BBVA estima que Extremadura crecerá en 2025 por encima de la media nacional

Con ello la región crecería por primera vez desde la pandemia más que el resto del país. Con el covid la caída de la actividad en Extremadura fue menor que en otros territorios gracias a la importancia del sector agrario. Esto explica que en los años posteriores la recuperación en la comunidad no haya sido tan intensa. Pero en 2025 podría colocarse de nuevo en los primeros puestos de crecimiento.

Estas son las previsiones de BBVA Research, el centro de estudios de la entidad financiera, que estima que la región recuperará el empuje en 2025 tras crecer por debajo de la media nacional en 2024 gracias a la mejora de las exportaciones, el turismo y a la recuperación del sector agrario tras la sequía.

De cumplirse estas previsiones, BBVA señala que el PIB per cápita de la región superaría en 4,4 puntos el nivel precrisis, casi dos puntos por encima del promedio nacional. Con ello se podrían crear 15.400 empleos entre este año y el próximo y situar la tasa de paro por debajo del 15%.

El estudio 'Situación Extremadura' sigue la línea del informe del Observatorio Regional publicado en octubre, en el que se revisó al alza la previsión de crecimiento en 2024 para el conjunto del país y también para la mayor parte de las comunidades autónomas.

BBVA Research estimó entonces la subida nacional en el 2,9% para este año frente al 2,5% que anunció en junio. En el caso de Extremadura, apenas crece del 1,9% al 2%. La región sería, junto con el País Vasco, la comunidad con menos incremento del PIB en 2024, aunque estará casi tres veces por encima de la eurozona.

Este tímido crecimiento se debe a varios motivos. BBVA Research destaca el aumento de la afiliación este año en las áreas urbanas de la región, pero la caída en las zonas rurales condiciona el resultado final por debajo de la media nacional. Además, la población activa no aumenta como en el resto de España, lo que de cara al futuro puede suponer un problema de mano de obra.

A esto se suma un menor empuje del comercio y de las actividades profesionales, y además la producción de bienes está todavía por debajo de los niveles de 2019.

Sin embargo, para el centro de estudios la reversión de los efectos de la sequía está siendo más rápida de lo esperado, lo que explica la revisión al alza para 2024 en Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía.

La normalización de la situación climatológica hará que en 2025 las regiones con más peso del sector agrario se sitúen entre las más dinámicas. De esa forma, BBVA espera que Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia crezcan hasta un 2,7% del PIB.

Para el centro de estudios, la mejora de la producción agraria debería apoyar el crecimiento de las exportaciones en un contexto de moderación de la inflación y de menores costes energéticos por la caída de precios del petróleo y el gas. Cuestiones que deben impulsar las ventas al exterior, a expensas de lo que suceda con la política arancelaria de Estados Unidos, aunque eso también llevaría a un fortalecimiento del dólar frente al euro y abarataría los intercambios comerciales.

BBVA Research también destaca que la industria de la región presenta un comportamiento positivo en 2024 y se sitúa por encima de los niveles precrisis, gracias al fuerte empuje de la energía. Asimismo, incide en el buen comportamiento del turismo, con más plazas hoteleras, más ocupación y mayores ingresos hoteleros, aunque por debajo de la media nacional.

El estudio también destaca la contención de los precios, con seis de cada diez productos de la cesta de la compra con una inflación por debajo del 2%; y la reducción de las hipotecas por la revisión a la baja de los tipos de interés. «Todo esto debería permitir un mayor crecimiento del consumo y la demanda interna», ha destacado en la presentación del informe Miguel Cardoso, economista jefe para España y Portugal de BBVA Research.

Pero el servicio de estudios sigue apreciando amenazas para la economía regional que podrían limitar el crecimiento. Entre ellas el aumento de las temperaturas, que está desplazando la demanda turística hacia el norte del país. Asimismo, cita el envejecimiento de la población, lo que requerirá políticas de fomento de la natalidad y atracción de inmigrantes, o bien mejorar la productividad mediante procesos como la automatización.

También observa un alto grado de incertidumbre en cuestiones como la transición hacia la producción de vehículos eléctricos, lo que está limitando las matriculaciones, que aún se encuentran un 42% por debajo de los niveles anteriores a la crisis sanitaria. Además, destaca que el contexto positivo para la industria por la rebaja de tipos y la reducción de costes tendrá menos efectos en Extremadura por el peso del sector en la comunidad. En materia de vivienda, y aunque el problema no es tan acuciante como en otras áreas del país, señala que la construcción está por debajo de la creación de nuevos hogares en las zonas urbanas de la región.

En cuanto a las cuentas públicas, estima que la Junta de Extremadura podrá controlar el déficit gracias al aumento de los ingresos del sistema de financiación y a la contención del gasto, aunque en 2025 continuará con su política de rebajas fiscales. Pero alerta que a medio plazo será necesario hacer un ajuste que obligará a repartir el esfuerzo entre el Gobierno y las comunidades autónomas.