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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Celebración el pasado 23 de febrero de la creación de la comunidad autónoma en un colegio de Badajoz. HOY
El Estatuto cumple 35 años forjando la identidad de los extremeños

El Estatuto cumple 35 años forjando la identidad de los extremeños

Desde 1983, cuando se creó la comunidad autónoma, han llegado más competencias y se ha superado la visión biprovincial de la región

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Domingo, 11 de marzo 2018, 08:56

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«En los dos grandes valles del Tajo y el Guadiana, desde las cuevas prehistóricas a los centros tecnológicos, se ha ido escribiendo silenciosamente la crónica de una voluntad de sentir, pensar, ser y estar en el mundo». Con esta frase comienza el llamativo preámbulo introducido en 2009 en el Estatuto de Extremadura, que el pasado 25 de febrero cumplió 35 años. El periodo ya es suficientemente largo como para pensar en la madurez política de una región cuyo autogobierno ha ido creciendo gracias las transferencias que ha ido incorporando este documento clave para entender el Estado de las autonomías.

De igual modo, el próximo 8 de mayo los extremeños celebrarán el 35 aniversario de su primera cita con las urnas para elegir a sus representantes más directos a través de la Asamblea de Extremadura. En total, solo ocho partidos han ido sentando a sus representantes en sus escaños de la Asamblea de Extremadura. Y en lo político, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con Juan Carlos Rodríguez Ibarra a la cabeza entre 1983 y 2007, ha dominado 31 de los 35 años de autonomía, periodo en el que, salvo excepciones muy contadas, ha predominado el bipartidismo PSOE-PP.

De esta institución legislativa han emanado decenas de leyes para responder de manera específica a las necesidades de una región de las no consideradas históricas. Desde la división realizada en 1833 y hasta hace 35 años, Extremadura era biprovincial. Y a veces ni esto. «Una provincia podía depender de Madrid desde el punto de vista militar, de Salamanca desde el punto de vista universitario, de Toledo desde el punto de vista religioso, mientras la otra basculaba en esas mismas cuestiones hacia Sevilla», como señala Ignacio Sánchez Amor en su libro 'Extremadura embrionaria. Instituciones, partidos y políticas públicas. 1983-1987', donde relata una época política apasionante y decisiva en muchos aspectos.

«No sabíamos qué eran las autonomías. Nos dijeron, ahí tenéis el tema, dadle contenido»En su última reforma se contempló la posibilidad de una policía autonómica«La capitalidad de Mérida no suscitó tanto debate como la paridad Cáceres-Badajoz»

El Estatuto de Extremadura fijó el régimen preautonómico iniciado en 1978 y estableció cuestiones que hoy parecen obvias, pero sobre las que hace 35 años hubo que discutir, como que Mérida sería la capital de la Comunidad Autónoma de Extremadura y sede de la Junta y de la Asamblea.

Según Sánchez Amor, esta cuestión no suscitó tanto debate como la pretensión de Cáceres de que hubiera paridad en el reparto de escaños de la Asamblea, ya que demográficamente a Badajoz le correspondían 37 escaños y a Cáceres 28. Aunque desde esta ciudad surgieron movimientos anti-Estatuto, finalmente se alcanzó el acuerdo de una paridad corregida con 35 y 30 escaños.

«El Estatuto quería servir para superar esa competencia biprovincial la cual se observaba mucho, por ejemplo, en la universidad. Los cacereños temían que Badajoz obtuviera más poder, pero al final no ha habido una sola votación en la Asamblea en la que resultara Badajoz vencedora sobre Cáceres, ya que siempre se ha aplicado la lógica de partido. Por lo que se ha visto, 35 años después aquellos temores no tenían sentido», señala el socialista Sánchez Amor, exvicepresidente de la Junta y hoy en el Congreso de los Diputados.

Prácticamente todos los estatutos de España se redactaron a la vez para dar forma al nuevo Estado de las autonomías. Una persona que contribuyó a elaborar el primer borrador del texto extremeño fue Tomás Martín Tamayo, entonces político por UCD y consejero de la Junta preautonómica. «No teníamos ni idea ni de lo que eran las autonomías -afirma-, que fue algo que se inventó para que los catalanes y los vascos vieran reconocida su singularidad y poder sacar adelante la Constitución, de ahí la famosa frase de Adolfo Suárez de 'café para todos'».

Según rememora Martín Tamayo, en aquella época no sabían ni por dónde empezar cuando les encargaron redactar el pre-Estatuto. «A mí me tocó ir a Galicia a ver qué estaban haciendo allí. Luis Ramallo se fue a Cataluña a hablar con Tarradellas, Manuel Bermejo al País Vasco ... Por eso hay estatutos que parecen clones de otros. El andaluz, por ejemplo, parece un calco del extremeño salvando su parte marítima. Aquella época fue algo así como darnos la piel de una serpiente y tener que buscar al bicho después. Nos dijeron, ahí tenéis el tema, ahora dadle contenido».

El Estatuto de autonomía es la norma institucional básica de una comunidad autónoma y su aprobación es mediante ley orgánica gracias a una mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, pues recoge cuestiones que afectan al resto del país, desde las delimitaciones territoriales de cada comunidad a su régimen lingüístico o competencias. En base a esto, son conocidas las polémicas sobre el Estatuto de Andalucía cuando esta comunidad se atribuyó en exclusiva en 2007 las competencias sobre el Guadalquivir o el flamenco, lo que terminó con recursos desde Extremadura.

Las cuatro modificaciones

Reformar un Estatuto no es sencillo pues requiere de mayorías muy cualificadas. El de Extremadura ha sido modificado en cuatro ocasiones, 1991, 1994, 1999 y 2011, casi siempre en oleadas reformistas que han afectado a los de todo el país, como los cambios de los noventa cuando el Estado empezó a transferir sus competencias, las más relevantes en Educación y Sanidad.

También se ha revisado por cuestiones de eficacia de la vida pública. La primera vez fue para que las elecciones a la Asamblea de Extremadura no tuvieran lugar en los meses de julio y agosto pues se entendió que en periodo vacacional la participación sería menor, de modo que se estableció que serían el cuarto domingo de mayo cada cuatro años.

En 1994 la reforma fue mucho más ambiciosa. Sirvió para avanzar en el autogobierno y las reformas se produjeron de manera simultánea en diversas comunidades de España. Desde entonces la extremeña tendría competencia exclusiva en 31 materias. Éstas abarcaban desde la ordenación de su urbanismo, a las carreteras cuyo itinerario se desarrollara íntegramente dentro de Extremadura; cuestiones relativas a la caza y la pesca; la gestión de museos, archivos, bibliotecas, conservatorios de música o archivos; la promoción del turismo y el deporte; la competencia en casinos y apuestas, así como en espectáculos públicos, entre otras muchas cuestiones.

En cuanto a la de 1999, esta modificación clarificó las esferas correspondientes a los poderes legislativo y ejecutivo. También se avanzó más en autogobierno, esta vez en cuestiones relativas a protección y tutela de menores, denominaciones de origen, ordenación farmacéutica, protección del medio ambiente o defensa del consumidor. Además, se permitió la ampliación de las competencias locales a municipios y provincias.

La última reforma se inició en 2009 y culminó dos años después. Sirvió para añadir nuevos organismos que 28 años antes no se habían previsto, tales como el Consejo Consultivo con sede en Badajoz (recientemente suprimido), el Consejo de Cuentas con sede en Cáceres, el Personero del Común (Defensor del Pueblo aún sin actividad) con sede en Plasencia, el Consejo de Justicia de Extremadura y el Consejo Económico y Social con sedes en Mérida.

Además, se autorizaba la creación de un cuerpo de policía autonómica propio. Aquel texto reformado seguía apostando por una mayor descentralización hacia los municipios y por una mayor financiación. Entró en vigor el 29 de enero de 2011, dejando el Estatuto de Extremadura tal y como lo conocemos en la actualidad, con 91 artículos (en 1983 eran 64), y siete disposiciones adicionales.

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