Ana María Monterde
En el Día Mundial del Sueño esta especialista y defensora de la siesta aconseja que niños y adolescentes no duerman menos de diez horas
Este viernes ha sido el Día mundial del Sueño, cuyo objetivo es poner de manifiesto la importancia del sueño en la salud y el bienestar ... de las personas. En el ámbito de salud son los fisioneurólogos quienes lo analizan y prescriben pautas entre quienes padecen trastornos en el sueño. La doctora Ana María Monterde Villar ve continuamente pacientes que duermen mal en la clínica Neuromedical que dirige en Badajoz. Licenciada en Medicina y Cirugía en 1992 por la UEx, tiene un máster en Sueño por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, se especializó en Neurofisiología Clínica y es miembro de varias sociedades médicas, como la Sociedad Española del Sueño (SES), la Sociedad Americana del Sueño (AASM), entre otras.
–¿Dormir mucho es salud?
–Que una persona duerma mucho no quiere decir que esto sea saludable, dependerá de su franja de edad, de su actividad física y de que tenga salud en el sueño porque hay trastornos por dormir mucho, como la hipersomnia o la narcolepsia.
–¿Cambia la manera en que dormimos según la edad?
–Según la edad nuestras necesidades de sueño son diferentes. No es igual un niño de cinco años que no para y está en periodo de aprendizaje con su plasticidad neuronal que, igual que muchos adolescentes, tendrá que dormir mínimo unas diez horas para poder reparar. Un adulto con entre siete y nueve horas ya está reparado. Sobre los ancianos estamos en una línea de investigación según la cual no hace falta que duerman ocho horas seguidas sino que pueden dormir un poquito menos y hacer una siesta por la mañana y por la tarde reparadoras que pueden ser suficientes.
–¿Cómo afecta el uso del móvil o las pantallas antes de irse a acostar?
–Nos afecta muchísimo y nos altera un montón el sueño. Estamos en el siglo de la afectación y de los trastornos del sueño un poco por esto, por estas luces tan intensas, fogonazos de luz que confunden a nuestro cerebro y no sabe si es de día o de noche, lo que impide segregar la melatonina, que es la hormona que nos ayuda a dormir y que normalmente empezamos a segregar cuando el cielo se pone naranja. Si tenemos un dispositivo en la cara que no está dando una luz azul se bloquea la secreción de esta hormona, tardaremos más en dormir, el sueño no será igual de reparador y podemos tener despertares precoces. Nos afectan muchísimo estos dispositivos.
–¿Qué problemas suelen plantearle sus pacientes?
–Los más frecuentes son insomnio o apnea del sueño porque se duermen en muchos sitios, incluso conduciendo. También problemas con las piernas que producen somnolencia diurna. También he notado desde la covid que la angustia muchas personas y se la llevan a la cama, están rumiando problemas que no le dejan dormir, contando las horas. Se nota un incremento de esta patología, la del insomnio. El insomnio es más frecuente en las mujeres y la apnea en los hombres.
–¿Sigue valiendo la recomendación de que hay que dormir mínimo ocho horas?
–Lo que está comprobado es que si una persona tiene un buen sueño puede llegar a vivir muchos años. El sueño le repara y le ayuda a no tener trastornos del corazón, obesidad u otro tipo de patologías. Se dice que para llegar a los noventa hay que dormir mínimo treinta años. Como decía antes, las necesidades del sueño dependen de la edad. Los adolescentes no deberían dormir menos de diez horas y ahora tenemos muchos problemas con los móviles. Muchos se quedan hasta las dos de la mañana y no aprenden igual en el aula. Los adultos algunos se reparan con siete horas y otros necesitan un poquito más, pero suele ser suficiente para despertarse con la cabeza despejada y que no estemos irritables.
–¿Le consta que cada vez hay más gente que usa pastillas para dormir, es recomendable?
–Lo de las pastillas para dormir ha sido de siempre. Muchas veces consultamos al médico de cabecera o a la vecina, lo cual es un gran error, porque lo recomendable es acudir a un médico experto en sueño que nos haga una buena historia clínica y nos estudie con una polisomnología nocturna a ver cuál es el trastorno que tenemos y cómo resolverlo. A veces preferimos fármacos tipo tila y no fármacos más potentes como los hipnóticos, los cuales quizás solo son necesarios en un momento puntual, por ejemplo ante una desgracia o algo brusco que no nos deja dormir, pero lo mejor es acudir al médico porque muchas veces lo mejor es un tratamiento conductual al ir a la cama, que siempre es mejor esto que una pastilla que puede provocar otros problemas.
–¿Qué opina de la siesta después de comer?
–Estoy totalmente a favor. Además es algo fisiológico porque nosotros ya tenemos ocho horas de vigilia, nuestro ritmo circadiano ya nos pide que está cansado y necesita descansar, con lo cual es bueno una siesta reparadora de veinte o treinta minutos para poder continuar con la actividad de la tarde. Solo a los insomnes, aconsejamos que no duerman siesta.
–¿Por qué de veinte a treinta minutos?
–Porque dormimos un sueño superficial y nos despertamos refrescados, pero sin haber entrado en un sueño profundo que es cuando nos despertamos con esa borrachera de sueño y estamos como atolondrados y nos cuesta conectar con los demás o el trabajo. Es mejor siesta corta.
Algunos consejos
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Ambiente agradable No debe entrar luz ni ruido y si no es posible, usar antifaz y tapones. Usar pijama cómodo.
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Antes de dormir Mejor no haber hecho deporte y haber cenado no demasiado y dos horas antes. Por la tarde conviene evitar bebidas excitantes. Tampoco conviene trabajar hasta antes de cerrar los ojos o pensando en lo que hay que hacer al día siguiente. Mejor apuntarlo y leerlo al día siguiente.
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¿Si nos desvelamos en mitad de la noche? Podemos buscar un sofá cerca, abrigarnos, hacer algo aburrido y cuando nos entre sueño volver a la cama, mejor que estar dando vueltas en ella. Otro consejo es que si nos levantamos a beber o al baño no mirar el reloj para que el cerebro no se ponga a contar las horas.
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¿Es bueno usar despertador? Sí. No es bueno tener despertares precoces y estar pendiente de la hora.
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