La Junta asegura que el arrastre de cenizas del incendio de Jarilla no ha provocado muertes de peces
«Pese a la imagen, solo se trata de carbón vegetal, similar al utilizado para el filtrado de aguas», explica el técnico Miguel Ángel Cotallo
El arrastre de cenizas a los ríos tras el incendio de Jarilla de este verano provocado por las últimas lluvias no ha provocado muertes de peces. Así lo asegura la Junta de Extremadura a través del Servicio de Pesca, adscrito a la Consejería de Gestión y Mundo Rural del Gobierno regional.
El técnico Miguel Ángel Cotallo, que ha trabajado durante más de 15 años en la prevención y extinción de incendios forestales como coordinador de zona en La Siberia y La Serena adjunto al mando único y coordinador regional, asegura que tras este primer episodio de lluvias «se puede observar la normal turbidez de los primeros arrastres ordinarios, añadiendo los picones que conllevan una imagen distinta, aunque no suponen alteración relevante en las aguas».
El impacto de estos arrastres sobre la fauna fluvial se analizó en el último consejo de Pesca y Acuicultura, donde se recordaron las conclusiones de un estudio realizado en 2003. En aquel verano se registró, entre otros, el gran incendio forestal de Valencia de Alcántara, que calcinó casi diez mil hectáreas.
En ese momento, se verificó un repunte inicial de la salinidad por disolución de las cenizas, dentro de niveles tolerables para los peces, así como un arrastre de picones o carbón vegetal que llega hasta las aguas embalsadas, quedando en flotación con aspecto de chapapote, explica la Junta en una nota. «Pese a la imagen, solo se trata de carbón vegetal, similar al utilizado para el filtrado de aguas, sin que se asociara mortandad de peces alguna», añade Cotallo.
En este sentido, el problema para los peces es el riesgo de una erosión del terreno, algo que puede suceder si hay intensas precipitaciones desde el inicio del otoño, lo que no da opción a un reverdicimiento progresivo del suelo. En el caso que ocupa este año, dicho reverdicimiento ya se ha producido, facilitado por la paulatina llegada de las lluvias y unas temperaturas templadas.
A pesar de ello, el pasado octubre el Servicio de Pesca rescató ejemplarse de truchas y cachos o bordallos en las gargantas afectadas para para su reproducción en el Centro Ictiogénico de Jerte y posterior repoblación con sus alevines.
«Antes de la humanización ya se producían grandes incendios forestales, mayores aún que los actuales porque el paisaje estaba menos fragmentado», indica Cotallo. «La naturaleza dispone de sus propios mecanismos de adaptación y recolonización, que le permiten reponerse y completar su restauración, hasta la vuelta de cualquier otra perturbación como temporales, pandemias, plagas o sucesivos grandes incendios», añade el técnico.
Consumo
El arrastre de cenizas ha amenazado el abastecimiento de agua en al menos seis localidades cacereñas, que ya han sufrido problemas. Se trata de Casas del Monte, Segura de Toro, Gargantilla, Jerte, Oliva y Villar de Plasencia. En algunos casos se ha recomendado durante varias horas que no se beba del grifo, en otras ha habido cortes y también se han cerrado las captaciones en los depósitos para analizar la calidad y turbidez, además de contar por si fuera necesario con cisternas de 10.000 litros
Previendo esta situación y para que los vecinos de las zonas afectadas por el incendio puedan contar con agua potable, la Junta ha asegurado que ha actuado con prevención creando un comité técnico que ha recorrido los sistemas de abastecimiento para evaluar la situación, además de instruir a los servicios de agua municipales sobre las medidas a adoptar y repartir las obras y actuaciones de emergencia que garanticen el abastecimiento.