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El Cacereño honra el fútbol extremeño
El equipo de Cobos saca los colores al Atlético que tuvo que sufrir hasta el descuento para sacar adelante la eliminatoria
La Copa mola y mucho para el Cacereño en estos últimos tiempos. La mística del Cacereño y Cobos con la Copa regaló otra noche mágica. ... Y casi roza la proeza ante todo un Atlético de Madrid de Champions. Otro que siente los escalofríos de la sala de tortura de Cobos. Aguantó hasta la recta final cuando los pulmones ya estaban fuera del cuerpo y las piernas no iban. El equipo colchonero tuvo que esperar al descuento para sobrevivir y acabar con las ilusiones cacereñas. Honores para el decano extremeño que abrazó de nuevo el sueño de los modestos y honró a un fútbol regional huérfano de élite. Orgullo de Extremadura.
Una nueva lucha entre David y Goliat que a un único asalto y en un escenario más coqueto hacen que las fuerzas se igualen. Y Cobos le tiene cogida la medida a este tipo de batallas épicas. Al Príncipe Felipe van sus aficionados a disfrutar y los rivales a sufrir. Lo sabe bien el Girona, que pasó por la piedra y otros que sudaron para ganar in extremis como Málaga, Éibar y el mismísimo Real Madrid.
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Saltó el Cholo con todo. Combativo y guerrillero como pocos y muy consciente que le tocaba exigirse ante un Cacereño siempre competitivo. Avisado estaba del susto que se llevó el Real Madrid hace dos años, aunque el césped estaba mejor -con algunas zonas que se levantaban- que por entonces llegó a criticar Ancelotti. El técnico argentino no entiende de relajaciones ni partidos a medio gas. Tampoco Julio Cobos, gran experto en estas rondas coperas. Salió valiente el Cacereño y sin complejos para tratar de tú a tú al Atlético. No se dejó deslumbrar el cuadro verdiblanco ante el brillo de los dorsales que lucían sus oponentes. Sancho se pegó un carrerón para recortar al paisano Javi Galán dentro del área y ponerla atrás en la media luna donde Sarmiento se llenó de balón y no acertó a engancharla. Así empezó el equipo de Cobos. Animando a la grada y levantando al público de sus asientos. La respuesta del Atleti la dio el vikingo Sorloth, pero después de sortear al portero Diego Nieves se le fue por el fondo ante las protestas del estadio por posible fuera de juego. Apenas habían pasado 10 minutos, pero suficiente para calentar los ánimos en el personal entregado al Cacereño de las grandes batallas.
Llegaban los dos equipos subidos en una dinámica muy positiva con el Cacereño con cuatro victorias seguidas y seis sin perder y los colchoneros con siete triunfos consecutivos y cinco porterías a cero. Y se notaba en la puesta de escena. Los de Cobos metieron revoluciones a su juego buscando a Christian Martínez. Querían sorprender en alguna contra y por los costados insistieron ante una bien plantada defensa rojiblanca. A Crespo y Javi Barrio les tocaba cogerle la medida al gigantón noruego, muy difícil de sujetar, pero los cacereños se mostraron muy seguros en el corte. También el portero Nieves para anticiparse con decisión en algunos centros peligrosos de Javi Galán por el carril zurdo y atrapar abajo un disparo seco de Sorloth. En el 28, el meta cacereño puso al estadio en pie con un paradón a Lino que se había colado entre los centrales para plantarse solo delante en un mano a mano. Y del posible 0-1 se pasó al 1-0 y la locura general en el Príncipe Felipe a la media hora. Merencio rompía el cerrojo atlético con un gol que fue pura poesía para la hinchada extremeña. Contragolpe mortal del Cacereño que permitió una cabalgada corajuda por la derecha de Christian Martínez, le dio tiempo a hacer una breve pausa, levantar la cabeza y ver a su compañero Merencio asomar por el balcón del área para que la enchufara la red. El Cacereño otra vez poniéndose bravucón y haciendo feliz a su gente. Ese gustazo ya no se lo quitaba nadie. Pasara lo que pasara después. Tenía a todo un Atleti contra las cuerdas. Simeone no paraba de pie en el área técnica, fiel a sí mismo.
Para el Cacereño fue un chute de adrenalina tremendo. Llegaba a todas y hasta se permitía ir sin contemplaciones al choque en los duelos individuales. Para entonces los del Cholo ya sabían donde se habían metido. Cobos había tirado el anzuelo y su rival había caído en la trampa. Y ahora la emboscada parecía aún mayor.
El Atleti tiró de orgullo, pero el Cacereño ofrecía una resistencia encomiable para sacar el peligro de su área. Con un «¡sí se puede, sí se puede!» ensordecedor por todo el estadio se llegaría al descanso.
Cacereño
Diego Nieves; Iván Martínez, Javi Barrio (Sanvi, min. 67), Crespo, Joserra; Sancho, Clausí, Deco (Pepe Bernal, min. 77); Merencio (Salinas, min. 58); Sarmiento (Carrillo, min. 58) y Christian Martínez (Adri Pérez, min. 67).
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Atlético de Madrid
Musso; Azpilicueta (Marcos Llorente, min. 46), Le Normand (Lenglet, min. 46), Witsel, Javi Galán; Riquelme (Julián Álvarez, min. 46), Koke (Pablo Barrios, min. 58), De Paul, Lino; Correa (Gallagher, min. 64) y Sorloth.
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Goles: 1-0: Merencio, min. 30. 1-1: Lenglet, min. 82. 1-2: De Paul, min. 92. 1-3: Julián Álvarez, min. 96.
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Árbitro: Díaz de Mera (castellanomanchego). Expulsó por doble amarilla a Sancho (82 y 84) y con roja directa al Cholo Simeone (88). Amonestó en el Cacereño a Diego Nieves (79) y por el Atlético a Le Normand (39).
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Incidencias 9.384 espectadores. Manolo recibió como homenaje una camiseta del Cacereño por parte del club y realizó el saque de honor. Cacereño y Atlético posaron con una pancarta para dar visibilidad a ELA Extremadura.
No le gustó para nada al Cholo el sopapo del Cacereño y dejó a tres jugadores en el vestuario de una tacada. Fuera Le Normand falto de ritmo, Azpilicueta desbordado y Riquelme desaparecido y dentro Lenglet, Marcos Llorente y Julián Álvarez. Artillería pura. El Atlético apretó los dientes y tras una peligrosa falta lateral se formó un barullo en la misma línea de gol para después de varios rechaces caerle el balón a Lino y rematar a bocajarro inexplicablemente fuera con toda la portería a su favor. No terminaba de encontrarse a gusto el equipo colchonero para deshacerse de un pegajoso cacereño que no le daba respiro.
El Cacereño no perdió su descaro y quería más. No se arrugó ante el arreón de orgullo colchonero. Se veía disfrutón y desafío de nuevo al Atleti. Y así el héroe Merencio cogió un balón en la medular, sentó con un recorte a Witsel y Lenglet para verse con el camino despejado y habilitar sobre Christian Martínez que en carrera trató de batir a Musso, pero su disparo lo atajó bien el meta colchonero.
Seguía sin verlo claro Simeone y ya había movido el banquillo otra vez para tirar de Pablo Barrios y Gallagher. También agitó su coctelera Cobos para dar oxígeno a su equipo después del esfuerzo descomunal para contener a su rival con una doble ventana en la que saltaban al césped Salinas y Carrillo y más tarde Sanvi y Adri Pérez.
El Atleti se desesperaba sin encontrar espacios donde meterle mano al Cacereño. Y cuando los encontraba se topaba con un inmenso Diego Nieves para acabar con sus ilusiones como la espectacular palomita que brindó a los seguidores cacereños a un tiro a la misma escuadra de De Paul. El centrocampista argentino fue el único que entendió de la exigencia del envite y se multiplicó en el campo. Su capacidad para asumir la jefatura hizo que su equipo diera un paso al frente y se volcara sobre la portería de Nieves. El Atlético sometía al Cacereño a un acoso incesante que de momento los de Cobos se sacudían numantinos con un portero infranqueable.
El tiempo corría a favor de los de Cobos ante la impotencia de un Atleti atascado. En el Cacereño defendían como posesos. A base de coraje y garra. Los extremeños sacaban fuerzas de donde ya no les quedaban tras un despliegue físico monumental. Y le temblaron las piernas a balón parado, el único recurso que le quedaba al Atlético para superar la muralla cacereña. Julián Álvarez ejecutó sobre la escuadra una falta lateral, en la que vio la primera amarilla Sancho, que sacó magistralmente Nieves, pero después de varios rechaces Lenglet no perdonó para cabecear y poner el empate ante la decepción de la parroquia verdiblanca a ocho para el final. Sancho sería expulsado dos después al cortar una peligrosa contra rojiblanca y el Cholo vería la roja en el 88 fruto de la rabia y frustración ante la infinidad de ocasiones desperdiciadas. La falta de acierto tenía desesperado al preparador argentino que la pagó con una botella de agua.
El Cacereño recibiría el mazazo definitivo en el peor momento y en la jugada más tonta de todo el partido después de haber tenido maniatado a todo un Atlético superior en la segunda parte. Los de Simeone montaron una contra y en un mal tiro de De Paul el balón le botó mal a Nieves y le despistó sin que pudiera hacer nada para evitar un tanto que después de lo sufrido ya merecía al menos prolongar su épica en la prórroga.
El 1-2 apagó al Príncipe Felipe y a los jugadores cacereños, que aunque no bajaron los brazos ya les quedaba poca gasolina. El tercero de Julián Álvarez ya pasado los seis de descuento fue mera anécdota.
La afición del Príncipe Felipe supo reconocer el partidazo de su equipo y se puso en pie para animar sin consuelo a un Cacereño que volvía a ganarse el corazón de todos los extremeños.
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