Los embalses extremeños ganan agua pero aún no hay para una campaña de riego normal
Con lo que sigue entrando en los pantanos, se espera que esta semana haya la misma cantidad que el año pasado, cuando la disponibilidad bajó un 23%
Ha llovido mucho. Los embalses han empezado a llenarse, aunque a un ritmo muy dispar. Y lo seguirán haciendo porque las escorrentías provocadas por el ... paso de las borrascas Irene y Juan dejarán más agua embalsada esta semana aunque no llueva más. Pero al regadío extremeño del Guadiana, el pulmón de la industria agroalimentaria de la región, le siguen faltando hectómetros cúbicos para respirar.
La campaña empieza a planificarse en febrero y ahora mismo no sería normal con el agua que hay almacenada en las presas de la cuenca. Un problema que no tienen en la demarcación del Tajo los regantes del Alagón o del Tiétar, donde sus pantanos acumulan reservas más que suficientes. Además, tienen menos necesidades porque allí el regadío tiene menor implantación, y por tanto menor consumo.
La concesión a la que tienen derecho los regantes de la cuenca del Guadiana ronda los 1.200 hectómetros cada año. Nunca se llega a consumirla. Con los sistemas de eficiencia cada vez más implantados en las parcelas, para una campaña normal se necesitan 1.000 hectómetro cúbicos.
En estos momentos hay disponibles 760 y se espera que con las escorrentías al final de esta semana se pueda llegar a los 800 hectómetros embalsados para el regadío. Con esa cifra se llegaría a la situación de hace un año, en la que los agricultores tuvieron que recortar, sobre todo en la superficie plantada de arroz (se pudieron poner 10.000 hectáreas, en todo caso) y, en menor medida, maíz. Los regantes extremeños pudieron entonces usar el 77% del agua habitual para una campaña de riego.
En esta ocasión, el maíz es menos atractivo por los precios y, por tanto, se 'liberarán' algunas miles de hectáreas de un cultivo que consume mucha agua. «Eso parece claro. De todas formas, con o sin maíz, creo a finales de esta semana podríamos llegar a las reservas que tuvimos el año pasado y luego nos quedan unos meses para llegar a la plena normalidad», dice optimista, Luis Gutiérrez.
Es el presidente de la comunidad de regantes del canal de Orellana, la mayor de la región. La forman unos 6.000 agricultores y alrededor de 58.000 hectáreas. Si a principios de mes Gutiérrez atisbaba el futuro de la campaña de regadío con muchos nubarrones, ahora lo ve con suficiente agua en las presas. «Los ánimos se nos han cambiado desde la semana pasada. La gente ha recuperado la ilusión», sentencia.
Menos optimismo se respira en dos zonas de la región donde sus embalses siguen en situación delicada. Uno, el de Tentudía, del que beben 20.000 personas del sur extremeño. Solo tiene 0,79 hectómetros (sobre 5 posibles). Otro, el de Los Molinos, en Hornachos, con 4,17 hm3 sobre 34. Su mancomunidad agrupa a 60.000 vecinos de municipios del sur y sureste regional. Y ya es habitual que a su consumo se le sumen también pueblos de la Campiña Sur (otras 27.000 personas).
Tentudía y Los Molinos son la excepción a una imagen realmente positiva. En la presa de Alcántara, la segunda mayor de España, se estuvo a punto de desembalsar, algo que no ocurre desde hace una década. Gracias a este embalse de Iberdrola fueron contenidas puntas en los caudales de entrada de hasta 6.225 metros cúbicos por segundo. Gracias a que el agua quedó almacenada, no se vieron incrementados los caudales entrantes al embalse de Cedillo, con poca capacidad de regulación, que ya alcanzaban el vieres pasado por sus aportaciones propias los 2.400 metros cúbicos por segundo, indica a HOY la compañía energética.
GRANDES EMBALSES
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La Serena. Acoge 567,9 hm3. Ha ganado 109,9 en una semana. Al 17,6%.
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Alcántara. Acumula 2.935 hm3 (+700). Al 92,8% de su capacidad.
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Cijara. Tiene 454,7 hm3 (+136). Al 30,2%.
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Valdecañas. Acoge 1.311,4 hm3 (+241,4). Al 90,6%.
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Gabriel y Galán. Tiene 679,7 hm3 (+147,2). Al 74,5%.
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Alange. Alberga 106,7 hm3 (+7,7). Al 12.1%.
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Orellana. Cuenta con 502,7 hm3 (+26,5). Al 62,2%.
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García de Sola. Tiene 387,6 hm3 (+89,5). Al 69,9%.
Badajoz tiene reservas para tres años; Mérida, para dos
El abastecimiento humano está garantizado para la ciudad de Badajoz durante tres años. Aunque no lloviera nada o casi nada en este espacio de tiempo. En el caso de Mérida, la garantía se extiende para un periodo de dos años. Las generosas lluvias de las últimas semanas dejan con una cara muy cambiada, a mejor, de las presas de las que los municipios extremeños se abastecen. Son todas las de la Junta, cerca de medio centenar, y alguna competencia de las confederaciones hidrográficas. De forma general, en todas las dependientes de la Administración regional, el porcentaje de almacenamiento de agua supera como mínimo el 70%. Son presas de pequeño volumen porque ninguna supera los 20 hectómetros cúbicos, pero son claves para que miles de vecinos puedan tener agua. En el caso de las dependientes de las confederaciones, la presa de Villar del Rey sirve para el abastecimiento de Badajoz, la propia localidad donde está enclavada y algunas hectáreas de regadío del entorno. La semana pasada, el embalse situado sobre el río Zapatón empezó a soltar agua por sus aliviaderos. Y lo sigue haciendo porque la capacidad del embalse es de 131 hectómetros cúbicos y el aforo oficial que ofrece la Confederación del Guadiana es que dispone allí de 136. Con un embalse repleto, la ciudad pacense tiene agua para tres años. En el caso de la capital de Extremadura y su entorno, la presa de Alange presenta peor aspecto. No solo se abastecen de este embalse sobre el río Matachel los 60.000 habitantes de Mérida sino otros 40.000 de pueblos de la comarca. Y Almendralejo también lo suele hacer. La presa de Alange está con 106,5 hectómetros embalsados y el consumo medio para la población indica que habría agua para dos años sin problemas con esta cantidad.
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