Quién fue Francisco Becerra, el extremeño que levantó catedrales en América
La Real Academia extremeña de las Artes y las Letras rinde homenaje al 'Cantero de Trujillo', «una de las personalidades más sobresalientes de la arquitectura virreinal»
Ángela Murillo
Martes, 31 de mayo 2022, 14:18
La Real Academia Extremeña de las Artes y las Letras (RAEX) celebra este 4 de junio el Día de las Artes y las Letras de Extremadura, una fecha en la que rendirá homenaje a Francisco Becerra (Trujillo, 1538? – Lima, 1605). También conocido como 'El cantero de Trujillo', se trata de «una de las personalidades más sobresalientes de la arquitectura virreinal y de los maestros extremeños emigrados a las Indias». El trujillano trazó algunos de los edificios más importantes de la América hispana, entre los que sobresalen las catedrales de Puebla (en México), Lima y Cuzco.
Nacido en una familia de arquitectos: su padre, Alonso Becerra, era «buen maestro del dicho arte de cantería»; su abuelo, Hernán González de Lara, fue maestro mayor de la catedral primada de Toledo, según indica la Real Academia de la Historia, que cita a E. de Llaguno para hacer hincapié en el legado del extremeño. Becerra fue «el mejor arquitecto que pasó a América en el buen tiempo de la arquitectura española». A lo que añade que el corpus documental conservado «es lo suficientemente amplio como para corroborar esa impresión». En los tres lugares principales que vieron su actividad (España, el virreinato de Nueva España y el virreinato del Perú) alcanzó una notoriedad destacada; y, según Diego de Soria, fue «uno de los mejores oficiales de su arte».
Una valoración que también realizan los expertos extremeños, como Yolanda Fernández Muñoz, doctora en Historia del Arte y profesora de la UEx, quien dedicó su tesis doctoral a Becerra. En ella explica que «en la segunda mitad del siglo XVI se fueron forjando las líneas y modelos de la arquitectura virreinal y los maestros extremeños emigrados a las Indias desarrollaron un papel fundamental». Entre todos ellos destacó precisamente el trujillano, que además de ser el autor de numerosas construcciones en Extremadura, traza algunos de los edificios más importantes de la América hispana, como las citadas catedrales de Puebla, Lima y Cuzco, convirtiéndose en maestro mayor de las mismas.
Para la historiadora del Arte de la UEx, «su influencia será decisiva en el desarrollo posterior de la arquitectura hispanoamericana, pues es uno de los introductores del purismo clasicista».
En Extremadura dejó su impronta artística en multitud de edificios, como se desprende de la tesis doctoral titulada 'Francisco Becerra, su obra en Extremadura y América'. Algunos ejemplos son la iglesia parroquial de Herguijuela, y numerosas obras de Trujillo natal, como el puente de Magasquilla, la iglesia de Santo Domingo, el Palacio de Orellana Pizarro, el Convento de la Concepción Jerónima o la Casa de los Chaves-Calderón, «una de sus mejores obras», singular por unir balcón y puerta angulares, dando muestras de su calidad artística. A estos trabajos hay que sumar la iglesia de la Inmaculada Concepción de Orellana la Vieja o una capilla del Monasterio de Guadalupe, entre otros.
Viaje a Amérida
Para entender los motivos que llevaron a Becerra a viajar al otro lado del Atlántico, hay que fijarse en los intereses que llevaron a otros artistas del momento a abandonar su tierra, que no fueron otros que las oportunidades que ofrecía América a profesionales con ambición y ganas de prosperar.
En México el trujillano también ocupará el cargo de alarife y fiel de la ciudad de Puebla, que será la máxima categoría que un arquitecto podía alcanzar en esta ciudad bajo la protección del virrey, ejercerá como partidor de estancias y solares en la ciudad de Quito o como alarife del Cabildo de Lima durante varios años consecutivos.
Goticismo y decoración plateresca
En cuanto a sus modelos arquitectónicos, «llevará consigo, además de su formación artesanal, aspectos del goticismo arraigado en Trujillo, tanto en plantas como en cubiertas; utilizará la decoración plateresca de raíz toledana en patios y portadas, así como una pureza de formas donde prevalecerá lo arquitectónico sobre lo ornamental, apuntándose así los nuevos cánones del último cuarto del s. XVI», indica la historiadora Yolanda Fernández.
Todo ello, junto con la gran calidad de las obras que este artista realizó, hace de Francisco Becerra una figura destacada. Además, «creemos que se puede considerar uno de los introductores del purismo clasicista, tanto en Puebla de los Ángeles como en la Ciudad de los Reyes y, por extensión, en los respectivos virreinatos, contribuyendo a fijar la fisonomía artística de los pueblos y ciudades del Nuevo Mundo, además de participar en el mestizaje cultural de épocas posteriores», sostiene Yolanda Fernández.
La Catedral Basílica de Puebla, dedicada a la adbocación mariana de la Inmaculada Concepción, es uno de las más importantes inmuebles del centro histórico de esta ciudad, declarado patrimonio de la humanidad. Tiene la prerrogativa de ser el primer templo suntuoso que bajo buenos diseños se hizo en América, consagrada en 1649 se adelantó a la Metropolitana de México que fue dedicada en 1653.
Mientras desempeñaba su trabajo como maestro mayor de la catedral de Puebla, Becerra tuvo tiempo para participar en obras en los conventos, tanto de la capital poblana (San Francisco, Santo Domingo y San Agustín) como de las cercanías (Totimehuacán, Cuauhtinchán, Tepoztlán o Cuernavaca).
Asentado en Lima, Becerra pidió información de méritos y servicios, con el fin de solicitar a la Corona su nombramiento como «maestro mayor de los reinos del Perú», lo que le fue negado, indica la Real Academia de la Historia.