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Las claves de una comparsa invencible

Las claves de una comparsa invencible

En los últimos años el éxito ha sido para los grupos de localidades pequeñas que se vuelcan en la música y en bailes más arriesgados

NATALIA REIGADAS

Martes, 17 de febrero 2015, 10:26

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Ni el gorro más alto, ni las alas más impresionantes, ni el disfraz con más volumen. La clave para ser una comparsa invencible es una idea diferente, una buena costura y acompañarla de una música y una coreografía a juego y muy trabajada. Los grupos que dominan el concurso pacense, en especial Las Monjas, destacan por haber roto con la imagen clásica de una comparsa.

Las Monjas de Torremejía han ganado seis de los últimos ocho desfiles de Carnaval. En este tiempo siempre se han distinguido por coger un disfraz y darle una vuelta de tuerca. Han llevado un traje oriental, pero inspirado en la Guerra de las Galaxias, también un disfraz de mariachi, pero mezclado con la fiesta de los muertos. Este año han vuelto a hacerlo. Su disfraz es un renacentista punki o un punki renacentista. Es sorprendente, el sello que les ha hecho invencibles.

Las otras claves son una costura muy trabajada, siempre con muchos detalles, gorros con muchísimos elementos y un nivel musical alto combinado con coreografías muy ensayadas. Para conseguirlo, Lourdes Flores, presidenta de la comparsa, explica que se reúnen en septiembre para elegir el diseño del traje. Hasta que no lo cierran, no buscan una música a juego, y de ahí a la coreografía, siempre con movimientos distintos y arriesgados. Suelen ensayar de forma intensiva desde diciembre. En este 2015, por ejemplo, han mezclado bailes del renacimiento con pasos de rap y rock. «La clave es la idea. Se ha ido consiguiendo paso a paso y ahora cada año nos intentamos superar. El rival eres tú mismo».

Flores explica que muchas veces no saben si su traje va a funcionar hasta que lo ven en la calle, por ejemplo en el desfile de Torremejía que fue el sábado. «Ahí vimos que gustaba y luego sabemos que en Badajoz nos crecemos por el ánimo del público y por todo».

La clave de sus diseños es Juan, que no es modisto ni experto en moda. Es un joven de 30 años que ha diseñados sus últimos trajes. Estudió topografía y no trabaja en nada relacionado con la costura. Simplemente le gusta dibujar y tiene mucha imaginación. Luego sus diseños los llevan a patrones cuatro mujeres que saben de esta materia. Son Caty, Vanesa, María José y Encarna.

Entre otros idean propuestas como combinar una cresta rosa punki con un cuello veneciano, o medias rotas con pinchos con una falda de tela brocada. Genialidades que hacen que el público pacense comience a aplaudir a esta comparsa 50 metros antes de que lleguen a su altura.

La inversión también es importante. Usan telas de calidad y muchos detalles. Sus materiales de este año cuestan 150 euros por traje. A esto hay que sumar entre 60 y 70 euros por persona si no pueden realizar ellos mismos la costura.

Hay que ser un espectáculo

Otra agrupación en alza son Los Pirulfos, de Barbaño, que han sido segundos con sus mimos. Ellos representan otro estilo de comparsa que gusta mucho en los últimos años. Llevan gorros sencillos que favorecen hacer coreografías más movidas. En esta categoría siempre ha destacado La Kochera de Puebla de la Calzada o Los Mismos de Guadiana del Caudillo, que en esta edición han conseguido el séptimo y cuarto puesto como cubanos y gauchos argentinos.

En el caso de Los Pirulfos llevaban un traje brillante y con vuelo, pero su mayor arma ha sido la originalidad de su coreografía, en la que hacían movimientos de mimo. Usaban una maleta para sacar elementos como un pañuelo o un espejo con los que jugar en el baile, y también se subían encima de este complemento para imitar una actuación callejera de mímica.

Nemesio Moto, presidente de esta comparsa, tiene claro su objetivo. «Eso es lo que consigue poner al público en pie y que te aplaudan. Ya no se trata de llevar un traje espectacular, sino de dar un espectáculo completo con música y coreografía. Es teatro en la calle».

En el caso de Los Pirulfos el traje les ha costado 80 euros en materiales. Destaca en su caso el uso de la goma EVA para hacer los detalles. Esta pasta, fácil de moldear y barata, se ha extendido por la mayoría de las comparsas.

Otro rasgo común entre muchas de las agrupaciones punteras es que son de pueblos pequeños. Los Pirulfos, por ejemplo, son 120 personas de una localidad de 600 habitantes. «Todo el pueblo se vuelca. Tras el segundo puesto volvimos en autobús y había 40 vecinos esperándonos para celebrarlo», recuerda Moto.

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