La caza de palomas en Badajoz crece un 50% en solo dos semanas
El Ayuntamiento pasa de capturar 40 a 60 en solo unos días, plantea aumentar las jaulas y rotará las que ya existen
La captura de palomas no descansa. El Ayuntamiento empezó a cazar estas aves a mediados de octubre y ya empieza a notar buenos resultados ... en la operación. Si en la semana del 17 de octubre estaban cogiendo 40 pájaros, la pasada se llevaron 60. Es decir, que la captura ha crecido un 50% en solo dos semanas y con las mismas jaulas que al principio.
La concejala de Sanidad, Elena Salgado, explica que fueron las constantes quejas de los vecinos lo que impulsó al Ayuntamiento a tomar medidas. De ahí a contratar a una empresa, Athisa, con sede en Granada, para que esta determinara las medidas a adoptar y colocara una serie de jaulas para capturarlas.
La edil señala que siempre ha habido palomas, pero que en los últimos tiempos han aumentado bastante y eso ha hecho que sus consecuencias se noten más: sobre todo las que crean por sus excrementos. Estos, muy corrosivos, son dañinos para fachadas de viviendas y vehículos, así como generan suciedad en las calles.
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Para saber qué población tiene la ciudad, sería necesario realizar un estudio a largo plazo. Así que decidieron iniciar las tareas por las zonas donde se veían más animales o de donde recibían más quejas. Hay nueve jaulas en distintos puntos, como el pabellón y la residencia de La Granadilla, el Palacio Municipal y el edificio de Recursos Humanos en la plaza de la Soledad.
Pero en unos puntos capturan más aves que en otros. Así que a partir de ahora van a iniciar una rotación. Al menos dos van a ir a parar a Valdepasillas y San Roque. La concejala plantea incluso aumentar el número de trampas en las zonas donde reciben más alertas. Iniciaron los trabajos revisando y vaciando las jaulas una vez a la semana, pero dado que detectaron el aumento del número de animales que iban entrando decidieron vaciarlas dos veces a la semana.
«Tomaremos medidas hasta que se controle el número de palomas a un límite que sea aceptable»
Elena Salgado
Concejala de Sanidad
El contrato con la empresa Athisa se puede ir ampliando para ir avanzando en la eliminación de palomas «hasta que se controle el número que sea el límite aceptable». La concejala no descarta otras medidas que la empresa pudiera presentar, aunque de momento no están sobre la mesa.
Aquellas palomas que están enfermas y que pueden suponer un foco de infección son atendidas por los veterinarios de la empresa. Si están en buen estado de salud, pasan a servir como alimentación de rapaces o para entrenamientos de cetrería en aeropuertos como el de Barajas o, incluso, para centros de recuperación de especies amenazadas.
En Badajoz no hay ningún cartel, como los que existen en el parque del río sobre los gansos, advirtiendo que no se dé de comer a las palomas. Pero la concejala incide en que los problemas que genera su crecimiento son conocidos y que sería un grave error alimentarlas.
Don Benito opta por la cetrería y Burgos por las carabinas
La superpoblación de palomas se deja notar en otras ciudades, que van adoptando distintas medidas para luchar contra ellas.
Don Benito anunció la pasada semana que optaba por la cetrería y ha contratado para ello a la empresa Falcón Extremadura. Usan un método similar al de los aeropuertos, donde recurren a las rapaces para ahuyentar aves que puedan causar accidentes aéreos. Este método se está usando en otras ciudades y también se optó por él hace cuatro años en Villanueva de la Serena. La cetrería se usa en Don Benito como complemento a las jaulas, los piensos esterilizantes y la instalación de pinchos en los edificios.
En Burgos han optado por carabinas. Ante una denuncia de Pacma, el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Burgos, Carlos Niño, aludió a informes jurídicos que validan el uso de las carabinas para luchar contra la plaga de palomas que sufre la ciudad. En cualquier caso, precisa que el uso de esta arma es «en momentos puntuales y en casos concretos». Asegura que no se persigue el exterminio, «pero tampoco hay que dejar que haya un excesivo número de palomas».
Aunque la Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar de los animales antepone el control poblacional no letal en sus planes de actuación. Siguiendo esta norma, en Córdoba colocaron hasta un máximo de 39 trampas este verano. El contrato que adjudicaron incluye el pinchado de huevos para evitar que sigan naciendo. La Universidad de Córdoba realizó un proyecto más amplio en el que descartaron la cetrería porque podía afectar a la población de cernícalo primilla, una especie vulnerable.
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