Derretidos desde mayo
Análisis ·
Cáceres podría ir pensando en adelantar la apertura de las piscinas para combatir un calor extremo que cada vez llega antesQué ilusos quienes, al inicio de la primavera tan lluviosa y fresquita que veníamos disfrutado, esperábamos un final de estación agradable y un verano llevadero. ... Ni si quiera ha hecho falta que llegue junio para empezar a derretirnos un año más en esta tierra de extremos. En apenas dos semanas el campo ha pasado de un verde esplendoroso que se prolongaba más de lo habitual al amarillo desértico, y ya en el último fin de semana de mayo, en plenas ferias de San Fernando, los termómetros se quedaron muy cerca de los 40 grados.
«Llegó el verano y asoló la primavera», cantaba Roberto Iniesta en 'La ley innata'. El problema es que eso cada vez ocurre antes y los medios para combatirlo en medio del secarral son pocos. Allí donde hay río nunca faltan el alivio del chapuzón y la buena sombra de la ribera arbolada, pero en Cáceres no queda otra que tirar de aire acondicionado o piscina. Y eso es lo malo, que las piscinas públicas no abren hasta la tercera semana de junio. Hay alternativas privadas, como la del camping, que funciona desde esta semana, o las comunitarias, pero ni las cuatro municipales (seis si sumamos las de Valdesalor y Rincón de Ballesteros), ni la de la Junta en la Ciudad Deportiva, ni la de la Universidad en el campus estarán disponibles al menos hasta mediados de mes.
Todas las noticias científicas serias que nos llegan sobre el calentamiento global apuntan a que los veranos seguirán siendo cada vez más largos y más cálidos. No se trata de actuar por impulso ni porque haya hecho mucho calor estas ferias en concreto, porque siempre va a haber altibajos en la curva, sino de anticiparse a lo que viene. Como revertir a corto plazo la tendencia del cambio climático que sufre el planeta queda más bien fuera de nuestro alcance como ciudad, Cáceres debería pensar al menos en adelantar la apertura de las piscinas de cara a próximas campañas. Es algo que no se puede hacer de golpe en este mismo año ni exigir de repente un día como ocurrencia porque tenemos calor, sino que requiere planificación y supone un coste, porque hay preparar las instalaciones y contratar al personal durante más tiempo.
El concurso de gestión de las piscinas municipales para los próximos años ha quedado desierto y el Ayuntamiento ha tenido que alcanzar un acuerdo económico con Conyser para que siga prestando el servicio este verano, que ya no le correspondía. Es por lo tanto un buen momento para replantear las fechas, modificar las condiciones y ampliar la temporada de baños con vistas al futuro. El pliego al que ninguna empresa ha optado dice que, efectivamente, la piscina de Cáceres el Viejo deberá abrir cada 1 de junio, pero sin embargo para el resto el inicio se fija a partir del tercer fin de semana de ese mes, y el cierre de las últimas el segundo fin de semana de septiembre.
Las piscinas municipales, al igual que el autobús urbano, son servicios deficitarios que salen a concurso por una cantidad. Se calcula que cuesta unos 420.000 euros al año, mientras que los ingresos se reducen a 130.000. La diferencia la cubre el Ayuntamiento. Por un poco más, un pequeño adelanto en las fechas de apertura bastaría para aliviar algo a los acalorados cacereños.
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