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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Cientos personas se concentraron ayer en Zafra. :: ANA MAGRO
«A mí lo que me salvó fue la fuerza con la que me resistí»

«A mí lo que me salvó fue la fuerza con la que me resistí»

La joven que sufrió un intento de violación en Puebla de Sancho Pérez afirma que la única forma de evitar que se repitan estos hechos es denunciarlos

evaristo fdez. de vega / ana magro

ZAFRA

Jueves, 12 de septiembre 2019, 22:01

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«A mí lo que me salvó fue la fuerza con la que me resistí», decía ayer María, la chica de 20 años que logró evitar el domingo que un hombre de 59 años la agrediera sexualmente en una parcela que apenas dista un kilómetro de Puebla de Sancho Pérez.

Hasta allí se desplazó el domingo para echarle de comer a los animales que posee su familia. Sus padres estaban de vacaciones y su hermano tenía turno de guardia en el parque de bomberos de Castuera.

Eran las 13.25 horas cuando llegó y pocos minutos después se disponía a regresar al pueblo. Pero en ese momento vio aproximarse a un hombre que iba en bicicleta. «Por aquí pasa el camino de Santiago y muchos peregrinos se detienen a pedir agua. No sospeché de él».

«Me pidió un vaso de agua, decía que tenía mucho calor. Yo me dirigí a la casa para dársela del frigorífico, pero la llave no me abría, a veces falla, así que decidí ir a la nave para sacarla del pozo, que también está fresca».

Mientras se dirigía hacia allí, señaló la manguera por la que saldría el agua cuando accionase el motor, pero al salir de la nave vio que el visitante no se dirigía hacia el lugar que le había indicado sino que se iba hacia ella. «Yo le dije que se estaba confundiendo, que el agua saldría fuera. Entonces fue cuando me dijo que él no venía a por agua, sino que venía a por mí».

Sin tiempo para reaccionar, la agarró e intentó agredirla sexualmente por la fuerza. «Yo tenía el teléfono en la mano y comencé a pulsar el botón de apagado de forma repetida. Hacía un mes que lo había configurado para lanzar una alerta si me veía en problemas».

María era consciente de que corría un grave peligro y comenzó a gritar con la esperanza de que el móvil lanzara el mensaje a sus padres, a su hermano y a una prima. «Hacía un mes que había introducido sus números de teléfono en esa aplicación y sabía que les llegaría un mensaje de voz si activaba la alerta».

Fue así como sucedió y desde su móvil se lanzó de forma automática un mensaje de voz en el que María gritaba con desesperación: «He llamado a la Guardia Civil, desgraciado».

Esa alerta fue vista de forma inmediata por su hermano, que estaba en Castuera, y por su prima, con la que acababa de hablar porque tenían previsto comer juntas ese día.

La reacción de ambos fue rápida, pero María tiene claro que lo que realmente evitó que se consumara la violación no fue el mensaje de SOS, sino su decidida reacción. «A mí lo que me salvó fue mi fuerza. Ese hombre era más o menos igual de alto que yo y estaba fuerte, pero yo soy más corpulenta y pude hacerle frente. No sé los minutos que duró, tal vez tres o cuatro, a mí se me hizo eterno, pero llegó un momento en el que pensé que dándole el móvil me dejaría en paz. Se lo di con esa intención, pero lo utilizó para reventarlo contra mi cabeza».

En esos momentos, el agresor trató de cerrar la puerta de la nave para evitar que las voces pudieran alertar a algún vecino. Pero no lo consiguió porque María colocó una de sus piernas entre la puerta y el marco.

Minutos después, llegó la Guardia Civil y fue detenido el agresor, que ha ingresado en prisión.

El miércoles, María recibió el apoyo de más de 500 vecinos en Puebla de Sancho Pérez. Ayer volvió a haber una concentración en Zafra, la localidad en la que residía el detenido. «Por lo que ha hecho le pueden caer de uno a seis años de prisión, pero yo creo que ese castigo no es suficiente para este tipo de personas. Lo justo sería la prisión de por vida».

Su consejo para las mujeres que sufran este tipo de hechos es claro: «En estos días me han contado que hay muchas mujeres que no han denunciado hechos similares por vergüenza o por miedo. Si hubiesen denunciado, los autores habrían sido castigados y se habría evitado que volvieran a intentarlo de nuevo».

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