Cáceres lleva más de tres décadas a la espera de abrir un gran centro comercial
El Way se ha quedado en una tienda deportiva y los bloqueos de Bogaris y la Calera se suman al fallido desembarco de El Corte Inglés y Parkridge
«Los permisos urbanísticos adelantan la llegada de El Corte Inglés». Era la noticia que aparecía en abril de 2006 en la portada de ... HOY. No haría falta esperar al nuevo Plan de Urbanismo. Al año siguiente, pronosticaba el alcalde, José María Saponi, podrían empezar las obras en el solar de las Carmelitas. Cualquiera que haya seguido la actualidad desde entonces o que, simplemente, pasee por Virgen de Guadalupe y San Pedro de Alcántara sabe que allí no hay un macroedificio con varias plantas y todo tipo de ofertas, sino un colegio concertado.
Y de la misma forma, quienes esperaban, también en 2006, poder disfrutar de una ambiciosa oferta de compras en La Calera, en el Nuevo Cáceres, aún siguen esperando. Esperaron hace casi dos décadas el fallido proyecto de Pinilla y aún esperan que se haga realidad el último, el de la sociedad Sovcom Invest. Ha abierto un Aldi, eso sí, pero nada más.
El golpe más reciente en este desencuentro cacereño con las grandes superficies comerciales ha sido Way Cáceres. De ese centro de ocio y comercial en el antiguo matadero la previsión era que estaría operativo en la primavera de 2023. Kronos, la promotora, se fijó luego como próximo objetivo para ponerse en marcha 2024. Y así ha sido, pero simplemente, para inaugurar una tienda de Decathlon. Sin más. Un cambio de cromos, ya que se cerró la que ya venía funcionando en Pintores y se ha optado por un modelo diferente, con el traslado a la avenida de las Arenas, junto a Carrefour.
Fracasó el parque de Parkridge en Montesol, La Calera solo es un Aldi, por ahora, y Bogaris lleva
siete años
con la tramitación
Si a ello se añade que el parque de medianas superficies se acaba de desencallar en vía administrativa pero lleva tramitándose desde 2017, el escenario de la propuesta cacereña en grandes áreas comerciales es raquítico. Un sector estrangulado que sitúa la última apertura de un macrocentro hace ya más de tres décadas.
El 18 de mayo de 1993 se inauguró el Ruta de la Plata. Desde entonces hasta hoy, poco o nada parecido. Más allá, eso sí, del parque de la Ronda Norte o los desembarcos con ofertas propias de supermercados como Mercadona junto a otros como Día o Lidl en Mejostilla o en solitario en Casa Plata-Maltravieso. Allí han abierto también Spar y Electrocash, entre otros. Sin embargo, un gran centro comercial en la línea del propio Ruta de la Plata no se ha vuelto a ver. Allí se invirtieron sin necesidad de ayudas públicas 30 millones de euros (como referencia, Kronos anunció 35 en el Way).
Primer día
La oferta movilizó a los cacereños en el primer día de puertas abiertas. Eran más de 50 locales con marcas de moda, Eroski como gran superficie y cuatro salas de cine. El presidente de la Junta, entonces, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, sacó pecho con una iniciativa que venía dejar fuera a Extremadura de un contexto de crisis general, apuntó, y que constataba, según él, el interés de los inversores por la región y por Cáceres, «una ciudad moderna y de futuro». Solo pocos meses antes, en enero, había abierto Tambo, que acabaría traspasando la propiedad a Pryca en lo que hoy es Carrefour. El fondo ASG, propietario del Ruta de la Plata, lo tiene en venta. Se estima una valoración de unos 20 millones. El encargo para esa operación lo ha recibido la empresa especializada Savills.
«El retraso obedece a la optimización del diseño del proyecto y las dificultades que afronta el sector de la construcción en la actualidad», han explicado ya desde Kronos, la promotora de Way, en el que parecía el proyecto más firme. La primera documentación entró en 2020 y los inversores compraron directamente el terreno con 2,7 millones. Todo parecía encarrilado. Pero tendrá que esperar. En el propio Ayuntamiento aclaran que aunque la iniciativa es privada, el proyecto incluía un centro comercial completo por lo que se ha pedido a la promotora que una vez que está Decathlon acelere la venta o alquiler del resto de espacios para los usos previstos, comercial y ocio. Kronos ya ni siquiera responde.
Desde 2017, nada menos, espera el futuro parque de medianas de Bogaris. Desde que se aprobó la consulta de viabilidad se ha dado un paso adelante y dos atrás.. El último contratiempo era la definición de los accesos sobre los que el Ministerio de Transportes había hecho algunas observaciones. La última noticia ha sido positiva, con la aprobación en pleno del programa de ejecución. La solución ha sido que el Ayuntamiento se haga cargo del tramo necesario de la variante, en la antigua N-630.
También ha afectado la disputa por la propiedad del suelo, ya que Pronorba se atribuye la mayor parte. Incluso se constituyó una segunda agrupación de interés urbanístico (AIU). La Junta no la admitió. El caso está judicializado.
Cerca de esa zona, en 2015, dio sus primeros pasos AKI (hoy Leroy Merlin), pero el concepto de gran centro está lejos de lo que se ofrece en la popular tienda de bricolaje. Además, a esto se añade que desde hace más de una década sigue pendiente de desarrollarse el parque Nuevo Ferial, que ya salvó el escollo de la fianza. Medio centenar de firmas se interesaron por establecerse allí aunque no se ha movido un ladrillo. En Montesol se paralizó en 2008 otro proyecto. Eran 12.000 metros cuadrados. Estaba promovido por la multinacional Parkridge.
En una información publicada por HOY, ya en 2015, se apuntaba que la ciudad contaba con 400.000 metros cuadrados de uso comercial sin desarrollar. El cacereño, hoy todavía, tiene que desplazarse a otras ciudades en busca de una oferta más completa que aquí no llega. Sucede justo cuando se acaban de cumplir 31 años de la última inauguración. La del Ruta de la Plata. Ahora tiene colgado el cartel de 'se vende'.
Pedro Rosado: «Los proyectos no pueden depender de largos procesos administrativos»
La Federación Empresarial Cacereña (FEC) considera básico agilizar los trámites y reducir la burocracia para facilitar la implantación de empresas. Su secretario general, Pedro Rosado, defiende que las iniciativas comerciales «necesitan celeridad». «Surgen cuando surgen –apunta– y no pueden estar siempre supeditadas a largos procesos administrativos». Cree que ha habido oportunidades que «no se han sabido aprovechar» con cuestiones aparentemente menores como «dimes y diretes burocráticos, la propiedad de la zona de implantación, los accesos, las contraprestaciones urbanísticas o el excesivo encorsetamiento a que somete a la ciudad el PGM». «No es de recibo –afirma– que en Mérida o Don Benito, con menor población comercial, las posibilidades de implantación hayan sido mayores». A partir de aquí influye el auge del comercio on line y la propia incertidumbre económica. Desde la FEC se plantea una mayor «simplificación administrativa». «Un proyecto que se presente con toda su documentación no debería tardar más de tres meses en tener su licencia», concluye Pedro Rosado. Sostiene que muchas veces la lentitud en la tramitación es técnica, y no política, en el Consistorio cacereño.
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