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Caso hermano presidente del Gobierno
Y David Sánchez llegó a pieEl 9 de enero de 2025 David Sánchez entró en los juzgados de Badajoz a bordo de un vehículo con lunas tintadas, nada que ... ver con su segunda comparecencia judicial, en la que realizó el mismo paseíllo que el resto de investigados. Explicó entonces su abogado que habían sido amenazados en las redes sociales y que pretendían evitar una posible agresión.
El coche que lo trasladó este viernes era un Citroën de color blanco, un coche normal del que bajó para recorrer en solitario los 50 metros que separan la avenida José Caldito Ruiz de la puerta por la que se accede al Palacio de Justicia de Badajoz.
«¿Algo que decir antes de entrar en el juzgado?», le preguntó el redactor de HOY cuando todavía permanecía alejado de las cámaras de televisión. Pero no hubo respuesta, ni ahí ni cuando medio centenar de periodistas lo abordaron junto a la puerta de entrada.
En ese primer paseíllo David Sánchez caminó recto, serio, sin transmitir una especial preocupación por lo que estaba a punto de suceder. Tan sólo fue incomodado por el megáfono de un manifestante que lo llamó «sin-vergüenza» separando la palabra sinvergüenza en dos. Esa misma persona le preguntó si no había ido su hermano Pedro a ayudarle.
Pero cuando una hora más tarde Sánchez salió de los juzgados su expresión era distinta, como distinta era la situación que se encontró porque las cámaras corrieron hacia él y lo rodearon como si de un enjambre se tratara.
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Con menos comodidad pudo desandar los 50 metros que lo separaban del vehículo en el que se marchó, el mismo del que bajó a su llegada. No dejó de ser preguntado por detalles de la investigación y en algunos momentos tuvo alguna dificultad para avanzar. En ese segundo paseíllo se le veía más afectado, más tenso, pero eso no le impidió comportarse con una total corrección mientras una docena de policías nacionales se encargaban de controlar la situación.
No fue necesaria la intervención policial. Apenas media docena de manifestantes aguardaban su llegada y aunque hicieron sonar un megáfono todo transcurrió de forma tranquila. Sin riesgo para la integridad de un investigado que casi son toda probabilidad no regresará a los juzgados en la fase de instrucción.
A partir de ahora, la jueza que lleva el caso deberá decidir si practica nuevas diligencias o da por agotada la instrucción . Y cuando esa fase concluya, en sus manos tendrá la decisión de archivar la causa o abrir juicio oral.
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