«La administración tiene el poblado minero en ruinas»

Solo hay que darse una vuelta por allí y comprobarlo. Casas derruidas, calles en mal estado, servicios que se costean los propios vecinos. En los alrededores abandono, basura, jeringuillas… Es la denuncia que hace Francisco López Naharro sobre el poblado minero de Cáceres. «La administración tiene un bien que es de interés cultural en ruinas. Se encuentra en un estado de abandono total y absoluto», lamenta el presidente del poblado que es además miembro de la Asociación Minas de Aldea Moret. A lo largo del fin de semana este colectivo está rescatando el pasado minero del barrio. Es la sexta edición de un encuentro al que acuden antiguos trabajadores y que ha tenido reflejo esta mañana en la Avenida de la Constitución.

En la rotonda de la vía principal de la barriada se han reunido unas 200 personas en homenaje al minero, con la intervención del Coro Musical de Aldea Moret. También se ha rendido homenaje a veteranos profesionales de este oficio como Eugenio Muñiz, Lázaro Morán o Miguel Trejo. En la programación se incluye la procesión de Santa Bárbara por la calle Real y los alrededores de la iglesia de San Eugenio.

Esta noche, a las 20 horas, se celebrará el XIII Festival Flamenco Minas de Aldea Moret, en el que continuará el homenaje a los trabajadores. Muchos de ellos han hecho cientos de kilómetros para estar en Cáceres este día. Es el caso de Francisco Palacios, que se fue a Barcelona hace 55 años y aún recuerda su niñez. «Tengo grabada en la memoria la imagen de mi padre con el foco y las botas colgando de los hombros cuando venía de trabajar de la mina», relata. Se emociona al echar la vista atrás en el tiempo. De la misma forma que el presidente del poblado minero lo hace cuando se refiere a la necesidad de que los políticos miren hacia Aldea Moret. «Este barrio no interesa. El poblado es un bien de interés cultural dejado de la mano de Dios. Queremos que vengan los turistas y pernocten pero este patrimonio que tenemos está sin explotar cuando podría ser muy rentable», analiza.

López Naharro cree que la administración no ha hecho ningún esfuerzo para poner en valor el poblado en el que son los propios residentes quienes costean servicios como la luz, resalta. «Esto sigue en pie porque lo mantenemos quienes vivimos allí. Queremos que se conozca la historia y se recupere ese espacio. ¿Qué pasos se han dado desde que se declaró bien de interés cultural (BIC)? El único paso es el abandono», se sincera este dirigente vecinal con la mirada puesta en la Junta de Extremadura y en el Ayuntamiento.