Gallardo aspira a continuar al frente de la Diputación de Badajoz un tercer mandato

No existen impedimentos legales para que pueda repetir tras dos presidencias consecutivas, aunque ninguno de sus antecesores ha dirigido la institución más de ocho años. Así, Ramón Rocha estuvo seis años, mientras que Juan María Vázquez y Valentín Cortés estuvieron ocho.

Superar ese tiempo sería romper una regla no escrita, como ya hizo el PSOE al nombrar a Gallardo. Tradicionalmente la Diputación está dirigida por el alcalde de un municipio con menos de 20.000 habitantes. Villanueva de la Serena, que Gallardo gobierna desde 2003, es una de las cinco localidades con más población de la provincia al superar los 25.000.

Antes de Gallardo, esta condición de ser concejal o alcalde de un municipio pequeño no se había cumplido en una sola ocasión. Entre 1995 y 1999, el presidente fue Eduardo de Orduña, de Badajoz y, por tanto, del municipio más poblado de la provincia.

La Diputación es una institución con elección indirecta, cuya corporación se forma a raíz de las elecciones municipales en función de los resultados por partidos judiciales. Desde 1983 ha estado gobernada por el PSOE por ser el partido más votado. Son los diputados los que eligen al presidente, pero en la práctica la decisión recae sobre el comité provincial del partido con el respaldo del secretario en la provincia, Rafael Lemus, y el secretario general del PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara.

El PSOE ve precipitado abrir el melón de la presidencia de la Diputación a seis meses de las elecciones. La prioridad es ganar en la mayor parte de municipios posibles y sumar todos los votos que puedan para la Asamblea y, de ahí, volver a gobernar en la Junta de Extremadura.

Pero la intención de Gallardo es mantenerse al frente en un tercer mandato que se desarrollará entre 2023 y 2027. En los próximos cuatro años se debatirá también la sucesión de Guillermo Fernández Vara en el PSOE regional. Y, a la postre, el liderazgo del partido a los comicios regionales que se celebren en cinco años y donde Gallardo puede jugar un papel determinante.

De momento, Gallardo hizo ayer balance de sus últimos cuatro años en la institución y se mostró orgulloso de las medidas que ha implantado. Sus palabras no sonaron a despedida.