La víctima del feriante era su empleado desde hacía 14 años

Un feriante, Pedro P. C. de 48 años, se entregó ayer a la Guardia Civil de Coria después de acuchillar supuestamente a su empleado, José María G. A., de 40 años, en el interior de la caravana donde éste residía y después de que ambos protagonizaran una fuerte riña que acabó con el fatal desenlace y que nadie presenció.

Fuentes conocedoras del caso aseguran que la discusión entre feriante y empleado fue subiendo de tono hasta que el primero cogió un cuchillo y le dio una puñalada certera al segundo. En ese momento, asustado, cogió el coche y condujo hasta Talavera de la Reina, donde residen algunos de sus familiares. Tras explicarles lo ocurrido llamó por teléfono a la Guardia Civil de Coria para narrar lo que había hecho e informarles de que regresaba a la localidad para entregarse.

Sobre las doce del mediodía los agentes comprobaron que en el interior de la caravana ubicada en una parcela de la avenida Sierra de Gata había un cadáver. El presunto autor permanece desde entonces en los calabozos, hasta que pase a disposición judicial. Lo hará previsiblemente hoy porque según establece la ley la detención provisional no puede superar las 72 horas.

Fue sobre las tres y media de la tarde de ayer, unas horas después de que el presunto autor se entregara, cuando el forense ordenó el levantamiento del cadáver del empleado y operarios de la funeraria de la localidad cauriense lo trasladaron hasta el Instituto Anatómico Forense de Cáceres.

A las siete de la tarde de ayer finalizó la autopsia que, también según ha podido saber este periódico, ha constatado que el empleado de Pedro murió de una cuchillada en el corazón, la única que recibió, y que acabó con su vida.

El suceso corrió ayer como la pólvora por Coria y conmocionó a la localidad, porque ambos, el fallecido y el detenido, eran de sobra conocidos. Aunque ninguno de los dos es natural de allí, ambos nacieron en pueblos de la Vera, llevaban años residiendo en la localidad cauriense, aunque solo el fallecido lo hacía en la caravana donde perdió la vida.

Hacía ocho años aproximadamente que fue contratado por Pedro para ocuparse de la atracción que habitualmente durante estos años, desde septiembre a marzo, se instalaba en un solar privado de la avenida Sierra de Gata, próximo al lugar de donde salen los toros de los encierros de San Juan. Se trata de unas colchonetas gigantes que se abren al público en este tiempo solo durante los fines de semana hasta que feriante y empleado iniciaban el recorrido por los diferentes pueblos cuando se acercaba la primavera. Después, en torno a septiembre de cada año, la atracción con la caravana regresaban a Coria para pasar el invierno. Fue en este vehículo en el que tuvo lugar, quizás durante la madrugada de ayer, la fuerte riña entre el propietario de la atracción y el empleado, la pelea que ocasionó hematomas al primero y que acabó con la muerte del segundo.

Nadie en Coria se explicaba ayer qué pudo haber ocurrido, qué pudo motivar la pelea entre ambos y el fatal desenlace, porque fuentes consultadas por este periódico aseguran que Pedro y José mantenían una buena relación, que era habitual de hecho verles juntos, pues no en vano llevaban unos 14 años trabajando juntos. Se apunta que quizás la discusión pudiera comenzar por cuestiones de dinero, debido a la marcha del negocio.