Diez besos al minuto sobre el manto de la Virgen de la Montaña
Los devotos de la patrona vuelven a acudir en masa a uno de los actos centrales del Novenario
Un taxi intenta acceder a la Plaza de Santa María por Arco de la Estrella pero la aglomeración de gente apenas se lo permite. Los turistas y los devotos se mezclan en uno de los puntos estratégicos de la ciudad monumental. No ayudan a que la circulación humana fluya los paraguas que intentan contrarrestar la lluvia que aparece y desaparece, como el Guadiana. Cosas de la loca primavera. Día grande este viernes en el Novenario de la Virgen de la Montaña, primera jornada del besamanto que permite acercarse un poco más a la patrona, estampar un beso, hacer un donativo y conseguir una estampa de la Virgen con la salutación que compuso el fundador de la cofradía, don Sancho de Figueroa.
Noticia relacionada
La Virgen de la Montaña atrae también a los ateos
La pandemia parece que ya queda muy lejos pero este era el segundo año en el que se había reanudado la posibilidad de besar propiamente el manto. Antes, como medida sanitaria, se había sustituido este gesto por una genuflexión como símbolo de respeto. Así que este año, sin límite de ningún tipo, eran centenares los labios de los devotos que se posaban sobre la tela del manto, que es el número 140 y está confeccionado en mikado verde esmeralda, adornado con aplicaciones de flores recortadas de tul de seda, bordado en tonos verdes. Fue donado por Marisa Antequera Congregado en febrero de 2019. Para los amantes de los datos, aquí también hay estadística. Tal y como ha contabilizado este diario y corroboraba el encargado de entregar las estampas, se estaban dando diez besos al minuto sobre el manto. Es imposible saber cuánta gente pasará al final del día por la concatedral. «Muchísima», que decía este joven, es un dato poco científico pero que da cuenta de la marabunta humana que quiere cumplir con la devoción.
Siempre hay más gente mayor que joven en este tipo de actos, pero este viernes se mezclaba un poco todo en la fila que se iba formando en la concatedral. Había familias al completo como la de Noelia Gómez Carrasco, una bebé que cuando nació pasó por el manto de la Virgen, en el tradicional acto que se celebra todos los años dentro del Novenario. «Le damos las gracias y le pedimos que nos proteja durante el año». Este viernes tocaba besar el manto, pero han venido todos los días a lo largo del Novenario. El besamantos continúa durante toda la jornada, hasta las doce de la noche y también mañana, desde las ocho de la mañana hasta las 23 horas. Serán los últimos actos antes del regreso de la imagen hasta el santuario de la Montaña.
