El cineasta que se 'libró' de la cárcel y ahora hace una película
Mario Martínez Sáenz ayudó a recuperar y digitalizar las cintas de los filmes del cacereño Manuel Pérez-Sala, pero se vio envuelto en un embrollo familiar y judicial
Hace casi dos años, el 19 de septiembre de 2023, el Ayuntamiento de Cáceres acogió una rueda de prensa con dos protagonistas: el joven estudiante ... de cine Mario Martínez Sáenz y el nieto de Manuel Pérez-Sala, un director de cine que nació en Novelda, Alicante, pero que vino a Cáceres en la Guerra Civil y aquí residió hasta su fallecimiento en 1986. Fue un pionero del cine documental amateur, con títulos como 'Éxodo de salvación', 'Montehermoso, boda extremeña', 'Norba Cesarina' o 'Batalla de flores y ofrenda', que recogen escenas rodadas en la provincia.
Martínez Sáenz, que ahora tiene casi 23 años, conoció haciendo su trabajo de fin de carrera esta figura, pero le costaba dar con las películas, porque no se encontraban en ningún sitio, ni en la Filmoteca de Extremadura ni en la de Cataluña. Ocultas, como borradas de la historia.
Su indagación le llevó hasta un miembro de la familia de Pérez-Sala que se atribuía el papel de representante de la misma y que le abrió una casa familiar cerrada en el último cuarto de siglo y un armario en el que reposaban todos los títulos del cineasta. «Allí encontré el primer largometraje de la historia de Extremadura, encontré las primeras imágenes en color, una realidad oculta para los extremeños y que constituía todo lo que Buñuel no quiso ver, había pobreza y miseria pero contada desde el aquí, no desde la mirada ajena», cuenta.
Logró un acuerdo entre la ESCAC (Escuela Superior de Cine de Cataluña, donde estudiaba Martínez Saenz) y la Filmoteca de Cataluña procedió a la digitalización de todo este material (unas 40 películas) con el compromiso de que esas piezas pasaran a la Filmoteca de Extremadura. El que se había arrogado el papel de representante familiar custodió las cintas en el viaje en AVE en el que se llevaron hasta Cataluña, explica Mario Martínez Sáenz. También firmó toda la documentación. Una vez hecha la digitalización se anunció la proyección a finales de 2023 de varios de estos títulos en el Gran Teatro, pero ese homenaje no llegaba y tuvo lugar el pasado mes de mayo de 2025.
¿Qué ha pasado en ese lapso de tiempo? La presentación en rueda de prensa generó interés en los medios y un día, mientras Mario estaba dando una entrevista para contar esta historia, llamó una mujer. Era otra familiar de Pérez-Sala que aseguraba que todo eso se había hecho sin el conocimiento de la mayor parte de la familia, de los verdaderos herederos. Mario llamó al nieto y le preguntó si había actuado por su cuenta, sin comunicárselo al resto de la familia. «Me pide las copias pero le digo que no se las voy a dar hasta que no me cuente qué ha pasado, porque siento que me ha mentido». Esta persona fue a su casa en Mérida para recuperar las cintas. «Después se fue a la Policía Nacional y me denunció».
«Mi única intención era poner en valor el legado de Pérez-Sala, cuyas películas estaban ocultas»
Al día siguiente la familiar «auténtica», una de las herederas de este legado, citó a Mario en un hotel de Mérida para hablar del tema. «Me dijo que el nieto había hecho todo a espaldas de la familia para marcarse una victoria familiar». En esa conversación él le pidió continuar con el proyecto y presentar las películas en el Gran Teatro como estaba previsto. «Pero me dijo que no, y que yo estaba haciendo ver que las películas no le habían importado a la familia durante este tiempo», explica Martínez Sáenz. «Mi única intención era poner esto en valor». Dice que la mujer le ofreció una cantidad para entregarle las copias y que se desvinculara de todo, pero no lo aceptó.
Citación
Recibió una citación judicial como investigado por un delito contra la propiedad intelectual por la denuncia del nieto que, de haber prosperado, podía haberle supuesto de seis meses a cuatro años y multas de 12 a 24 meses. Pero no llegó a haber juicio ya que el juzgado de Instrucción número 2 de Mérida decretó el sobreseimiento de la causa al no aparecer debidamente justificada la perpetración del delito que la motivó.
Pese a esto fue apartado del proyecto de Manuel Pérez-Sala. En mayo de este mismo año la Filmoteca de Extremadura llevó a cabo en el Gran Teatro una proyección-homenaje con cuatro títulos del cineasta, unas copias diferentes a las que tiene Mario Martínez y que proclama que no va a entregar. Nadie le aludió en este homenaje y él siente que se le ha querido borrar de cualquier relación con el cineasta del que ayudó a dar luz al autor cacereño.
«No entré en la cárcel, así que ahora hago una película», indica el joven Mario Martínez Sáenz. Se trata de 'Disparar a la cabra', un filme escrito con Cristina Diez-Madroñero que está en proceso y que produce Pegatum Transmedia, una empresa valenciana. Ahí, en clave de comedia de ficción documentalizada relata su propia historia, donde, tal y como escribe él mismo, detalla cómo tuvo que enfrentarse «a traiciones y peleas de bar en un esperpéntico caos que le llevó a ser el protagonista de una novela de serie 'b' barata».
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