cáceres abrió sus puertas la librería 'Entre páginas de libros', que regenta Teresa Téllez Ávila en la calle Marrakech, 1. Empezó de cero y dice que la respuesta está siendo positiva. Ella organiza también presentaciones de libros como la del pasado jueves, con Luis Roso, un autor extremeño que dio a conocer 'Leyenda de sangre'.
A final del año pasado año se inauguró la librería L´Alondra, que tomó el traspaso de Marisol, en la barriada del R-66. Raphaël Franck, que es belga, es el encargado de la librería, en la que colabora estrechamente Teresa Arroyo, que es ilustradora y ha publicado numerosos libros infantiles con las editoriales Versant Sud Jeunesse de Bruselas (Bélgica) o Maison Elisa, de Nantes (Francia). El nombre de la librería, la alusión a esa ave, la alondra, alude a la idea de anidar, ya que ambos han hecho de Cáceres el lugar donde formar su familia después de un periplo por otras ciudades.
Hace tres años abrió sus puertas el espacio multidisciplinar 'La lente y el pincel' en la Avenida de España. Se trata de un espacio multidisciplinar y una considerable oferta de libros especializados en arte y fotografía'. Una loca de hartar', que abrió este año combina su actividad como reprografía y papelería con la venta de libros LGTB.
