Borrar
¿Qué ha pasado este sábado, 6 de diciembre, en Extremadura?
Guzmán y varios de sus compañeros agradecen al público del Nuevo Vivero el apoyo brindado en el partido de Copa del Rey disputado ayer J.V. ARNELAS

La prórroga despierta del sueño a una afición de Primera

Honor sin gloria para un Badajoz corajudo que llevó a todo un Granada al límite empujado por el aliento de un Nuevo Vivero espectacular

Javi Pérez

Badajoz

Miércoles, 29 de enero 2020

Comenta

Honor sin gloria para un Badajoz corajudo. El conjunto blanquinegro despertó de su sueño copero con orgullo y la cabeza bien alta. Una pena. El equipo de Nafti llevó a todo un Granada de Primera a la prórroga. Le plantó cara y le puso al límite en un partido tremendo, de un derroche físico descomunal y con ingredientes épicos. Soñó despierto e hizo vibrar a un Nuevo Vivero lleno hasta la bandera con el tanto de Caballero en el descuento, pero un Granada más entero apagó la llama blanquinegra en el minuto 108. Casi nada. La ilusión de toda una ciudad se quedó en octavos. El Granada puso fin al sueño de una afición de Primera.

Badajoz

Juanjo Garrancho; Pablo Vázquez, Traoré, César Morgado; Fobi Kingsley, Sergi Maestre, Caballero (Toni Abaad, min. 103), Bikoro (Kevin, min. 88); Guzmán (Dani Aquino, min. 61), Álex Corredera; y Gorka Santamaría (Candelas, min. 86).

2

-

3

Granada C F

Aarón; Foulquier, Germán, Vallejo, Álex Martínez; Vadillo (Darwin Machís, min. 72), Eteki (Herrera, min. 56), Golanons, Antonio Puertas (Víctor Díaz, min. 106); Azeez (Soldado, min. 82) y Carlos Fernández.

  • Goles: 0-1: Álex Martínez, min. 1. 1-1: Pablo Vázquez, min. 8. 2-1: Soldado, min. 85. 2-2: Caballero, min. 90+3. 2-3: Carlos Fernández, min. 108.

  • Árbitro: Soto Grado (riojano). Amonestó en el Badajoz a Fobi (48), Kevin (97), Candelas (99) y en el Granada a Golanons (67), Machís (78) y Soldado (88), Aarón (94). El VAR no entró.

  • Incidencias: Lleno histórico en el Nuevo Vivero con un ambiente de lujo con 14.898 espectadores. Espectacular mosaico por todo el campo con los colores blanco y negro y toda la grada en una sola voz cantando el himno del CD Badajoz. El último fichaje Isma Cerro en el palco junto al director deportivo David Vizcaíno. En el palco, Joaquín Parra acompañado por el alcalde Francisco Javier Fragoso. El público despidió a los jugadores blanquinegros con una tremenda ovación.

Si la Copa ha sido un escaparate para que la ciudad se enganchara con el Badajoz, estas dos últimas eliminatorias son para que la gente arda en deseos de repetir al campo. Partidos de los que hacen afición. Nervios, sufrimiento, emoción, suspense y un subidón increíble en el descuento con uno de esos goles con los que sueña cualquier niño.

El partido comenzó a mil por hora. Casi sin tiempo de guardar las cartulinas el Granada asestaba el primer golpe para rebajar el impacto del fenomenal ambiente del Nuevo Vivero. Al primer minuto de juego se adelantó en un centro que colgó Foulquier por la derecha, que despejó Fobi y le cayó a Álex Martínez en el vértice del área para dibujar con un soberbio zurdazo una diagonal imposible para Juanjo Garrancho.

Mal se ponían las cosas para el Badajoz. Pero la grada lejos de venirse abajo rugió aún más. Había acudido en masa a la fiesta de su equipo y puso la música a tope. Prendió la mecha. Ese empuje levantó al Badajoz y sacó su orgullo. No podía permitir que su sueño se difuminara tan rápido. Apretó los dientes y recuperó la bolsa del corredor de la noche del Eibar. Metió ritmo e intensidad arriba y de nuevo en una acción de saque de banda-casi córner devolvía la igualada al marcador. El balón lanzado por César Morgado lo cogió Álex Corredera, que armó su disparo y en el rechace estaba Pablo Vázquez con la caña para llevar el jolgorio a la grada. Ocho minutos frenéticos, de una agitación increíble. Estaba especialmente motivado Pablo Vázquez por enfrentarse al equipo donde se formó. Y lo dejó claro en la efusiva celebración del empate.

El Badajoz no podía dejar escapar al Granada y esa respuesta inmediata resultó providencial para recuperar la calma. Se enchufó de nuevo. Sacó pico y pala y comenzó a excavar sus trincheras para frenar el mayor talento nazarí. El Granada metía el miedo en el cuerpo con sus sacudidas por los extremos. Pero los de Nafti son obreros del balón y se multiplicaban en las ayudas. Había que correr más para no dejar pensar a su rival y sacar dinamita de cada llegada. Guzmán se vació con un trabajo inconmesurable en las recuperaciones. Aparecía por todos lados. Y atrás Pablo Vázquez ejercía de mariscal. Álex Corredera se subió al todoterreno en un esfuerzo impagable, jugador total, pero lo acusó arriba y su equipo también para sacar a relucir su magia. Sin frescura en sus piernas en su hábitat natural para ese último pase o ejecutar una falta. Por momentos el Badajoz se pareció al de la noche mágica del Eibar. Y ahí irrumpió Fobi, el rey de Copas, como un cohete en una poderosa arrancada para provocar una falta peligrosa en la frontal.

Más pausa

A partir de ese azote blanquinegro el encuentro bajó en velocidad y tensión. El Nuevo Vivero gritaba 'Sí se puede'. Los dos equipos parecían firmar una tregua después del descomunal desgaste de los primeros 25 minutos. Con esa bandera blanca se llegaría al descanso.

El Badajoz salió sin complejos en el segundo acto. Quería sorprender al Granada y casi lo consigue de nuevo con otra aparición de Fobi a toda velocidad por la derecha. En un robo de balón del lateral ghanés se la deja a Gorka Santamaría solo ante el portero, pero Aarón le ganó el mano a mano con un paradón espectacular.

El Granada no perdía la compostura. Muy bien replegado atrás y afilado arriba. Metió al Badajoz en su campo. Los pacenses empezaban a caer en imprecisiones propias del desgaste. Trataba de estirar sus líneas, pero se encontraba con el peligro de la ofensiva rojiblanca. Y si Aarón se había lucido ante Gorka también le tocó su turno a Juanjo Garrancho volando como los ángeles para sacar el guante en la misma escuadra y levantar al Nuevo Vivero de sus asientos. Casi sin reponerse de la tremenda estirada sacó otro puño de oro en ese saque de esquina.

Galería. Las mejores jugadas del partido::

Ver fotos

Galería. Las mejores jugadas del partido:: J.V. ARNELAS

El doble susto hizo emerger al Badajoz y espoleó a la grada. Se mostró valiente el equipo de Nafti y se fue con descaro al ataque. Recuperó el control del juego con posesiones largas y desplazamientos de un campo a otro en busca de Gorka y Aquino, que ya estaba en el campo para inyectar gasolina a los blanquinegros por un Guzmán ya en reserva por los kilómetros recorridos.

El conjunto pacense asumía riesgos. Diego Martínez sacó a su artillería. Dio entrada a Soldado para buscar las cosquillas a una zaga pacense perfecta hasta entonces. Nafti dio frescura a su equipo por las bandas con Candelas y el debutante Kevin van Kipperluis.

Y en el único error de la defensa la aprovechó Soldado para batir a Juanjo Garrancho a cinco del final. Demasiado cruel para el corazón y pulmones que puso el Badajoz. Un mazazo inesperado y casi mortal, pero el Badajoz y la grada seguían creyendo. Y con este equipo de Nafti todo es posible. De nuevo, el Nuevo Vivero daba ese aliento. Las piernas fallaban, pero la sangre bombeaba a la fe y al orgullo. Las pulsaciones a mil. El corazón es lo que necesitaba. Y en el descuento Caballero llevó la locura absoluta al rebañar un balón suelto en un saque de esquina. Prórroga y el estadio botando. Todo el público puesto en pie. Impresionante. Creer para soñar.

El Badajoz había conseguido reponerse de dos golpes anímicos que podían haber dejado al equipo muy tocado, en el primer minuto y ese segundo en el 85. Pero no se vino abajo y siguió creyendo.

El cansancio hacía mella. Agotados. Los jugadores casi se arrastraban por el campo, reventados, pero sacaban fuerzas donde no las había para seguir desafiando a todo un Granada. Al Badajoz se le veía muy tocado. Necesitaba coger aire y aprovechaba las pausas del juego. Tenía que aguantar y apurar esa última bocanada. Quería ofrecer otro regalo a su afición.

Vídeo.

El Granada más entero no quería los penaltis. Y en un córner dejó frío al Nuevo Vivero. Juanjo Garrancho la sacó de puños en el primer palo y el rechace lo recogía Carlos Fernández para poner el 2-3. No podía ser. Otra vez tocaba apelar a la épica. El VAR no tuvo que intervenir, pero bien pudo estrenarse en el Nuevo Vivero y revisar esta jugada porque Gonalons, que puso el centro que remachó Carlos Fernández, podía haberse aprovechado de una posible posición de fuera de juego.

Los de Diego Martínez jugaban con el reloj. El Badajoz lo intentaba a la desesperada. Coraje blanquinegro. Todavía no daba nada por perdido. Con los jugadores blanquinegros fundidos y algunos casi cojos obligaron al Granada a pedir la hora. Descaradas las pérdidas de tiempo. Dani Aquino la tuvo con un disparo que salió acariciando el larguero. Todo el Nuevo Vivero empujó la trayectoria del balón. Faltó un centímetro. Y de nuevo el delantero murciano armó su fusil y encañonó rozando el poste. Otro ¡uy! El Nuevo Vivero se arañaba la cara. Se comía las uñas.

El sueño se escapaba para un equipo de Segunda B que cayó con dignidad y honor. El irreconocible Nuevo Vivero se rendía a sus héroes de bronce. El poso de una ciudad entregada y volcada con su equipo está ahí. Pero queda la liga y un ascenso con el que rubricar una temporada de ensueño.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy La prórroga despierta del sueño a una afición de Primera