Condenado en Cáceres a tres años de cárcel por abusar de una niña de 12 años
Se ha rebajado la pena al aplicar la atenuante de reparación del daño, al entregar 7.000 euros a los representantes de la menor
Un joven de 25 años ha aceptado este martes, en la Audiencia Provincial de Cáceres, el ser condenado a tres años de prisión por haber cometido un delito de abuso sexual con una niña de 12 años en un pueblo de la provincia de Cáceres. La fiscalía de Cáceres y las dos acusaciones particulares (un abogado de la madre y otro del padre al estar divorciados) pedían en un principio que fuera sentenciado a 10 años de prisión, pero al final aceptaron también que sea condenado a tres años al aplicarse la atenuante muy cualificada de reparación del daño, ya que el procesado ha entregado 7.000 euros a los representantes de la menor en concepto de responsabilidad civil.
Una vez que salga de prisión, al acusado se le aplicará la medida de cinco años de libertad vigilada. Tampoco podrá comunicarse con la menor, ni acercarse a ella a menos de 100 metros durante cinco años.
Según el escrito de calificación de la Fiscalía, fue a mediados de mayo de 2020, en un pueblo del norte de la provincia de Cáceres, cuando el condenado, que entonces tenía 23 años, empezó a mantener una relación de amistad con la niña de 12 años, con la que se veía casi a diario.
Un sábado por la tarde los dos fueron a la casa de unos amigos, y una vez allí el joven empezó a insistir a la menor en que tuvieran relaciones sexuales. Según la acusación pública, «al principio ella se negó, diciendo que era muy pequeña, pero ante la insistencia de él, aceptó». Los dos se fueron a una habitación en la que mantuvieron relaciones sexuales sin preservativo.
En el informe psicológico que se realizó a la menor, se asegura que ella no ha procesado lo ocurrido de manera traumática, al entender que no hubo violencia ni intimidación, «si bien –dice–, se considera que no ha contado con mecanismos de respuesta asertiva en la toma de decisiones».
También se señala que desde el punto de vista psicológico, «no se observan consecuencias psicopatológicas derivadas de la vivencia de una situación abusiva».
El abogado defensor, Ángel Luis Aparicio, había pedido que se realizara a la menor una prueba de madurez, «ya que asegura que se comportó de una manera inusual para una niña de 12 años, como si tuviera más edad»; pero los peritos indicaron que no se podía hacer esa prueba ahora, dos años después de ocurridos los hechos.