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La mayor finca de Monfragüe cambia de dueño

La mayor finca de Monfragüe cambia de dueño

Fernando Falcó vende 'Valero', de 4.350 hectáreas, al médico Víctor Madera | El nuevo propietario es dueño del grupo de servicio sanitarios IDC Salud y la fortuna española número 50 según la revista Forbes

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Lunes, 19 de agosto 2019, 07:47

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'Valero', la finca más grande de Monfragüe, la que la Junta de Extremadura intentó sin éxito expropiar en los años ochenta, en la que ha cazado venados el rey emérito don Juan Carlos y en la que Diana de Gales pasó las vacaciones de 1992, tiene nuevo dueño. Fernando Falcó y Fernández de Córdoba, Marqués de Cubas, se la ha vendido a Víctor Madera Núñez, asturiano de 57 años, médico, empresario y uno de los hombres más ricos de España.

La venta se hizo efectiva la pasada primavera, y supone cerrar un ciclo en la historia de la propiedad, que llevaba en manos de la familia Falcó desde comienzos del siglo XIX. Fernando Falcó, de 80 años, la recibió en herencia de su hermana Rocío, condesa de Berantevilla, que murió en 1990 tras caer por las escaleras de un supermercado de la calle Serrano en Madrid. Después de casi tres décadas en sus manos, el Marqués de Cubas ha decidido desprenderse de ella, en una operación que según alguien que conoce la finca y la zona y que ha participado en compraventas de este tipo en Monfragüe, puede haber rondado los veinte millones de euros. Otra fuente que lleva años intermediando en este tipo de operaciones en la región cree que esa cifra es desmesurada.

La venta frustrada de Carlos V

El Marqués de Cubas llevaba años abierto a vender la finca, que está en el término municipal de Torrejón el Rubio y tiene casi 40 kilómetros de perímetro y 4.350 hectáreas, de las que 1.350 están dentro de los límites del parque nacional. Entre los motivos que le han movido a cerrar la operación está que su único hijo, Álvaro -el que tuvo de su relación con Marta Chávarri-, no parece estar demasiado interesado en 'Valero'. En este punto conviene recordar que hace dos años, la familia Falcó intentó vender un busto de Carlos V, obra de Leon Leoni que estaba en el palacio del marqués de Mirabel, en Plasencia, que es de ellos. La escultura estaba ya anunciada en la web de una galería de arte con sede en Madrid, pero tras conocer, gracias a una información publicada en HOY, que se iba a subastar con un precio de salida de 400.000 euros, la Junta intermedió y al final no se vendió. La administración autonómica explicó entonces que el palacio del Marqués de Mirabel está declarado BIC (Bien de Interés Cultural), lo cual tiene ventajas para sus propietarios, entre ellas las deducciones fiscales, pero que también implica obligaciones, como la de no enajenar el material que ha dado lugar a esa declaración cuya finalidad última es proteger el patrimonio.

La inmensa propiedad era de los Falcó desde inicio del siglo XIX, y por ella han pasado el rey emérito, Fraga o Lady Di

Ahora no ha habido inconvenientes y la operación se ha cerrado, de modo que 'Valero' ya es de Víctor Madera Núñez, la fortuna española número 50 según la clasificación que elabora la revista Forbes, que le adjudica un patrimonio de 560 millones de euros. El nuevo dueño de la inmensa finca nació en Cartavio (Asturias) en el año 1962, se formó en Estados Unidos e hizo la carrera de Medicina en Puerto Rico. «Cuentan quienes le conocen que se costeó él mismo sus estudios», informa hace unos años el periódico asturiano 'El Comercio', que añade que según estos mismos testimonios cercanos, se trata de «un gran gestor al que no le gusta mostrarse en público».

Del deporte a la gestión

Madera, que está casado y tiene cuatro hijas, se especializó primero en Medicina Deportiva, pero no tardó en dar el salto a la gestión sanitaria. Con 30 años ya estaba al frente del departamento de Salud de Cruz Roja Española, y poco después fue nombrado director del Hospital de Torrelavega (Cantabria). En 1998 aterrizó en Capio Sanidad, uno de los grupos de servicios sanitarios más pujantes del país. Después fue consejero delegado de Quirón Salud, que tenía en su cartera a algunos de los hospitales más importantes de España y que acabaría resultando clave para explicar cómo se ha disparado su fortuna.

En el año 2016, Quirón Salud fue vendida a Fresenius Medical Care, grupo alemán fabricante de tecnología sanitaria e incluida en el índice Dow Jones. Es uno de los mayores proveedores de productos para diálisis a escala mundial, y su nombre saltó hace unos meses a los medios de comunicación nacionales, al admitir la firma que había pagado a médicos en distintos países, entre ellos España, para conseguir contratos.

Aquella operación de venta de Quirón Salud a Fresenius le reportó a Víctor Madera 6,1 millones de acciones de la compañía germana, valoradas en unos 400 millones de euros, más otra cantidad importante en líquido. A partir de ahí, su fortuna fue creciendo. Y también su cartera inmobiliaria. Madera posee al menos una docena de propiedades en Asturias, entre ellas varios palacios, villas, castillos y casas señoriales. Una de sus últimas adquisiciones en su tierra natal -vive a caballo entre Asturias, Madrid y Londres- ha sido la antigua sede de Banesto en Oviedo, en la calle Marqués de Santa Cruz. También tiene propiedades en Madrid y en las Baleares. Y desde hace poco, en Extremadura, donde ha entrado por la puerta grande.

Madera, de 57 años, vive entre Londres, Madrid y su Asturias natal, donde tiene inmuebles, lo mismo que en Madrid y Baleares

Si 'Valero' toma el rumbo de otras compras que el médico y empresario ha hecho antes, es previsible que le dé al lugar un uso personal, recreativo, pero también turístico aunque limitado, asociado al lujo. De ser así, tendrá que darle una vuelta de tuerca a la propiedad, que encuentra su principal fuente de ingresos en el aprovechamiento cinegético y en menor medida en la ganadería. Durante décadas, estos usos han sido compatibles con el del recreo de sus dueños. Desde este punto de vista, es un lugar difícilmente comparable a cualquier otro. Desde la terraza exterior de la casa que hay coronando un cerro, las vistas son apabullantes. Campo, campo y más campo, y según donde se mire, ni una huella de presencia humana. Un lujo que vale millones.

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