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Los clientes de los bares pudieron pedir las habituales tostadas. :: C.MORENO
Bares y panaderías solventan el primer día tras el fuego en el polígono de Badajoz

Bares y panaderías solventan el primer día tras el fuego en el polígono de Badajoz

La mayoría de los establecimientos de hostelería y de los despachos de pan se las ingeniaron para atender a sus clientes

José M. Martín

Martes, 24 de septiembre 2019, 21:24

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Hubo quien se quedó sin su habitual tostada y quien tuvo que cambiar su rutina y desayunar en otro establecimiento. Pero fueron los menos. Por norma general, los bares y cafeterías pacenses cumplieron con sus clientes en la primera mañana tras el incendio de la panificadora Nevero, la más grande de Badajoz.

Como el fuego se declaró el lunes antes del mediodía y la columna de humo visible desde toda la ciudad hacía prever unos daños considerables en la industria, los empresarios de hostelería tuvieron bastante tiempo para organizar la jornada del martes y que el siniestro no afectase o lo hiciese de la menor manera posible a su trabajo diario.

Algunos recurrieron a otras panificadoras y otros tiraron de existencias. «Hoy hemos sacado el pan que teníamos congelado para los desayunos, pero a partir de mañana tendremos que buscar la solución con otros proveedores si la cosa sigue igual», comentaba Alba Correa, camarera del bar La Cruz Blanca, ubicado en la avenida de Elvas, mientras servía una tostada.

El cese de la actividad de la panificadora Nevero sí pilló a establecimientos con el paso cambiado. «Hemos dejado de servir algún desayuno, porque el pan nos ha llegado un poco más tarde que otros días», se mostraba comprensivo el responsable de La Parada, junto a la estación de autobuses, que esperaba que en los días sucesivos se pudiera adelantar la hora de recepción para ajustarse al movimiento normal de los clientes.

«Hemos recurrido al pan congelado para las tostadas, pero habrá que buscar soluciones»

alba correa, Camarera de La Cruz Blanca

«Tengo dos proveedores, pero he recibido menos pan para el día que en una jornada normal»

ricardo corrales, Jefe de Punto Caliente

Sin pan se quedó La Tasquita de José, también en la avenida de Elvas. «Compramos a Nevero y, aunque conozco otras panificadoras, no me parece bien pedirles pan solo durante un par de días, prefiero decirle a los clientes que no tenemos tostadas», explicaba María Inmaculada Parra.

Aunque no todos los hosteleros tienen claro que la solución vaya a ser tan rápida. «Nosotros no hemos tenido problemas, pero si la fábrica tarda en volver a la actividad puede que en dos o tres días empiece a haber problemas porque se vayan agotando las existencias», según Marco Antonio Pintiado, del bar La Esquina, en San Roque.

Por el contrario, en las panaderías creen que a lo largo de la presente semana dejarán atrás los problemas de suministro. «La persona que nos trae el pan nos ha dicho que en dos o tres días volverá todo a la normalidad», exponía Eva González, encargada de la tienda que Granja El Cruce tiene en la avenida Ricardo Carapeto, cerca de las nueve y media de la mañana. En ese momento, sus estantes todavía estaban repletos de vienas, chapatas y bollos. Pero González ya era consciente de que el pan se acabaría mucho antes que otros días y que no podrían cubrir la demanda de sus clientes habituales. «Tenemos una cuarta parte de lo que recibimos en un día cualquiera», añadía mientras varias personas con el pan en la mano esperaban frente a la caja para pagar.

Sin embargo, ninguno de ellos había modificado su horario para ir a hacer la compra en previsión de quedarse sin pan. «La verdad es que no lo hemos tenido en cuenta», aseguraban.

Retrasos

Sí se vieron obligados a volver más tarde algunos de los clientes del Autoservicio J. Castellano, en la barriada de San Roque. Todavía faltaban unos minutos para las diez de la mañana y la estantería que habitualmente tiene el pan para la venta se encontraba vacía. «Lo recibiremos en media hora, más o menos; vendrá de otra panificadora y tendremos menos que otros días, pero podremos dar servicio a las personas que compran aquí cada día, a las que ya hemos avisado de que vuelvan dentro de un rato», relataba Antonia Castellano desde detrás del mostrador. Al mismo tiempo una de sus clientas prefería no tentar más a la suerte. «Resérvame uno, no vaya a ser que luego ya no haya», insistía.

En la misma línea que sus colegas, Castellano no se mostraba pesimista de cara a los próximos días. Por lo menos en lo que a los productos que ella vende se refiere. «No tenemos nada de pan congelado, que es la parte que se ha visto afectada, según nos han dicho, por lo que no deberíamos tener problemas», puntualizaba.

Igualmente tuvo que improvisar el cambio de proveedor la nueva tienda que Granja el Cruce ha abierto en Corte de Peleas. «Ayer ya sabíamos lo que pasaba y se buscaron otras empresas para que nos llegara el pan», decían sus dependientas con las barras bien visibles a sus espaldas.

Gracias a solicitar más pan a una de las dos empresas que le suministran pudo realizar su trabajo sin complicaciones Roberto Corrales, jefe de Punto Caliente, en la avenida Santa Marina. «Tenemos dos proveedores y para el pan de los desayunos hemos estado como siempre, pero sí ha faltado algo de pan de venta diaria», reconocía este empresario.

Pese a estos ejemplos, la normalidad fue la constante en la ciudad. Las panaderías que no se vieron afectadas, al trabajar habitualmente con otros proveedores, tampoco notaron una mayor afluencia de compradores. «Ahora hay muchas empresas que hacen pan y de los pueblos llega mucho a Badajoz; quien más y quien menos ha podido tener pan como un día cualquiera», señalaba la gerente de Tentaciones, en la avenida Carolina Coronado, que no había vendido más que en otras jornadas.

Hospitales y colegios tuvieron suministro alternativo

La panificadora Nevero surte de pan a algunas de las empresas que llevan la comida a los centros escolares de la región y también al hospital de Llerena. En ambos casos hubo un suministro alternativo y alumnos y pacientes no notaron la falta de pan, tal y como confirman Educación y Sanidad. «En el caso de algunos pueblos, ya han acordado comprar el pan al panadero local», añaden desde Educación, por lo que tienen el servicio garantizado durante el tiempo que la industria afectada por el fuego tarde en volver a producir.

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