La acusación afirma que el autor del atropello mortal de Cáceres había bebido e iba alta velocidad

Las penas a las que se podría enfrentar el causante del atropello son homicidio imprudente, que está tipificado de uno a seis años de cárcel y la omisión del deber del socorro, de seis meses a seis años. Una pena de similar proporción tiene el haber huido de la zona donde se produjo el accidente. Una ingesta de alcohol superior a la permitida puede determinar la posibilidad de incrementar el delito. «Hay datos muy importantes que no puedo revelar pero sí apuntar que para mí y bajo mi punto de vista se ha producido el accidente por exceso de velocidad», insistió Aparicio. Señala que «un coche que desplaza 20 metros a la víctima volando va a más de 30 kilómetros hora, que es el límite que evita que un peatón corra el riesgo». Eso y el exceso de alcohol, «iba bebido y bastante bebido», causaron el atropello, siempre según la visión de este abogado.

La joven, según señaló Aparicio cruzaba por el paso de peatones cuando este hombre, que se encuentra en libertad con cargos, segó su vida. «Huyó del lugar de los hechos sabiendo que previamente había atropellado a una persona, es más, él dio la vuelta para volver otra vez por el recorrido y visualizar qué había pasado, tuvo que haber visto que había personas que estaban asistiendo a la víctima». El golpe se produjo con el faro superior derecho del vehículo, indica este abogado. El conductor, que tiene que comparecer en el Juzgado todos los días 1 y 15 no se ha dirigido a la familia para pedir perdón, explicó Ángel Luis Aparicio.

La joven fallecida, Inmaculada Bonilla Jara, procedía de la localidad cacereña de Albalá y era hija del concejal popular de ese municipio, Francisco Bonilla Polo y la segunda de tres hermanos. Trabajaba desde hacía tres años en la clínica Sánchez Trancón de Cáceres como optometrista y había desarrollado su faceta profesional en distintas localidades de la región. El dolor también se extendió a Torre de Santa María, de donde procede la madre de la chica atropellada.

La avenida de la Hispanidad es uno de los puntos más peligrosos de la ciudad. Los vecinos han reivindicado en los últimos años la mejora de la la iluminación de la avenida y la instalación de semáforos con más dispositivos de botón para que se pongan en rojo, y que los semáforos no estén en ámbar para los coches cuando pueda pasar el peatón: que estén en verde o en rojo. También se apunta a la necesidad de instalar más radares.