Estas son las dos alternativas a las gafas cuando aparece la presbicia
Por muy joven que uno se sienta, la vista cansada no da tregua a partir de los 45 años
Pocas veces unas gafas para ver de cerca han dado tanto de que hablar como las que llevó Pedro Sánchez hace unos días durante su ... comparecencia en la comisión del 'caso Koldo' en el Senado. Se trata de una montura antigua de la firma Dior –modelo Monsieur– fabricada en pasta de color marrón, por las que el presidente pagó 250 euros, según confirmaron en la óptica donde las compró, hace unos cinco años. Al margen del revuelo mediático causado por el modelo elegido, era la primera vez que Pedro Sánchez usaba unas gafas para la presbicia en un acto público. Sus ademanes al ponerse y quitarse las lentes para leer los apuntes que llevaba fueron muy comentados, tanto que algunos incluso lo vieron como una maniobra de distracción.
Lo que queda claro es que Pedro Sánchez (53 años) necesita una 'ayuda' para poder ver de cerca, como le ocurre a ocho de cada diez personas mayores de 45 años (81%) y a prácticamente la totalidad de los jubilados (98%), según los datos que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por más joven que uno se sienta, la vista nos delata. Y, a partir de una determinada edad, no hay vuelta atrás. Empiezas por alejar unos centímetros la carta del restaurante para leer el menú y para cuando te quieres dar cuenta eres incapaz de hacer la compra sin gafas de cerca porque no ves el precio de los productos. Y ya no hablemos de leer el prospecto de un medicamento o este reportaje sin 'apoyo'.
¿Se puede operar?
«La presbicia o vista cansada es una evolución natural del envejecimiento ocular, pero es verdad que siempre nos llega mucho antes de lo que esperamos. A partir de los 40, el ojo pierde capacidad de enfoque y empezamos a no ver bien de cerca porque el cristalino, situado justo detrás de la pupila, se vuelve menos flexible con la edad. Alguna gente no lleva nada bien lo de tener que ponerse gafas para ver de cerca porque todavía se siente muy joven, y realmente lo es, pero hay que entender que se trata de un proceso universal que nos afecta a todos en mayor o menor grado», tranquilizan en el Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO).
De hecho, la presbicia no se considera una enfermedad. Es un problema visual relacionado con la edad. «La vista cansada tiende a aumentar progresivamente durante los primeros años. En general, la dificultad para ver de cerca empeora entre los 40 y los 60 años a medida que el cristalino pierde elasticidad. Después de ese periodo, la progresión se ralentiza y la graduación suele estabilizarse», puntualiza José Ramón García Baena, responsable de Producto y Servicios de Salud Visual de General Óptica.
Otras 'enfermedades' de los ojos que aparecen con la edad
-
MOSCAS VOLANTES Son muy típicas en los miopes, sobre todo en los días de mucha claridad. Se trata de pequeñas condensaciones en el ojo, pero no suelen tener ninguna repercusión visual más allá del incordio que supone ver esos pequeños cuerpos flotantes.
-
OJO SECO Es una de las consecuencias del envejecimiento ocular desde el punto de vista patológico y afecta especialmente a las mujeres. «Con los cambios hormonales se suele sufrir una disminución en la producción de las lágrimas. Y si a eso le sumamos los aires acondicionados y las calefacciones, esta condición se agudiza. En los casos más leves se puede tratar con lágrimas artificiales y suele quedarse en una molestia, pero es una patología que se puede complicar mucho», aseguran los especialistas.
-
CATARATAS Es otra de las 'señales' de que nuestros ojos envejecen y su intervención es la más realizada a nivel mundial. Se trata de una «opacidad del cristalino del ojo, la lente natural que enfoca la luz en la retina». Esta afección ocular causa una pérdida de visión progresiva y sin dolor como si se mirara a través de un cristal empañado.
Si ya has entrado en la década de los cuarenta y necesitas alejar los objetos para verlos con nitidez, tienes dificultad para leer las letras pequeñas, especialmente cuando no hay mucha luz, te duele la cabeza o tienes sensación de visión borrosa o fatiga ocular al final del día... Quizás lo que necesitas son unas 'gafas de cerca'.
«La buena noticia es que la presbicia tiene solución. Existen múltiples opciones para corregirla: gafas progresivas, de lectura, ocupacionales, lentes de contacto multifocales... Incluso cirugía. Lo más importante es asumir la vista cansada con naturalidad, ya que todos, antes o después, vamos a pasar por ella», coinciden los especialistas.
Cuando también eres miope
Los miopes, por ejemplo, tardan más en sentir los efectos de la presbicia porque su dificultad para ver bien de lejos compensa de alguna forma los efectos de la vista cansada. No es que no vayan a tener presbicia, lo que ocurre es que suelen notar menos o más tarde sus síntomas.
Con la vista cansada pasa una cosa curiosa. Las personas que nunca han necesitado gafas se las tienen que poner a partir de los 40 para poder ver bien de cerca. Sin embargo, los miopes se las tienen que quitar para poder leer. Otra cosa es que se operen para corregir la miopía. En ese caso, como se elimina la compensación natural notarán los efectos de la vista cansada igual que el resto. Lo uno por lo otro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión