La fecundación in vitro en Extremadura aumenta casi un 50% en una década
Hace 25 años nació el primer 'niño probeta' en esta región, una técnica que crece por los nuevos modelos de familia y la tardía maternidad
La infertilidad es un problema del que ya ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una de cada seis personas la sufre ... y, ante eso, acuden a tratamientos de reproducción asistida, sobre todo a la fecundación in vitro, la técnica más usada cuando no se logra un embarazo tras 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección. En Extremadura, este tipo de tratamientos han aumentado casi un 50% en una década.
Es lo que detalla el último informe del Registro de la Sociedad Española de Fertilidad. En él se observa que en esta región se registraron 1.864 ciclos de fecundación in vitro en 2022 (último año del que existen datos) frente a los 1.271 de 2012.
1.864 Fecundación in vitro
Es el número de ciclos de fecundación in vitro que se hicieron en Extremadura en 2022, último año del que hay datos.
Esto se traduce en que aproximadamente unas mil extremeñas se sometieron a esta técnica en la que la unión del óvulo con un espermatozoide se realiza en un laboratorio y fuera del cuerpo de la madre. La mujer suele pasar por una media de 1,8 ciclos, que es el proceso que comienzan cuando quieren quedarse embarazadas.
El coste de este tratamiento por lo privado es como mínimo de 3.000 euros y puede llegar a superar los 6.000
Son técnicas que han avanzado con el paso del tiempo y la investigación científica. Precisamente, en este 2025 se cumplen 25 años del primer niño concebido en Extremadura mediante fecundación in vitro gracias a un embarazo completado con éxito en el Instituto Extremeño de Reproducción Asistida (IERA Quirónsalud). Fue 16 años después de que se llevase a cabo con éxito por primera vez en España y, ahora, anualmente nacen 500 bebés en esta comunidad autónoma a través de esa técnica.
500 Nacimientos
Bebés nacen anualmente en la región con fecundación in vitro, una técnica que dio sus primeros frutos en Extremadura en el año 2000.
Además, también se ha incrementado la inseminación artificial (IA), que ha pasado de 596 ciclo en 2012 a 701 en 2022. En esas cifras se incluye tanto la IA de baja complejidad que consiste en introducir espermatozoides de la pareja en el útero de la mujer cerca de la ovulación o hacerlos a través de un donante.
Red pública y privada
En esta comunidad autónoma pueden recurrir a tratamientos de reproducción asistida tanto por el sistema público en el Centro Extremeño de Reproducción Humana Asistida (Cerha), o por lo privado en el Instituto Extremeño de Reproducción Asistida Quirónsalud de Badajoz y en la clínica Norba de Cáceres.
En el caso de la inseminación artificial el proceso se puede realizar además de en los tres centros anteriormente citados, en cuatro hospitales del SES (San Pedro de Alcántara de Cáceres, Virgen del Puerto de Plasencia, el de Coria y el de Don Benito-Villanueva de la Serena), según el registro de centros del Ministerio de Sanidad.
Con estos datos se evidencia el imparable incremento de estas técnicas que, según los especialistas, se debe a los nuevos modelos de familia y que la maternidad se está retrasando.
La disminución de la reserva ovárica se acelera mucho a partir de los 35 años. Lo sabe bien Santiago Álvarez, catedrático de Biología Celular en la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura y profesional en IERA. «Se está produciendo un incremento notable del número de mujeres infértiles ya que los cambios sociales y económicos en los países más avanzados han provocado que se plantee acceder a la maternidad a una edad cada vez más tardía, cuando la fertilidad disminuye. Biológicamente está probado que los óvulos necesarios para la correcta construcción de un embrión envejecen de manera exponencial en los últimos años de la década de los treinta y comienzos de los cuarenta, impidiendo en demasiadas ocasiones una gestación exitosa o aumentando las probabilidades de aborto», indica Santiago Álvarez.
Los 30 es la edad elegida por la mayoría de las españolas para ser madres. Concretamente, en 2024 la mayoría se encontraban entre los 30 y los 34 años. Estos datos coinciden con la edad en las que las extremeñas dan a luz a sus primeros hijos. Al observar la evolución en la última década se nota el predominio de la franja entre los 30 y los 34, con una tendencia en aumento. Entre 2014 y 2024 ha aumentado en un 3% el número de mujeres que deciden ser madres primerizas después de los 30. Además, también se registran más nacimientos a partir de los 40 años. Precisamente, a esa edad es el límite al que las extremeñas se pueden someter a tratamientos de fertilidad.
Requisitos
Pueden acceder a ellos parejas heterosexuales, lesbianas y mujeres que decidan ser madres solteras. Además, en el momento del inicio del estudio de esterilidad, las mujeres deberán ser mayores de 18 años y menores de 40, y los hombres mayores de 18 y menores de 55. También tienen que ser personas sin ningún hijo previo y sano.
Asimismo, no deben estar en lista de espera de reproducción asistida de otro centro público nacional ni tener embriones congelados transferibles, ya sea en entidades de la Seguridad Social o privadas.
En el momento del inicio del estudio de esterilidad por lo público, las mujeres deben ser menores de 40 años y los hombres de 55
Para poder someterse al tratamiento hay que estar en buen estado de salud y eso pasa por que el índice de masa corporal no supere el 30, que es el punto en el que empieza a considerarse que una persona tiene problemas de obesidad. En ese caso se le haría el estudio correspondiente de fertilidad, pero para iniciar el tratamiento si procede tendría que perder peso porque si no estaríamos ante un embarazo de alto riesgo tanto para la madre como para el feto.
Entre los criterios de exclusión, pueden darse casos en los que exista contraindicación médica para la gestación, así como imposibilidad para cumplir el tratamiento por motivos relacionados con el entorno social.
Normalmente las parejas suelen recurrir primero a la Seguridad Social. En Extremadura pueden acceder a tres intentos de inseminación artificial y, si no funcionan, a tres de fecundación in vitro.
Cuando se agotan las posibilidades la única opción es dirigirse a lo privado, pero eso tiene un coste económico que en el caso de la fecundación in vitro ronda entre los 3.000 euros como mínimo y puede superar los 6.000.
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