105.000 euros para iniciar la salvación del convento de San Antonio en Garrovillas
Entre las actuaciones encargadas por la Junta están la colocación de un nuevo vallado perimetral, la limpieza de la zona y la consolidación de los elementos más amenazados
redacción
Miércoles, 23 de junio 2021, 13:37
Comienza un proceso que se prevé largo para intentar salvar el convento de San Antonio de Garrovillas de Alconétar, una joya arquitectónica del siglo XV abandonada, expoliada y en ruinas. Ahora la Junta de Extremadura invertirá 104.717 euros en una primera intervención «básica pero necesaria».
La Consejería de Cultura dedicará ese dinero a limpiar, cerrar y asegurar ciertos elementos en peligro. El monumento entró en 2015 en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra como uno de los 14 monumentos de Europa más amenazados.
Tras años de gestiones, recientemente el edificio en ruinas pasó a propiedad de la Administración extremeña por medio de una donación. Su estado de abandono y deterioro amanazan con acabar con los restos que se conservan, «de gran valor histórico y arquitectónico y por el que fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento», destaca Cultura.
La primera actuación, detalla la Junta, «permitirá la delimitación física del inmueble, mejorando el cerramiento actual de la parcela que se completará con la limpieza y tratamiento de los restos de la edificación que se han derrumbado».
Esta intervención se completa con la consolidación de una serie de elementos que se encuentran en un cierto 'equilibrio inestable', como puede ser la zona del acceso original por la portería del Convento o los muros que quedan en la zona que separaba la cocina de la enfermería o el propio claustro con esta última.
De esta forma, se propone una intervención preventiva basada en el cerramiento exterior de la parcela en la que se asienta el edificio, a la vez que se propone una limpieza de las estancias interiores, actualmente colmatadas por vegetación descontrolada y restos de los escombros producidos por el derrumbe de las diferentes estructuras del edificio principal (bóvedas, muros, etc.)
Por último, se propone actuar de urgencia sobre los elementos edificatorios que presenten un grave riesgo de derrumbe para intentar frenar el deterioro que está sufriendo a diario el monumento. Se entiende por tanto esta intervención como una primera toma de contacto con un inmueble que acaba de pasar a ser propiedad pública en su totalidad, a excepción de las zonas de huertas.
Nuevo vallado
Una de las actuaciones que se llevarán a cabo es el desmontaje del alero de la capilla del Cristo de la Injurias al haberse producido desprendimientos recientesy para evitar derrumbes. También se desbrozará y limpiará el área publica frente a la fachada, colocando un nuevo vallado perimetral de la zona.
Asimismo, la consolidación estructural del paramento que alberga la portada interior de la zona del zaguán; la eliminación de la vegetación que prolifera en torno a la sala Capitular; el desbroce manual, la limpieza y el tratamiento de restos de la zona de la nave de la Iglesia, del distribuidor, sacristía, zaguán, refectorio y portería del Convento.
Bóvedas entrerradas
Son zonas que prácticamente se encuentran desaparecidas, con los restos de las bóvedas que cubrían estas estancias enterradas bajo un manto vegetal, así como la limpieza y el desescombro del patio del Claustro principal, así como el apuntalamiento y reconstrucción de muros con el fin de mejorar su estabilidad y preservar su protección y conservación.
La construcción comenzó en 1476
El historiador extremeño Víctor Gibello explicó en su blog de HOY Paraísos Olvidados que el origen de la fundación religiosa está en una guerra civil, en una de las muchas que tuvieron lugar en la Castilla de los siglos XIV y XV. En marzo de 1476, en la ciudad de Toro, las tropas de los Reyes Católicos y una parte de la nobleza se enfrentó a los partidarios de Doña Juana de Castilla (apodada La Beltraneja, por razones que no vienen al caso contar ahora) apoyados por su marido, el rey de Portugal, Alfonso V. La victoria sonrió a la facción de Isabel de Castilla, pero en la batalla fue capturado Enrique Enríquez, conde de Alba de Liste y propietario por matrimonio de Garrovillas. Su esposa, María Teresa de Guzmán, se encomendó a la providencia y rogó para que lo liberaran de su apresamiento. En compensación juró la construcción de un monasterio bajo la advocación de San Antonio de Padua. Los condes de Alba de Liste empezaron a construir el edificio en 1476, y fue ampliándose en diferentes etapas posteriores.