Pisos turísticos con orden
Análisis ·
La gentrificación está lejos de amenazar a Cáceres, pero aun así hace falta una norma para encauzar el sector de forma racionalLa recién aprobada reforma de otros dos edificios completos de la Plaza Mayor para convertirlos en apartamentos turísticos vuelve a poner de actualidad el ... debate sobre la necesidad de controlar la expansión de este tipo de alojamientos en el casco antiguo de Cáceres. Estas dos nuevas promociones, junto a otra que se presentará en breve, elevarán a corto plazo a ocho el número de edificios de la Plaza Mayor dedicados al completo a esta actividad, más allá de los hoteles, hostales pensiones y pisos de particulares que ya funcionan también en el mismo espacio. La luz roja, o al menos naranja, se ha encendido entre quienes llevan tiempo alertando de la temida gentrificación y poniendo en duda la conveniencia de consagrar por completo al turismo el centro de la ciudad. Los datos oficiales actualizados dicen que Cáceres tiene ya 345 apartamentos turísticos distribuidos en 188 negocios que suman 1.388 plazas, aproximadamente una tercera parte de todos los alojamientos disponibles en la ciudad, lo cual es mucho.
El casco antiguo de Cáceres no corre de momento riesgo de gentrificación porque es evidente para cualquiera que se dé una vuelta por los alrededores de la Plaza Mayor que sobran edificios degradados para rehabilitar que no quiere nadie. Hasta hay un estudio de la Universidad de Extremadura que así lo corrobora y, es más, dice que la única salida viable a día de hoy para salvar de la ruina esos inmuebles es convertirlos en apartamentos turísticos. Pero eso no significa que no haga falta una normativa municipal que ponga orden en el sector e impida que los alojamientos turísticos se concentren cada vez más en espacios muy concretos y sobreexplotados como, según avisan los vecinos, está empezando a pasar con la Plaza Mayor, mientras otras calles cercanas languidecen.
Del mismo modo que se hace con las ordenanzas de los bares, que establecen zonas saturadas donde no se pueden abrir más negocios, convendría que, antes de que sea demasiado tarde, Cáceres determine cómo quiere que sea su mapa de alojamientos turísticos, como han hecho ya muchas otras ciudades. No se trata de coartar la iniciativa privada ni la libertad empresarial, sino de que el sector crezca de una manera inteligente y racional ahora que aún estamos a tiempo. Los vecinos llevan años reclamando esa normativa y el Ayuntamiento se ha comprometido varias veces a ponerla en marcha. Hubo incluso un acuerdo de pleno a principios de 2022, cuando se aprobó por unanimidad una moción presentada al respecto por el PP. La nueva norma no solo deberá poner orden al crecimiento de los apartamentos turísticos, sino también aclarar su situación en asuntos como el IBI o el tipo de tasa de basura que deben pagar, y establecer reglas relativas a la convivencia con el entorno. El momento de hacerlo es ahora, cuando hay todavía margen para encauzar el sector antes de que se convierta en un problema inmanejable por la vía de los hechos consumados.
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