Endesa y Naturgy, partidarias de la miniprórroga para Almaraz
«No lo concibo como prorrogar su vida, sino como posponer su cierre», plantea el CEO de Endesa, que cree que España «no puede prescindir de las nucleares»
Dos de las tres empresas propietarias de la central de Almaraz han expresado en público en los últimos días, una de ellas este ... lunes por la tarde, su apoyo a la miniprórroga de la planta extremeña, esto es, a que sus dos unidades no cierren en los años 2027 y 2028 respectivamente como está previsto, sino ambas en 2030.
«Los permisos de operación de las centrales nucleares se suelen dar por diez años», apuntó públicamente Francisco Reynés, presidente ejecutivo de Naturgy, el pasado día 1, tras recordar que a la planta extremeña se le concedió esa autorización en el año 2019. Y Endesa aseguró ayer que está «dispuesta, si se diesen las condiciones, a contemplar un hipotético escenario de renovación de la autorización de explotación de Almaraz como complemento al escenario actual de su cierre».
La tercera propietaria, Iberdrola –es la mayoritaria, ya que posee el 53%, frente al 36% de Endesa y el 11% de Naturgy– admitió la semana pasada que mantiene «un diálogo abierto con el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico», pero no ha precisado su opinión sobre la posibilidad de la miniprórroga hasta el año 2030.
«La solución es muy sencilla: alarga hasta el año 2030 y mientras tanto, replanificar»
Francisco Reynés
Presidente ejecutivo de Naturgy
Si se mantuviera el calendario de apagón nuclear pactado en 2019 por las eléctricas y Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos S.A., la encargada de los desmantelamientos nucleares, presidida por la extremeña Olga García y antes por el también extremeño José Luis Navarro), el último permiso de actividad concedido a Almaraz habría sido por ocho años para un reactor y nueve para el otro, en lugar de los diez años habituales que apuntó Reynés.
Hay que recordar que la infraestructura cacereña será la primera en cerrar, y luego seguirán sus pasos en distintas fechas los otros cinco reactores activos en el país, hasta culminar el plan en el año 2035 con el cese de actividad de Trillo (Guadalajara).
«Yo creo que la solución es muy sencilla. Es alargar hasta diez años, y mientras tanto, replanificar, y con esta replanificación, ver cuál es el programa razonable para que todos los objetivos que tenga la planificación del Gobierno puedan funcionar», afirmó el ejecutivo de Naturgy en el foro 'Wake Up, Spain!', organizado por El Español-Invertia.«Yo creo que la solución es muy sencilla. Es alargar hasta diez años, y mientras tanto, replanificar, y con esta replanificación, ver cuál es el programa razonable para que todos los objetivos que tenga la planificación del Gobierno puedan funcionar«, afirmó Reynés en el foro 'Wake Up, Spain!', organizado por El Español-Invertia.
En este mismo encuentro también habló José Bogas, consejero delegado de Endesa, que después resumió su participación en esta jornada y también en otra organizada por el diario Expansión. «No podemos prescindir de las centrales nucleares. No lo concibo como prorrogar su vida, sino como posponer su cierre», escribió el directivo en Linkedin.
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Ahondando en este planteamiento, Endesa expresó ayer su opinión, y en declaraciones a Europa Press, aseguró que «el acuerdo firmado en el año 2019 «debe ser reinterpretado a la luz de la situación actual, que ha dado un giro radical respecto a la de hace seis años». En este sentido, considera que las nucleares «aportan seguridad de suministro, energía competitiva y colaboran a la autonomía energética del país, ya que evitan la importación de combustibles fósiles que generan emisiones y están sometidos a alta volatilidad de precios». Por ello, la compañía manifiesta su intención de «alcanzar un acuerdo con el Gobierno para el ajuste del protocolo de cierre, que permita retrasarlo según las necesidades del sistema energético español».
La propuesta del PP en el Congreso
Por otro lado, la eléctrica estima que la proposición de ley presentada por el PP en el Congreso para prolongar la operación de las centrales nucleares podría abrir una vía para solucionar los problemas principales, incluida la fiscalidad –las dueñas de Almaraz consideran que pagan demasiados impuestos–, y para la reconsideración de las fechas de cierre establecidas en 2019.
Fuentes de Endesa indican que «prescindir de los siete reactores nucleares operativos en los plazos previstos del protocolo puede ser un error a día de hoy», y por ello, defienden «que la continuidad de esta fuente de energía se revise a través de un acuerdo de Estado».
«El positivo ritmo de avance de la transición energética y la evolución de las tensiones geopolíticas –reflexiona Bogas– explican que el debate sobre esta fuente de generación eléctrica esté de nuevo sobre la mesa. Ambos aspectos son determinantes hoy para hacer que nos replanteemos la conveniencia de seguir con el plan de cierre actual del parque nuclear español. Si queremos atender la creciente demanda que se prevé hoy y años siguientes, no podemos prescindir de las centrales nucleares».
Previsión fallida en el PNIEC
«Nuestras estimaciones –siguió el consejero delegado de Endesa– indican que si se llega a conectar a la red toda la potencia aprobada a clientes industriales en los años posteriores a la salida del covid, se consumirían en el año 2030 en torno a 50TWh (teravatios hora) adicionales, frente a los 30TWh que contempla el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC)».
«Hay que replantearse la conveniencia de seguir con el plan de cierre actual del parque nuclear»
José Bogas
Consejero delegado de Endesa
Por su parte, Reynés, considera que «la primera necesidad es asegurar el suministro eléctrico, y luego, hacer un nuevo plan, en donde se vea cuánto es de factible el cierre nuclear».
La falta de acuerdo entre las tres compañías propietarias sobre lo que quieren para Almaraz es una de las claves que explican la situación actual
Una de las claves que explican que la prolongación de la vida de Almaraz más allá del año 2028 no se haya resuelto es que las tres empresas propietarias de la central no tienen una misma opinión sobre lo que debe hacerse. Iberdrola, Endesa y Naturgy tienen intereses contrapuestos en sus apuestas empresariales en el sector de la energía, con mayor y menor peso de las renovables y visiones estratégicas que difieren, según coinciden varias fuentes del sector. Este escollo es el primero a salvar en el camino para una hipotética continuidad de la planta extremeña hasta una fecha posterior a la que las propias compañías pactaron con Enresa hace seis años.
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