Dehesa de Extremadura recurre contra la iniciativa de la DO Guijuelo de certificar jamones 50% ibérico
El marchamo de calidad extremeño, que como los de Jabugo y Los Pedroches solo certifica ya productos de cerdos ibéricos cien por cien, ve con sorpresa que el Ministerio lo haya aceptado
Vender como jamón de máxima calidad uno de un cerdo que solo es ibérico al 50%. Esto es, en el que el ... padre es un ejemplar de la raza duroc, no ibérica, y solo la madre es ibérica cien por cien. Eso es lo que pretende hacer la afamada denominación de origen protegida (DOP) 'Guijuelo', con la aceptación del Ministerio de Agricultura. Una decisión que va a ser recurrida por la DOP 'Dehesa de Extremadura', que junto a las otras dos denominaciones de jamón ibérico andaluzas como la de Jabugo y Los Pedroches ya solo certifica productos derivados de ibéricos puros. El ejemplo más evidente de la máxima calidad que Guijuelo quiere rebajar a la mitad en su territorio para favorecer sus ventas bajo el sello de calidad.
En el Boletín Oficial del Estado del pasado 1 septiembre salió publicada una resolución de la Dirección General de Alimentación del Ministerio de Agricultura. En ella se indicaba que la DOP Guijuelo había solicitado el 6 de mayo de este año la propuesta de modificación de su pliego. Un cambio que reflejaba que se certificaría bajo su sello de calidad productos de cochinos de 50% ibérico.
Esta medida no solo implica a la propia DOP Guijuelo sino que es vista por Dehesa de Extremadura, Jabugo y Los Pedroches, y también por buena parte del sector productor ibérico, como un ataque al sentido común y ha sido recibido con sorpresa.
La pasada campaña de montanera fue la primera en la que la Denominación de Origen Protegida 'Dehesa de Extremadura' certificó cochinos solo cien por cien ibéricos. Desde su creación en 1990 hasta ahora, en su pliego de condiciones se amparaba tanto a guarros cien por cien ibéricos como a cerdos cruzados con un mínimo de pureza racial del 75%. El producto curado de cerdos del 75% de raza ibérica es el procedente de una madre cien por cien ibérica y de un progenitor al 50%.
Ya solo pueden llevar esa etiqueta de excelencia los jamones y paletas procedentes de cerdos ibéricos puros. El cambio normativo, del que se venía hablando hace años, ya ha sido validado por parte de la Unión Europea tras un proceso administrativo que se ha alargado en el tiempo. De esta forma, 'Dehesa de Extremadura' sigue el camino marcado por otras dos denominaciones de cerdo ibérico, las de Jabugo o Los Pedroches, que solo ponen etiquetas de excelencia a los productos de cerdos ibéricos al cien por cien. Guijuelo permitía hasta el año pasado que también fuesen al 75%. Pero ahora rebaja esa exigencia racial al mínimo, el 50% ibérico. Lo que favorece a las explotaciones intensivas frente a las extensivas, el mejor hábitat para la cría del cochino ibérico de calidad.
'Dehesa de Extremadura', a través del presidente de consejo regulador, Francisco Javier Morato, ha emitido un comunicado en el que deja claro que la modificación presentada por la DOP de Guijuelo ha sido catalogada por el Ministerio de Agricultura como una «modificación normal o menor », por lo que no va a ser valorada técnicamente por la Comisión Europea. Esta modificación no ha sido sometida a un período de alegación, «oposición nacional, proceso habitual por parte de las Administraciones en este tipo de publicaciones, máxime cuando son de gran peso y calado para el sector Ibérico y para el consumidor».
Morato recuerda que esta decisión afecta al conjunto de denominaciones de origen de cerdo ibérico que siguiendo el sentido común de guiarse por «el significado, origen y fundamento de lo que significa ser una figura de calidad diferenciada», aplican exigencias y controles más rigurosos a los normativos, justificados por el cumplimiento del pliego y la protección al consumidor. Por este motivo, el consejo regulador de la DOP 'Dehesa de Extremadura' ha decidido presentar recurso a esa decisión de Guijuelo avalada por el Ministerio «por responsabilidad, por defensa del consumidor, de la dehesa y de los ganaderos e industriales asociados».
Recuerda 'Dehesa de Extremadura' lo que significa que el consumidor compre jamones y paletas bajo su sello de máxima calidad. Alimentar un cerdo de bellota de la DOP extremeña, con una reposición de 52 kilos mínimo (superior a las exigencias marcadas por la Norma de Calidad) a base de alimentación exclusiva de bellota, hierbas y pastos naturales, requiere unos «condicionantes muy estrictos que se aplican al ganadero».
Elaborar una pieza DOP 'Dehesa de Extremadura' requiere un «esfuerzo titánico» por parte del industrial. El proceso de elaboración artesanal y natural obliga a unos requisitos estrictos y un tiempo de curación muy superior al resto de producciones. «Los requisitos de raza, alimentación, manejo y la limitación territorial, justificada por la producción tradicional en dehesa, con requisitos y controles más restrictivos han sido los que avalan, al menos hasta la fecha, la protección de ser una denominación de origen protegida», agrega la nota suscrita por Morato.
«Banaliza la figura de calidad», dice Jabugo
El presidente de la DOP Jabugo, Guillermo García-Palacios Álvarez, lamenta que el cambio en el pliego de Guijuelo es una realidad pero que cabe la posibilidad de recursos de alzada que se presentarán porque «hay que defender los intereses no solo de los operadores, sino también de los consumidores». «Entendemos que bajar la calidad al 50% Duroc y 50% ibérico, permitiendo las explotaciones intensivas hasta cien cerdos por hectárea, frente a los 12 que establece el modelo extensivo tradicional, y todo eso amparado por un sello de calidad o un sello diferenciador, supone banalizar en la figura de calidad que tiene Bruselas», ha dicho.
Este cambio de Guijuelo «perjudica a todo el sector», ya que hasta el momento «al adquirir un jamón con denominación de origen se sabía que era de alta calidad con independencia de que fuera de cualquiera de las cuatro DOP», pero «ahora hay que tener cuidado». Se puede vender un jamón 50% ibérico que «nada tiene que ver con lo que el consumidor entiende» por el producto tradicional. Concluye que «banalizar la figura de calidad es perjudicial para todos».
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