Emilio de Justo y Antonio Ferrera salen a hombros en Mérida

Hay que valorar el esfuerzo de la empresa Toros de la Mercé dirigida por José Luis Pereda pero deberá de cara a la próxima temporada pulir algunos matices, sobre todo en la búsqueda de una fecha más idónea para atraer al público.

Abrió la tarde el matador de toros extremeño Antonio Ferrera que hacía varios años que no pisaba el albero del coso de San Albín logrando recibir a su primer toro con una buena serie de verónicas con el capote para posteriormente iniciar la faena con la franela con muletazo con mano baja y después continuar con tandas de muletazos por ambos pitones de mucha raza y entrega.

Con el segundo de su lote, de nuevo Ferrera salió con ganas de triunfo y ante un toro con matices le realizó una faena con mucho oficio y aplomo.

El también extremeño Miguel Ángel Perera apechó con el lote más deslucido de la tarde. Su primer oponente muy escaso de fuerza y de transmisión hizo que Perera tuviera que ponerlo todo aunque la faena no logró calar en los tendidos.

Con el segundo, un toro con más movilidad, dio muestras de la experiencia y veteranía que le atesoran sus 20 años de alternativa realizando una faena inició con la muleta en los medios con un pase cambiado por la espalda para después continuar toreando en redondo con mando y quietud. Con la muleta en la mano izquierda logró una excelente tanda de naturales largos y de mano baja. La mala racha con los aceros le privó de tocar pelo en este segundo toro de su lote premiándolo el respetable por su entrega durante toda la tarde.

Al torero cacereño Emilio de Justo, que curiosamente se presentaba como matador de toros en Mérida y por ello hizo el paseíllo desmonterado, en ningún momento se le notó el haber sido operado el pasado lunes de una cornada de 12 centímetros recibida en Arlés.

En su primer toro deleitó al respetable con una faena de mucho empaque y torería con excelentes pases de pecho rematando las tandas.

Con el que cerró plaza, un toro menos colaborador que el primer oponente, De Justo de nuevo dejó paisajes de torería, hondura y arte en su faena.