«Antes de una reunión importante, haz deporte»: mejora la parte del cerebro donde tomas decisiones
Practicar ejercicio produce un aumento de la neurogénesis, el proceso por el que creamos nuevas neuronas y que, entre otras cosas, nos ayuda a regular las emociones, a procesar mejor la información y a asentar los recuerdos
El refranero popular está lleno de sabiduría. Uno de estos dichos dice que las penas con pan son menos. Por eso, cuando nos pasa algo ... del tipo hemos roto con la pareja, nos han echado del trabajo o hemos tenido la gran bronca con nuestro mejor amigo siempre hay alguien que nos la dice para, luego, invitarnos a ir a tomar algo por ahí. Pero deberíamos ir poniendo en cuarentena esta frasecilla y, sobre todo, esta actitud. No porque sea malo ir a ponerse fino con un colega y despotricar de nuestro mal fario. Si no porque hay algo todavía mejor y más sano: hacer deporte.
Ponerte las mallas y plantarte en el gimnasio tras un desengaño amoroso o laboral no solo nos va ayudar a descargar esa rabia y frustración del momento, es que a nuestro cerebro le va a dar lo que necesita para poner las cosas en su sitio, «lo va a ayudar a resetearse», señala Óscar Elía Zudaire, profesor de Psicología de la Universidad Europea. Y no es «'broScience' (ciencia de gymbro)», bromea, es 'trueScience' (ciencia de verdad).
Cuando hacemos deporte a nuestro cerebro le pasan cosas. «La primera ya la sabemos hace tiempo y tiene que ver con los beneficios cardiovasculares del ejercicio físico», aporta Diego Emilia Redolar, doctora en Neurociencias y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya. «Al hacer ejercicio físico, nuestro estado cardiovascular es mejor y a nivel arterial también todo funciona mejor, por tanto, lo que necesita el cerebro para tirar adelante pues llega de la mejor manera», explica Redolar, que también ha escrito un libro muy didáctico sobre cómo nos funciona este órgano: 'La mujer ciega que podía ver con la lengua'. Vamos, que el carburante le llega en estado óptimo y, claro, el motor tira mejor.
La cifra
700 nuevas neuronas
cada día se pueden crear en el hipocampo hasta un máximo de 1.500, según una investigación de la Universidad de Harvard.
Pero lo realmente interesante y más novedoso es que hacer deporte provoca que nos salgan neuronas nuevas y frescas! En términos científicos, esto tiene un nombre: neurogénesis. ¿Cómo lo logra? El deporte, sea «de fuerza, de cardio o tan suave como caminar», favorece «la expresión de determinados genes en una estructura que se llama formación hipocampal», o lo que conocemos como hipocampo.
El fertilizante
Uno de esos genes es el BDNF (siglas en inglés de Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro) que, entre otras cosas, «actúa como si fuera un fertilizante», favoreciendo ese crecimiento y sus conexiones, apoya el docente de la Universidad Europea. Es decir, que estas nuevas neuronas se integran en los circuitos cerebrales que ya tenemos y ahí es donde se produce la magia por la que cuando salimos del 'gym' lo vemos más claro todo.
El buen humor inmediato es producto de las endorfinas, advierte Redolar, pero el hecho de que seamos capaces de analizar mejor las cosas que nos preocupan es producto de esta neurogénesis... y dura más, mucho más que el efecto de las endorfinas. «Esa formación de nuevas neuronas nos ayuda a consolidar los recuerdos, la memoria episódica, la semántica y la espacial», especifica la experta. La última es, por ejemplo, la responsable de «saber identificar donde hemos dejado el coche». Las otras dos se encargan de «lo que nos sucede en nuestra vida y del conocimiento acerca del mundo». Cuantas más neuronas tengamos, «mejor consolidados estarán esos recuerdos».
– ¿Y menos espacio queda para los malos?
– Lo de la falta de espacio es un mito del funcionamiento cerebral. Si utilizáramos todo el cerebro a la vez tendríamos un episodio de epilepsia. Lo que ocurre es que nuestro hipocamo gestiona mejor la información.
Y esto es lo que nos hará ver que ni ese novio era tan bueno, ni ese trabajo la última coca cola del desierto. Como consecuencia, olvidaremos rápido lo que no nos aporta nada y «regularemos mejor nuestras emociones».
Al aire libre
Por último, hay que destacar otro efecto del deporte en nuestro cerebro: «Hace que funcione cognitivamente mejor, que tengamos la sensación de estar más despiertos, que procesemos la información de manera más rápida....». Porque, además de actuar en el hipocampo, lo hace en la corteza prefrontal, «muy importante en la toma de decisiones, en la búsqueda de soluciones a problemas, en el razonamiento... en lo que llamamos funciones ejecutivas».
– O sea, que si tengo una reunión de curro importante, antes mejor me voy al gimnasio.
– Efectivamente. O, incluso mejor, haz ejercicio al aire libre porque se reduce más todavía el nivel de cortisol. Y si es en un entorno natural agradable, el efecto es mucho más marcado.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión