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Hervás y el Jerte intentan resarcirse tras el golpe al turismo por el incendio
El fuego de Jarilla provoca cientos de cancelaciones esta semana, pero las zonas que suelen visitarse están intactas y los alojamientos esperan llenarse de nuevo
El incendio de Jarilla, el más grande de la historia de Extremadura, ha golpeado al turismo en pleno mes de agosto y ha afectado ... a los lugares que más visitantes suelen atraer a la región. Hervás y el Valle del Jerte han sufrido cientos de cancelaciones durante estos días y ahora intentan recuperarse tras un semana trágica y con la esperanza puesta en que las zonas más visibles siguen siendo verdes.
Lo que antes era humo, como consecuencia del fuego más devastador conocido en esta comunidad autónoma y una masa de aire irrespirable, empieza ahora a cambiar. Una paseo por los pueblos de los cerezos y la localidad más visitada del Ambroz es suficiente para darse cuenta de que sus principales atractivos siguen casi tal y como eran antes de este incendio que ha quemado más de 17.000 hectáreas. Son muchas, pero la mayoría se encuentran en zonas casi inaccesibles, en los puntos más altos de las sierras y lejos de lo que habitualmente visitan los turistas.
Aun así, los empresarios y sus vecinos son conscientes de que les costará recuperar el pulso. En Hervás, su imagen estos días poco ha tenido que ver con la de otros años. Las terrazas de los bares, las plazas y sus calles han estado casi vacías y el sonido de fondo ha sido el de los helicópteros de los equipos de extinción sobrevolando la zona.
«En agosto, esto estaría a tope y ya puedes ver que no hay nadie, solo mesas vacías. Ahora es nuestra temporada alta y esto nos ha hecho mucho daño. La gente, con el humo y el miedo, se ha ido, pero tengo la esperanza de que a partir de este fin de semana todo mejore y la gente vuelva, con el turismo de calidad que nos caracteriza», explicaba el jueves Michael Sánchez desde su restaurante en la plaza del pueblo.
Lleva 15 años como hostelero en Hervás. «Nos confinaron la última jornada de las fiestas y el peor día ha sido el jueves 21, el fin de semana ya va a haber más movimiento. Si no hubiera pasado nada, esto estaría lleno», añadía junto a sus nueve empleados sentados en las mesas de la terraza sin trabajar y sin ningún cliente.
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La conocida como calle de los bares también estaba vacía. «Eso tendría que verse con ambiente y mucha gente tomando las cañas, pero nada», lamentaba.
Con él coincide Delfín Amador, que está al frente de otro negocio. «Acabamos de abrir, hemos estado confinados e intentamos recuperar la normalidad. Ante la alarma por el fuego, la gente se ha alterado, se ha puesto muy nerviosa y se ha ido», decía desde su establecimiento. En él los clientes entraban a cuentagotas el jueves.
Sin embargo, está seguro de que eso cambiará en unos días, pues las zonas turísticas de Hervás no se han calcinado. De hecho, los terrenos abrasados no son visibles desde este municipio de 4.000 habitantes que suele duplicar su población en la época estival.
«Ante la alarma, la gente se ha ido; ahora intentamos recuperar la normalidad»
Delfín Amador
Hostelero en Hervás
«Esperemos que las instituciones reflejen que lo turístico de Hervás, que son las zonas de bajo monte y el castañar, por donde discurren las rutas senderistas, no se ha quemado», apunta Rodrigo González, que gestiona 20 alojamientos. «Esta semana hemos tenido casi un 100% de cancelaciones, pero para la próxima ya contamos con siete reservas y para septiembre se han mantenido», añade.
Asegura que el castañar gallego, una zona protegida que justo empieza desde la pista Heidi hacia abajo, no se ha calcinado. «Apenas se ha escapado el fuego en algún punto. La Chorrera, que pertenece a Red Natura y que cuenta con numerosos robles, también se ha conservado. Hemos temido que el incendio arrasara con todo, pero somos muy afortunados porque las llamas no han llegado ahí», añade.
Por tanto, la mayor parte quemada está en zonas altas de sierra, algunos pinares no autóctonos de Hervás, así como partes de robledal en el Puerto de Honduras. «Es un daño que creo que al turismo no afectará porque las rutas que hacen el 95% de los turistas son en zona de monte que está intacta», asegura.
En lo más alto del valle
En la comarca del Jerte, joyas naturales como la garganta de los Papúos o la de los Infiernos también se han conservado y las zonas más afectadas están en las partes alta del valle. Desde pueblos como Navaconcejo, Rebollar o El Torno, el negro del monte calcinado solo se observa en lo más alto. Acceder allí como turista es casi imposible si no es guiado por un agricultor que conozca el terreno.
Eso sí, en las zonas colindantes a los pinares, donde se llega por un camino casi impracticable y estrecho tras 20 minutos en coche no apto para turistas, sí ha habido destrozos de cultivos de cerezos y castaños. Los trabajadores del campo estiman que han perdido un 5%.
«Nos llaman los turistas porque creen que se ha arrasado el Jerte y no es real»
Daniel Morán
Asociación de Turismo del Jerte
«Los turistas nos han llamado porque pensaban que el Valle del Jerte se estaba arrasando, pero no es la realidad. Se puede visitar lo mismo que hace 15 días, antes del incendio, y sigue siendo verde. Hemos tenido que hacer mucha campaña de concienciación con los propios clientes, enviándoles fotos para que comprobaran que lo quemado es solo alta montaña, zonas a las que un turista no llega», asegura Daniel Morán, presidente de la Asociación de Turismo del Valle del Jerte y gerente un alojamiento en El Torno.
Zona afectada por el incendio de Jarilla
▇ Localidades evacuadas ▇ Localidades confinadas
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Es una afirmación que se ajusta a la realidad, tal y como ha comprobado el diario HOY, que ha recorrido la zona. El valle está como antes excepto en las zonas altas. El cerezo en flor seguirá manteniendo su esplendor.
Por contra, el color negro sí predomina en los puntos donde se inició el incendio. Allí el paisaje cambia por completo. El silencio y las cenizas se han apoderado de los alrededores de poblaciones del entorno del Ambroz como Cabezabellosa, Villar de Plasencia y Jarilla. El paso de las llamas de este descomunal incendio ha dejado allí un paisaje desolador.
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