La historia escondida de los héroes cacereños muertos en Melilla
Los LI Coloquios Históricos de Extremadura descubren detalles de 31 miembros del Regimiento de Cáceres que murieron en África
Así describió Serafín Ruiz el final del comandante del Regimiento de Cáceres (el Segovia 75), la muerte de Francisco Navarro Nieto en la campaña de ... África, el 4 de septiembre de 1921: «Eran las ocho de la mañana cuando recibe el comandante la primera herida, poco después recibe la segunda, y más tarde la tercera en un hombro; el teniente coronel le ordena que se retire, más él resueltamente se opone, alegando que aún puede seguir. Una nueva herida le obliga a retirarse, lo va a hacer, pero observa que los muchachos del Segovia flaqueaban un poco, y el enemigo se echaba encima. Herido y todo como estaba, para animar a sus soldados, coge el fusil y las cartucheras de un soldado que acaba de caer, y colocándose delante de sus tropas comienza a disparar, hasta que una bala enemiga le atraviesa el pecho dejándole muerto». Esas palabras se escribieron 15 años después de la heroicidad.
Aquel mismo 4 de septiembre de 1921 moría junto al comandante el alférez del Regimiento, Mora Picado, y así lo contó un mes después el Correo de la Mañana: «Los moros estaban fortificados al borde de un barranco próximo al paso de convoy que había de proteger el señor Mora, éste a una pequeña indicación de su jefe salió al frente de su escuadra, la que emprendió la marcha con la bayoneta calada; las balas disparadas por el enemigo eran numerosas pero el señor Mora Picado, ya herido, siguió avanzando dando pruebas de un valor incalculable, hasta que con otros soldados cayó muerto a corta distancia de los rifeños».
Los nombres de estos dos militares figuran, con otros 28, en una placa de mármol que se encuentra en las dependencias militares del Palacio de Las Cigüeñas. La placa nombra a los héroes del Regimiento de Cáceres que murieron en Melilla en 1921 y 1922.
Con el paso de los años lo que hicieron estos militares se ha ido olvidando. El tiempo ha ocultado su heroicidad; pero ahora, en los LI Coloquios Históricos de Extremadura que hoy concluyen en Trujillo, su historia ha revivido en dos ponencias presentadas por los investigadores Fernando Parcero y Álvaro Meléndez.
Fernando Parcero señala que el Regimiento de Cáceres, el Segovia 75, estaba en el cuartel de Obispo Galarza cuando el 24 de julio de 1921 recibe la orden de que un batallón acuda a Melilla. Al día siguiente los militares salieron de Cáceres en tren para Sevilla. Allí embarcaron en el vapor Cabo Creus y el 27 de julio estaban en Melilla, defendiendo las posiciones españolas en Marruecos. Allí estuvieron hasta 1926.
Parcero cuenta que los soldados que fueron a sufrir y a morir en la guerra procedían de los estratos más bajos de la sociedad española, «eran los que no disponían de los 6.000 reales que costaba librarse del servicio militar». Él ha seguido la pista a los 30 héroes que figuran en la placa y ha encontrado a uno más, al soldado Severiano Carrillo Casares, que también murió aquel fatídico 4 de septiembre de 1921, cuando el batallón cacereño recibió la orden de proteger el convoy que se dirigía desde el Zoco el Had de Beni Sicar a Casabona. «La mayoría están enterrados en el Patio de Héroes del Cementerio de Melilla, al menos siete eran extremeños», indica.
El suboficial Francisco L. Estirado Camisón había nacido en Bienvenida (Badajoz). También eran extremeños los siguientes soldados: Inocencio Rubio Collado de Villanueva de la Sierra (Cáceres); Jesús Villar Bermúdez de Medina de las Torres (Badajoz); Alfredo Núñez Llanos, de Torrejoncillo (Cáceres); Antonio García Rol, de Madroñera (Cáceres) y Francisco Caballero Pérez de Badajoz. El alférez Florentino Mora Picado era de la localidad cacereña de Hoyos, y a él dedica su ponencia el investigador Álvaro Meléndez. «Fue un auténtico héroe –señala–. En la Guerra de Cuba estuvo peleando tres años. Murió con 47 años, tras más de 28 de militar, figurando en su hoja de servicio alrededor de 25 acciones de guerra».
El comandante Navarro había nacido en La Habana (Cuba). Tres fallecidos eran naturales de Ávila, dos de Ciudad Real, uno de Barcelona, otro de Cádiz, y uno más de Pontevedra. Se desconoce dónde habían nacido: Eliseo Gil Fernández, Teodoro Flores Pérez, Andrés Barranca, Nicolás Santos Pacheco, Adriano Manzano Rey, Vicente Fernández Bayo, Florencio Majadas Solano, Inocencio Montero Gómez, Modesto Chaves Guriño, Ciriaco González Tejada, Joaquín Lumeras Cabañas, Anastasio Palomares Díaz, Manuel Freire Calero y Juan León Díaz. No se sabe casi nada de ellos, salvo que son héroes del Regimiento de Cáceres.
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