Lágrimas, vítores y aplausos en la despedida a la Virgen de la Montaña tras su Centenario

Los cacereños, conscientes de estar ante un momento único, han despedido a la su patrona entre vítores, aplausos y lágrimas. Lloraba Rubén Mayordomo, integrante de la junta de gobierno de la cofradía. También se ha emocionado Ara Sánchez, secretaria general de Igualdad y Conciliación de la Junta de Extremadura. Y una de las hermanas de carga del turno número 2 que en ese momento llevaba el paso sobre sus hombros.

Instantes antes ha tenido lugar el gesto simbólico que marca la marcha de la patrona de Cáceres: la devolución del bastón de mando al alcalde, Rafael Mateos. Antonio Bazo, jefe el turno número 2 y hermano de la cofradía, se ha encaramado a las andas de la patrona para recuperar el bastón. A diferencia de lo que se ha venido haciendo durante años, no se la ha entregado directamente a Mateos. Primero se lo ha hecho llegar al mayordomo, Joaquín Floriano. Y éste se lo ha dado al primer edil. El Consistorio ha correspondido el gesto con el regalo de un ramo de flores, confeccionado por la floristería Karmen Arreglos florales.

La interpretación del himno nacional y la bendición del obispo de la Diócesis, Jesús Pulido, han marcado el final de la procesión como tal en Fuente Concejo, ya que a partir de este punto el desfile se torna en una suerte de romería urbana y se agiliza el ritmo. El nuncio del Papa, Bernardito Auza, que este sábado fue el encargado de clausurar el Centenario y el año jubilar, también ha asistido al desfile.

En esta ocasión, la imagen ha lucido el manto número 99, de color rojo y bordado en oro, que la cofradía le regaló en 1988. Fue confeccionado en la casa 'Bordados artesanos' de Valencia. La talla ha partido a las diez de la mañana desde la concatedral de Santa María, donde ha permanecido durante los últimos días tras su peregrinaje por parroquias y otros espacios en este último mes. Pero no ha realizado el recorrido habitual de las procesiones de subida.

Este ha sido diferente. Ha llegado a Fuente Concejo por el camino inverso que realiza durante la bajada. Ha pasado por la Plaza Mayor, la plaza del Duque (esta vez sin la tuna), la plaza de Santiago (con sendas ofrendas florales de la cofradía del Nazareno y de la Sagrada Cena) y la calle Caleros. Todo el camino estaba regado de romero y el itinerario ha dejado instantáneas curiosas, como la imagen avanzando por esta última vía con la cúpula de Santiago a sus espaldas. En este recorrido se han obviado los escalones que llevan a Concejo (por los que la imagen se adentra en Caleros en las procesiones de bajada) y se ha llegado en línea recta hasta San Roque.

Concluye así un intenso Centenario que ha dejado buen sabor de boca. «Se ha hecho un programa que para mí ha sido perfecto. Ha participado toda la ciudadanía, todos los estamentos sociales... Todo el mundo ha participado en los actos de una forma masiva. El programa ha sido espectacular», subraya Santos Benítez, hermano de la cofradía y cronista oficial de la ciudad. «Lo he disfrutado enormemente. Ha sido un acierto enorme de la directiva haberlo llevado por todo Cáceres. Ha habido momentos únicos e irrepetibles, que no creo que volvamos a vivir», asegura el también cofrade, docente e investigador Serafín Martín Nieto.

El Ayuntamiento de Cáceres ha aportado una ayuda de 40.000 euros a la cofradía de la Virgen de la Montaña para sufragar los actos del Centenario. Además, concedió 20.000 euros a la Unión de Cofradías Penitenciales para que las hermandades de Semana Santa hicieran frente a los gastos en velas y flores de la procesión Magna mariana del pasado 5 de octubre.

La patrona de Cáceres, que se ha librado de la lluvia en su procesión de retorno, volverá a descender a la ciudad el 23 de abril, festividad de San Jorge. Esta vez ya con su programa habitual de todas las primavera. El Centenario es historia.