La Maestra, un restaurante enoteca que fusiona lo extremeño y lo oriental

La Maestra es una enoteca y restaurante inaugurado hace siete meses, pero entre la pandemia y los cierres, su apertura real no ha llegado hasta el mes de mayo. Está en la avenida de Portugal, una calle céntrica de Cáceres con tradición hostelera desde que daba acceso, hace medio siglo, a la antigua estación de ferrocarril.

Dos socios. Uno de ellos, José Luis, es enólogo de vocación y se encarga de todo lo referente al mundo del vino, y el otro Juanjo, es un conocido empresario. Carlos González «Charli» (Plasencia, 1977) es el jefe de cocina. Se formó en la Escuela de Hostelería de Plasencia. Ha trabajado en Bélgica e Inglaterra, siempre en restaurantes. La jefa de sala, Alesandra, es su mujer. Ella es búlgara, se conocieron en Inglaterra decidieron venirse a Extremadura. Carlos estuvo tres años en La Parrilla de Galarza.

Hacer cosas ricas con mucho respeto al producto de la tierra. El cerdo ibérico es su bandera, pero fusionándolo con las influencias de las cocinas del mundo que Charli ha conocido. Por ejemplo, hacen un sandwich de oreja de cerdo ibérico que lleva una base coreana de kimchi y una pasta serbia llamada kajmak. La panceta la ponen con salsa cantonesa. Preparan ceviche filipino o albóndigas de buey con una derivación china.

Tienen carta de restaurante y carta de tapas para compartir. «No somos clasicotes, pero en el restaurante es más individual», matiza el chef.

Atún rojo marinado con jengibre y codium, tartar de solomillo ibérico, hamburguesa de waygu ibérico del Borbollón, de la ganadería de Alfonso Covaleda, arroz de percebe y sepia.

Pluma ibérica marinada con miso, naranja y cacao o el clásico magret de pato con salsa bigarade, una salsa francesa de siempre.

Carmen Cordobés, natural de Monroy, es la encargada de elaborar una cocina dulce sencilla en la que destaca la tarta de queso de cabra de Zarza de Granadilla, el cremoso de chocolate o la milhoja de praliné y chantilly

40 vinos por copa. Muchos de la tierra. Y curiosidades como Ponciano, un vino que hace un joven de Cáceres con las bodegas Viña Puebla.

Una zona de bar muy amplia y luminosa y un restaurante de diseño moderno, tonos azules y ambiente desenfadado.