La cetrería, bien de interés cultural en Extremadura
La Junta subraya que se trata de una práctica «viva», con unos conocimientos propios que se transmiten de generación en generación
La Junta de Extremadura declara Bien de Interés Cultural a la cetrería en la región, con carácter de Patrimonio Cultural Inmaterial. El Consejo de Gobierno ... lo ha aprobado esta mañana en su reunión celebrada en Mérida.
El portavoz del Ejecutivo de Guillermo Fernández Vara, Juan Antonio González, ha explicado que se trata de un respaldo a una «práctica viva, reconocida y compartida por la comunidad cetrera como parte integrante y representativa de su patrimonio cultural, siendo experimentada como una vivencia colectiva que refuerza los lazos identitarios, con sus significados y símbolos compartidos».
Tiene la cetrería «unos conocimientos propios que se transmiten de generación en generación, con aspectos como los rituales de su acervo tradicional, un vocabulario específico así como una artesanía manual, infundiendo un sentimiento de pertenencia al grupo, que recrea constantemente este patrimonio».
Se basa en una tradición milenaria, compartida en más de 70 países, que también ha encontrado en Extremadura un desarrollo notable, destacando como una actividad respetuosa con los animales y sostenible con la naturaleza que ha sabido adaptarse al devenir temporal en distintos contextos geográficos.
En la actualidad se trata de una expresión de conocimientos acumulados en la relación hombre-naturaleza y una forma de sociabilidad en torno a un patrimonio. La cetrería fue reconocida en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Montería y rehala
La declaración de bien de interés cultural para la cetrería sigue el mismo camino que se empezó a transitar por parte de la Junta de Extremadura el 28 de junio del pasado año 2022. Ese día, el Consejo de Gobierno aprobó el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural la Montería y la Rehala en Extremadura, con la categoría de Patrimonio Cultural Inmaterial.
Según explicó entonces el Gobierno regional, «la caza, como actividad ligada a la propia historia de la humanidad, presenta características que sobrepasan su carácter productivo ligado a una necesidad alimenticia, identificándose como una manifestación relacionada tanto con aspectos culturales como medioambientales». «La actividad cinegética son usos, costumbres, expresiones, conocimientos y técnicas, aspectos que se recogen en el artículo 2 de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO», añadía el Ejecutivo.
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