María Varela recibió cinco cuchilladas por la espalda y una por delante

El arma utilizada en este presunto homicidio es la misma que causó también las heridas en el abdomen que presentaba su pareja, Javier Gil González, de 39 años. La pareja había iniciado la relación en la escuela, cuando eran unos adolescentes, y tenía un hijo en común de 14 años que no estaba en casa en el momento en que tuvo lugar la tragedia.

Según las primeras impresiones, la investigación acaba de iniciarse y el atestado que elaborará la Guardia Civil al respecto aún no está concluido, Javier llevó a su hijo ayer como cada día a la parada del autobús para coger el transporte hasta el instituto Valle del Ambroz, en Hervás, donde estudia, poco después de las 8 de la mañana. Al regresar a casa y por motivos que se desconocen, sobre las 8.30 acuchilló a su mujer y supuestamente la tiró por el balcón o ella cayó en un intento de huida.

También presuntamente él se autolesionó con el mismo cuchillo a continuación y se tiró por el mismo balcón de la primera planta de la vivienda, a una altura inferior a cuatro metros del patio en el que ambos cuerpos fueron encontrados.

Dos peregrinos que a esa hora pasaban en bicicleta por la travesía de la N-630, donde se encuentra la casa de Javier y María, al final del municipio en dirección a Plasencia, fueron los que dieron la voz de alarma. «Vieron al médico del pueblo, porque iba con el chaleco naranja, y le dieron el aviso; éste se acercó a la vivienda, vio los cuerpos, los dos estaban en el patio y llamó al 112», relatan fuentes cercanas a la familia de la víctima.

Los sanitarios que acudieron a la vivienda certificaron la muerte de María y ordenaron el traslado de Javier hasta el Hospital Virgen del Puerto, donde el hombre fue intervenido de las heridas en el abdomen y donde se recupera en planta.

La Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil se encarga de la investigación de un caso que se ha calificado de violencia de género, aunque como ayer aclaró el delegado del Gobierno, José Luis Quintana, que acompañó al alcalde y a los vecinos de Aldeanueva en el minuto de silencio que celebraron en memoria de María Varela, no había denuncias previas y la víctima no estaba integrada en el sistema de seguimiento de violencia de género, el denominado VioGén.

No obstante, como pusieron de manifiesto vecinos y familiares de la mujer, los más cercanos a María estaban tratando de que rompiera de manera definitiva con una relación que la perjudicaba y que en más de una ocasión había intentado dejar.

Familiares, amigos y vecinos de esta localidad del norte extremeño de poco más de 700 habitantes, a 28 kilómetros de Plasencia, que aún sigue conmocionada por la tragedia, darán hoy su último adiós a María en el funeral que tendrá lugar a las 17 horas en la parroquia de San Servando, según confirma el alcalde de Aldeanueva, Ricardo García.

Mientras continúan las muestras de condolencia hacia la familia de la fallecida. A las expresadas de manera pública por la presidenta de la Junta, la secretaria general de Igualdad y el delegado del Gobierno, entre otros, se suman la Asociación para el Desarrollo Integral del Valle del Ambroz-DIVA y la Federación de Municipios y Provincias de Extremadura (Fempex).

«Queremos enviar nuestras sinceras condolencias a los familiares y amigos de la mujer fallecida en Aldeanueva del Camino, compartimos vuestro dolor en esta tragedia», reza el mensaje publicado por DIVA en sus redes sociales.

«Es responsabilidad de todos no mirar hacia otro lado y alzar la voz ante estas injusticias. La violencia de género existe y no tiene cabida en ninguna parte», expone el presidente de Fempex, Manuel José González Andrade, en un comunicado de la entidad en la que condena lo ocurrido y traslada su solidaridad a la familia de María.