Cáceres se ilusiona con el coche chino

Las imágenes de la delegación china visitando el viernes posibles ubicaciones en La Mejostilla y Las Capellanías han disparado las expectativas. Unas horas antes se habían reunido en el Ayuntamiento con el alcalde, Rafael Mateos, que tiene ante sí la gran oportunidad de hacer aterrizar en Cáceres la que sería la primera gran industria que llega en décadas a una ciudad que todavía se resiente de golpes como los cierres de la Waechtersbach o Induyco. Mateos cuenta además con la baza de pertenecer al mismo partido que gobierna la Junta, la institución que está llevando las conversaciones con los directivos de LUM, lo cual en rigor no debería suponer una ventaja y nadie va a reconocer en público que lo sea, pero vivimos en el mundo real.

Parece ser además, según dicen sus promotores, que esta fábrica de coches no necesita mucho terreno para iniciar sus operaciones, apenas una hectárea. Lo contrario sería hoy por hoy un problema porque, aunque los trámites están en marcha, aún falta para que se pueda poner a disposición de las empresas el nuevo suelo industrial que se va a crear con la ampliación de Las Capellanías. Para proyectos industriales que requieren parcelas grandes y no pueden esperar, Cáceres sigue en desventaja frente a grandes infraestructuras ya desarrolladas como ExpacioMérida, ExpacioNavalmoral o la Plataforma Logística de Badajoz.

Nadie ha detallado por el momento ni la inversión que requiere poner en marcha esta fábrica de coches eléctricos ni cuántos puestos de trabajo generaría. Las reducidas dimensiones de la parcela que buscan invita a pensar que no serán cifras enormes. Incluso es algo que puede dar pie a suspicacias al compararlo con el tamaño de otros proyectos, no ya con la gigafactoría de AESC en Navalmoral, un 'monstruo' de más de 100 hectáreas, pero sí por ejemplo con la fábrica de cátodos de Mérida, que va en un terreno de 46 hectáreas.

Se tendrá que ir aclarando la verdadera dimensión de la factoría anunciada por LUM, aunque lo importante ahora es no perder la oportunidad de subirse al tren de esta oleada de inversiones vinculadas al vehículo eléctrico que se están desplegando en Extremadura. De momento seguimos a la espera de que alguna de ellas comience a materializarse. Parece que la primera será la fábrica de cátodos de Mérida, cuyas obras anuncia la firma Hunan Yuneng, también china, para finales de este año. Mientras tanto, conviene acelerar al máximo la ampliación de Las Capellanías, una gestión que, por cierto, hay que colocar en el haber del gobierno municipal de Rafael Mateos, el primero desde hace mucho tiempo que se ha puesto de verdad manos a la obra y está dando pasos en firme para que Cáceres pueda contar en un plazo razonable con el suelo industrial que necesita con urgencia para no quedarse atrás.