Cáceres arropa a su patrona en el broche pontifical a un Centenario «para recordar»
El nuncio del Papa clausura el año jubilar de la Virgen de la Montaña en una ceremonia que llena la concatedral de Santa María
A las siete de la tarde, con puntualidad británica, arrancó este sábado en la concatedral de Santa María de Cáceres la misa pontifical que ... ha puesto el broche al Centenario de la coronación canónica de la Virgen de la Montaña y al año jubilar concedido para la ocasión por Roma.
Bernardito Auza, nuncio del Papa en España, fue el encargado de presidir la ceremonia. Llegó hasta la capital cacereña desde Zaragoza, donde por la mañana había acudido a la celebración de la Virgen del Pilar.
20 minutos antes del inicio de la eucaristía las campanas del templo comenzaron a repicar para anunciar la misa. La concatedral se quedó pequeña porque los cacereños arroparon a su patrona en un día tan señalado. Las 450 sillas adicionales puestas por la cofradía de la Virgen se llenaron (además de los 150 asientos de los bancos) y mucho público siguió la celebración de pie. Los hubo, incluso, que lo hicieron desde la calle porque se quedaron sin hueco. La puerta principal de Santa María, la que da a la sede de la Diputación, permaneció abierta.
A las siete de la tarde no llovió finalmente en Cáceres. Sí lo hizo durante parte del día. El riesgo de lluvia hizo a la hermandad de la Virgen de la Montaña trasladar la ceremonia desde la Plaza Mayor, donde estaba prevista inicialmente su celebración, hasta la concatedral.
Sobre el altar, cuatro obispos y cerca de cuarenta sacerdotes acompañaron al nuncio. Estuvieron presentes los tres últimos prelados de la Diócesis de Coria-Cáceres, Jesús Pulido (el actual), Francisco Cerro (arzobispo de Toledo) y Ciriaco Benavente (obispo emérito de Albacete). A ellos se sumó el arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo.
Cinco corales fueron las encargadas de poner banda sonora a la ceremonia. Actuaron el Orfeón cacereño, la coral Santa María de la Montaña, la coral Francisco de Sande, el coro Isaac Albéniz y la coral In Pulso del colegio mayor universitario Antonio Franco. Al órgano, Francisco Sánchez.
La misa se prolongó durante una hora y 20 minutos. La imagen de la patrona se situó delante del altar, a la derecha. Decorada con flores blancas y amarillas, la imagen lució un manto muy especial.
Se trata de una pieza que ha sido confeccionada para la ocasión, la 190, pintada a mano por el artista cacereño Daniel Jiménez Díaz y obsequio de la ciudad con motivo de este Centenario. Sobre la cabeza llevaba su corona rica, la misma con la que fue coronada hace 100 años, realizada en Madrid por el orfebre Félix Granda.
Los discursos
Como anfitrión, el obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, Jesús Pulido, fue el primero en tomar la palabra. En su saludo, dio la bienvenida al nuncio e hizo un repaso de todos los actos celebrados con motivo del Centenario.
«Hemos vivido momentos inolvidables que forman parte ya de la historia de esta ciudad y que quedarán para siempre en la memoria colectiva», dijo el prelado. «La Virgen de la Montaña –continuó– está vestida de cacereña de los pies a la cabeza: el manto de la caridad que estrena hoy por primera vez y que es el regalo a la Virgen en este Centenario», subrayó.
Hay que recordar que la cofradía puso en marcha una campaña para recaudar donativos entre los fieles. El nombre de los donantes está inmortalizado en el forro del manto. Y el dinero recaudado (28.0000 euros) se destinará a acciones caritativas (el 65 por ciento) y al sostenimiento del culto de la patrona (el 35 por ciento restante). El manto ha costado 3.000 euros.
Durante su intervención, Pulido también detalló que la patrona lucía el bastón de mando –que este domingo devolverá al alcalde, Rafael Mateos, en Fuente Concejo–, el pectoral regalado por Francisco Cerro, la medalla de la ciudad y la de la Guardia Civil, entre otros obsequios.
Entre los fieles que seguían la ceremonia hubo quien no pudo contener la emoción y en mitad de la misa lanzó vítores a la patrona: «¡Viva la Virgen de la Montaña; ¡Viva la cacereña bonita!», exclamó un devoto.
Poco después, Bernardito Auza pronunció su homilía a las 19.30 horas. «La celebración de este Centenario de la coronación de la imagen de la Virgen de la Montaña que clausuramos debe ser un momento muy especial para renovar nuestra condición de hijos suyos, para tenerla a ella, tan querida por todos vosotros, como modelo de respuesta al plan de Dios», dijo.
El nuncio también señaló durante su intervención que «el hombre no puede tener por destino absoluto los bienes que son caducos, temporales, parciales». «Estos –prosiguió– sumergen en una sed imparable que quita la paz al corazón cuando se tienen por únicos fines». Auza, que este domingo también acompañará a la patrona en su procesión de retorno al santuario, impartió la indulgencia plenaria al término de la celebración, que concluyó con el canto de la 'Salve regina'.
El acto contó, además, con la presencia de autoridades civiles y militares. No faltaron a la cita representantes del resto de cofradías de la ciudad, que siguieron la celebración a los pies del Cristo Negro.
Fin a 40 días de actividades
Se cierra así una intensa programación de 40 días que comenzó el 3 de septiembre con un pregón a tres voces y que ha estado cargado de actos. El balance deja buen sabor de boca entre la organización. «Ha sido sumamente positivo. Hemos intentado hacer realidad esas palabras que tanto dijimos: que fuera participativo, que todo el mundo se sintiera parte de este Centenario», valora Joaquín Floriano, mayordomo de la cofradía de la patrona.
«También hemos intentado –prosigue– hacer realidad esas palabras del Papa, que animaba a salir a los caminos, a ir a las periferias. Y creo que, con un enorme esfuerzo logístico y de coordinación, lo hemos conseguido. Al menos, así se nos ha transmitido desde todos los sitios donde hemos estado. La acogida que ha tenido la imagen ha sido maravillosa. Y la reacción de la gente, además de ser muy emotiva, ha sido también muy beneficiosa. Ha habido mucha gente que se ha sentido muy reconfortada espiritualmente. Ha sido un Centenario para recordar por lo bien que la gente ha podido disfrutarlo», concluye el mayordomo.
Tras el cierre oficial de este sábado, el domingo la patrona retorna a la Sierra de la Mosca, donde permanecerá hasta la próxima primavera.
Este domingo, procesión de regreso con un recorrido insólito
La Virgen de la Montaña retorna este domingo a su santuario tras la bajada extraordinaria del pasado 5 de septiembre. Saldrá a las diez de la mañana desde la concatedral de Santa María y no realizará el recorrido habitual de los desfiles de subida. En este caso, hará el camino de la procesión de bajada pero a la inversa. Esto es: pasará por la Plaza Mayor, la del Duque, la de Santiago y la calle Caleros, desde donde llegará a Fuente Concejo. Una vez aquí, la imagen devolverá el bastón de mando al alcalde, Rafael Mateos. Y, a continuación, iniciará su ascenso por la carretera que conduce al santuario.
Para la procesión de este domingo la Virgen vestirá el manto número 99, de terciopelo rojo y bordado en oro. Fue confeccionado en la casa 'Bordados artesanos', en Valencia, por encargo de la cofradía en 1988. Por sus dimensiones, solo se puede usar en los desfiles procesionales. Esta procesión se celebrará aunque llueva (el riesgo es del 75 %, según la Aemet).
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