Extremadura roza ya las 1.500 viviendas de uso turístico, el 30% de ellas en Cáceres y Mérida
El norte extremeño acapara la oferta de casas particulares que se alquilan a viajeros, sobre todo en el Valle del Jerte, Monfragüe y La Vera
Cáceres y Mérida concentran casi un tercio de las cerca de 1.500 viviendas de uso turístico que hay en Extremadura, una categoría de alojamiento ... que agrupa a aquellas casas particulares que son alquiladas por sus propietarios a viajeros en épocas concretas del año, normalmente por días, semanas o un mes. A diferencia de los apartamentos turísticos, no lucen en su entrada el cartel con las siglas 'AT' y se pueden alquilar por habitaciones en vez de enteras.
Según el Instituto Nacional de Estadística, en Extremadura había al acabar el pasado agosto 1.478 alojamientos de este tipo, una opción de hospedaje en auge en los últimos años. Tanto se ha desarrollado que en las capitales españolas más turísticas, como Madrid, Barcelona, Málaga o Sevilla, ha causado problemas de convivencia entre turistas y vecinos.
No ocurre esto de momento en la comunidad autónoma, porque no hay ningún municipio con tantas viviendas de uso turístico como para motivar un cambio sustancial en el perfil del residente en ningún barrio. La ciudad extremeña con más es Cáceres, que tiene 233 que suman 974 plazas, según el INE. Dos años antes, o sea, en agosto de 2020, tenía 237 y 994, lo que significa que en dos años, el parque de viviendas de uso turístico ha menguado un 1,6% en número de inmuebles pero ha crecido un3% en plazas ofertadas.
La segunda ciudad de la región con más viviendas de esta clase es Mérida, con 209 que suman 897 plazas. La capital autonómica sí que presenta una variación significativa, porque en agosto de 2020 tenía 173 pisos y 789 plazas, lo que significa en 24 meses, ha aumentado un 21% el número de viviendas que sus dueños alquilan a los turistas y un 14% el número de plazas.
Estos alojamientos tienen un peso residual en la comunidad, donde no se atisban problemas de gentrificación
Entre Cáceres y Mérida suman el 30% de los alojamientos y el 27% de las plazas que ofrece Extremadura. Tras ellas, no hay ningún otro municipio que supere no ya las doscientas viviendas de este tipo, sino ni siquiera las cien. En la lista ordenada por plazas –hay ligeras variaciones si se hiciera esta relación según el número de pisos–, el tercer lugar es para Hervás, con 313 (en 69 pisos); el cuarto para Plasencia (286 en 73 pisos); el quinto para Jarandilla de La Vera (210 plazas en 78 viviendas), y el sexto Trujillo (189 en 38).
El mapa autonómico
La relación de los diez municipios de la región con más pisos turísticos se completa con Cabezuela del Valle (154 plazas en 29 viviendas), Badajoz (126 en 34), Malpartida de Plasencia (108 en 26), Navaconcejo (107 en 16) y Villanueva de La Vera (capacidad para 103 personas en 16 inmuebles). Ciudades más pobladas, como Almendralejo o Don Benito, apenas tienen esta oferta: hay dos viviendas en la primera y seis en la segunda. Tienen más Zafra (38 plazas en nueve alojamientos) y Olivenza (43 en ocho), según la recopilación del Instituto Nacional de Estadística
Un vistazo a sus mapas de viviendas de uso turístico deja claro que en el caso extremeño, la oferta se concentra en la provincia de Cáceres, donde están siete de cada diez alojamientos. Tres comarcas destacan sobre las demás: el Valle del Jerte, con su famoso cerezo en flor; Monfragüe, que es un referente para la observación de aves; y La Vera, cada vez más de moda en España en general y entre los madrileños en particular, entre otros motivos porque municipios como Villanueva o Madrigal están a unas dos horas en coche de la capital española.
El estudio del INE también aclara que Extremadura es la comunidad donde menos peso tienen las viviendas de uso turístico, que solo suponen el 0,23% del total de viviendas. La media nacional es del 1,24. En el extremo opuesto a la región están Baleares, que se acerca al 5%, Canarias, que supera el 4%, y en la Península destaca la Comunidad Valenciana, que camina hacia el 2%.
Los datos oficiales dejan claro que estos alojamientos tienen una importancia residual en el conjunto de la comunidad y están lejos de generar los problemas de la denominada turistificación que conocen en otras ciudades y que han impulsado normativas encaminadas a solucionar esos conflictos. En Extremadura, una ley (la 6/2018, de modernización y desarrollo del turismo en la comunidad) regula el sector de los apartamentos turísticos, pero no menciona específicamente a las viviendas de uso turístico.
¿Qué diferencia hay entre un apartamento y un piso turísticos?
Apartamento turístico y piso turístico suelen mencionarse como sinónimos, pero no son lo mismo. Se parecen, pero son dos tipologías de alojamiento diferentes. De hecho, casi en lo único que coinciden es en que tanto unos como otros ofrecen alquileres de corta estancia. Un apartamento de este tipo es un alojamiento dedicado en exclusiva a alojar turistas, que se alquila íntegramente y que está ubicado en un edificio o urbanización donde puede haber inmuebles sin finalidad turística. De hecho, esto es lo que genera los problemas de gentrificación o turistificación que padecen en algunas ciudades españolas. Por el contrario, el piso turístico no es un alojamiento turístico, sino una casa particular que su propietario ofrece en alquiler a viajeros, durante periodos concretos del año. Y puede arrendarse por habitaciones.
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