La democracia en gravísimo peligro
Miguel Fernández-palacios Gordon Madrid
Martes, 3 de diciembre 2024, 22:41
Con el regreso descarnado del fascismo, el mundo se polariza. Y no es casualidad. Hace tiempo que la derecha extrema advirtió querer entrar en las ... instituciones para despedazarlas desde dentro, y lo está consiguiendo. Con sus odios y bulos sobre hechos comprobados, lanzados sobre todo en redes sociales, germina la polarización que persigue el hartazgo de la ciudadanía y su desafección por la política. Si lo logran –están en la senda– y la gente engañada por sus bulos acaba por votar antipolítica, se dañará a sí misma tal y como advirtió el historiador británico Arnold J. Toynbee: «El mayor castigo que sufrirán quienes no se interesen por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesarán». Los «interesados» son los que siembran bulos, esparcen odio y cuestionan la política para que los intoxicados por tanto engaño les voten y, una vez aferrados al poder, implantar sus autocracias. No todos los políticos son iguales, ni mucho menos. Amparar la buena política para combatir el rampante fascismo es lo único que nos salvará del negro averno del totalitarismo. Pero mientras persigamos a quienes revelan la verdad y no a los que avientan bulos, se lo estaremos poniendo a huevo a aquellos que pretenden cargarse la democracia.
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