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Varias vacas rodean uno de los paneles instalados el pasado día 13 en el Barrueco de Arriba. Es una estampa habitual :: LORENZO CORDERO

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Varias vacas rodean uno de los paneles instalados el pasado día 13 en el Barrueco de Arriba. Es una estampa habitual :: LORENZO CORDERO

Vacas contra dragones en Los Barruecos

Los turistas que llegan al Barrueco de Arriba para ver el escenario de la gran batalla de Juego de Tronos se encuentran con el ganado suelto

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Jueves, 28 de diciembre 2017, 23:10

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En el Barrueco de Arriba, escenario de la gran batalla de la séptima temporada de ‘Juego de Tronos’, las vacas ganan terreno a los dragones. Este animal fantástico es una de las señas de identidad de la serie de la HBO y ha tenido especial protagonismo durante las secuencias rodadas hace un año en Malpartida de Cáceres. Tanto, que el Ayuntamiento de esta localidad ha decidido denominar ‘La Batalla del Dragón’ a su recién señalizada ruta por las localizaciones del rodaje.

Desde el pasado día 13 el Barrueco de Arriba cuenta con cuatro paneles interpretativos que permiten al visitante saber qué puntos exactos del terreno aparecen en las secuencias filmadas en tierras cacereñas, protagonizadas, entre otros personajes, por Khaleesi, Jaime Lannister o Tyrion Lannister.

24 minutos de acción

Es el tiempo que acaparan Los Barruecos en la séptima temporada de Juego de Tronos, emitida el pasado verano. Malpartida aparece en el cuarto y quinto capítulo de la serie de la HBO.

Pero, además de los paneles, los turistas que llegan hasta esta zona del paraje natural de Los Barruecos –la más desconocida, hasta ahora– se encuentran con unas invitadas inesperadas: las vacas. No son una, ni dos, ni tres... Se cuentan por decenas. Están sueltas y es habitual verlas en torno a la charca en la que se sumerge Jaime Lannister en la ficción. La misma que sobrevuela Drogon en una escena, uno de los dragones de Khaleesi, tal y como explica uno de los nuevos paneles.

Este ganado dificulta el acceso de los visitantes hasta el escenario de la gran batalla. Y puede llegar, incluso, a ahuyentar a los más prudentes. Alfredo Aguilera, alcalde de Malpartida de Cáceres, es consciente de la situación. «Los del pueblo sabemos que las vacas no generan ningún problema», tranquiliza. Sólo habría riesgo, explica, cuando haya chotos pequeños o si los viandantes van acompañados de perros y los dejan sueltos. Aclara Aguilera que en Los Barruecos, al ser un espacio natural, está prohibido llevar a las mascotas sin correa.

¿Por qué hay vacas en este paraje cuyo interés turístico se intenta potenciar? La respuesta está en un contrato suscrito entre el Consistorio y un ganadero que otorga a este último el conocido como derecho de pastos a cambio de pagar una cantidad a las arcas municipales. Mientras este contrato esté en vigor, dice el alcalde, la vacas seguirán.

El contrato expira a finales de 2018. Se verá entonces qué medidas adopta el Ayuntamiento porque hay que poner sobre la mesa varios aspectos. Por un lado, el Consistorio ingresa un dinero por el alquiler de los terrenos y tiene que ver hasta qué punto le compensa renunciar a este ingreso a cambio de despejar de vacas la zona.

Por otro lado, el Consistorio tiene que analizar la evolución del turismo para comprobar cuál es el efecto real del ‘tirón’ de Juego de Tronos.

En la próxima edición de Fitur, la Feria Internacional de Turismo, la localidad presentará una campaña basada, precisamente, en la serie. Malpartida ha diseñado un ‘merchandising’ especial para ‘vender’ Los Barruecos como uno de los escenarios naturales de la séptima temporada. De hecho, se espera que el número de visitantes suba más de un 20 por ciento durante 2018.

Existen soluciones intermedias, apunta Aguilera, que permitirían que las vacas pastaran en el campo y permanecieran alejadas de los peatones. Una de las alternativas reside en la instalación de pastores eléctricos. Es una modalidad de cercado eléctrico, que desprende descargas inofensivas a los animales cuando intentan superar una zona determinada. Una opción sería que este cercado permaneciera activo durante el día y desactivado por la noche para que las vacas pudieran acceder a la charca cuando no hubiera público en el entorno.

Las vacas están en las proximidades de la charca. :: LORENZO CORDERO
Las vacas están en las proximidades de la charca. :: LORENZO CORDERO

Sequía

No es casual que el ganado se concentre en torno a la charca del Barrueco de Arriba. Hoy por hoy, indica el alcalde, es el único abrevadero que hay en la zona. «Antes había más regatos y el ganado estaba más repartido. Pero con la sequía se han ido secando», detalla el alcalde. La consecuencia de este hecho es que todas las vacas acuden al mismo sitio para poder beber agua.

No es la primera vez que Malpartida de Cáceres tiene que hacer frente a la disyuntiva planteada entre el turismo y el ganado suelto. Hace años se optó por vallar el Barrueco de Abajo, el más famoso hasta el momento.

En este enclave es donde se encuentra el Museo Vostell Malpartida. Esta medida hizo que el Barrueco de Arriba, una zona mucho menos transitada, se convirtiera en un destino ideal para que las vacas pastaran tranquilas y casi en la única alternativa disponible con abrevadero natural.

El rodaje

El Barrueco de Arriba acogió el rodaje entre el 19 de noviembre y el 12 de diciembre de 2016. No obstante, el equipo permaneció en la localidad tres meses. Participaron cerca de 800 personas, entre producción, figurantes, especialistas y empresas auxiliares.

Pero con la llegada de Juego de Tronos todo cambió. Los turistas, sobre todo los seguidores de la serie, han comenzado a acercarse hasta aquí para conocer de primera mano los escenarios del rodaje. Se espera que, a partir de ahora, el flujo aumente tras la instalación de los paneles y la campaña de promoción, y que el camino esté libre.

Accidentes con vacas

En febrero de 2014 un hombre perdió la vida al morir tras ser atacado por una vaca recién parida en Cáceres. Iba acompañado de su perro. Y en Arroyo de la Luz un experimentado ganadero murió en 2011 al ser golpeado por una de sus vacas, también recién parida.

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